Después de su psicotrópica portada de ayer con Otegi en contrapicado en do mayor, La Razón se saca hoy de la chistera un titular XXL (tres líneas a cuatro columnas) digno de comentario de texto de la antigua Selectividad: "Argumentario para indultar: 'La UE no entiende que hay presos políticos'". Por toda explicación, este subtítulo: "El Gobierno maneja ya el discurso para la medida de gracia a los soberanistas".

Como suena muy interesante, uno acude a las páginas interiores para conocer el tal argumentario. Gran fiasco. Todo lo que hay es un ejercicio de onanismo mental sobre la faena que sería para el PSOE tener que conceder ese indulto. La idea se expresa así en el editorial: "De la misma manera que en la agenda del Gobierno se introdujo la posibilidad del indulto a los líderes independentistas condenados por sedición, ahora esta iniciativa espera la oportunidad política para ser reactivada, suponemos que cuando sea favorable a los intereses electorales del PSOE -que no son los de ahora- y, sobre todo, a que Sánchez no ponga en peligro su hegemonía en territorios gobernados por los socialistas". ¿Se aclaran? Yo tampoco. Por si sirve de algo, les añado el título de la pieza: "Indulto envenenado".

En ABC, Luis Ventoso también menciona la medida de gracia para los presos del procés. Casi se diría que la vería con buenos ojos por lo que pudiera significar: "Indultar a Junqueras y compañía y crujir a las clases medias a impuestos sería la mejor campaña electoral con que pueda soñar Casado".

El vetusto diario celebra las bofetadas entre los dos partidos mayoritarios del soberanismo catalán. Como verán en el editorial, sobe todo por la nueva vía de agua que puede abrir en Moncloa: "Ha empezado a generar alarma en el Gobierno de Pedro Sánchez porque buena parte de la solidez de su legislatura se asienta sobre el apoyo de Esquerra. Y los terremotos políticos en Cataluña suelen afectar notablemente al Ejecutivo central. El separatismo no tiene más proyecto político que sobrevivir como sea en su quimera golpista. Ni gestiona ni legisla".

Siempre al quite, unas páginas más acá, el incalificable Salvador Sostres nos aclara que lo que se traen en Junts y ERC no es una cuestión de ideología: "Si Cataluña ha llegado a esta triste depresión no ha sido por un problema político sino por un problema de educación. No son presos políticos, son presos maleducados, que no entienden las jerarquías, ni dan las gracias, interrumpen todo el rato, y no han entendido que la libertad es imposible si no sabes leer una mirada de tu padre".

Por si no están lo suficientemente confundidos, les copio y pego ahora una aportación de Emilio Campmay en Libertad Digital. Según él, lo que verdad evitará la repetición electoral en Catalunya es el triunfo de la requetederecha en Madrid. Atiendan al argumento: "Pero, en estas, ganó Ayuso. El éxito económico de Madrid, fruto de las políticas liberales, no puede ser visto más que con algo de envidia por quienes mueven la economía en Cataluña, empobrecida por años de gobierno sectario e intervencionista. Y, en esas condiciones, aunque volvieran a ganar las nuevas elecciones que habría que celebrar, es imposible que los independentistas repitieran el éxito que obtuvieron en febrero, cuando su bloque logró por primera vez más votos que el del unionismo". Va a ser eso.

Los funcionarios de las prisiones vascas, al euskaltegi

Volviendo a las cuestiones penitenciarias, El Mundo suma y sigue en su rasgado de vestiduras. En la abigarrada portada de hoy encontramos este titular: "Urkullu lanza en apenas 24 horas un plan para las cárceles vascas que beneficia a los presos de ETA". Evidentemente, eso es una interpretación muy traída por los pelos, porque la cosa va más bien de no hacer distingos entre reclusos.

Ese es es el espíritu del plan. Lo demás es literatura. Y del género fantástico, al que es muy dado el cronista que asegura en un ladillo de la información que "Los funcionarios de las tres prisiones vascas tendrán que estudiar euskera". Al ir al texto a buscar una explicación, uno se encuentra con lo que sigue: "Además, el Ejecutivo de Urkullu anuncia la «implantación de ciertas determinaciones que redunden en beneficio de las personas privadas de libertad, incluido el acceso al conocimiento del euskera por los funcionarios». La enrevesada redacción que ya anuncia la exigencia del euskera a los funcionarios se complementa con el ofrecimiento de cursos en este idioma oficial en Euskadi". La imaginación al poder.

En Vózpuli, el veterano Javier González-Ferrari llega tarde al asunto y no le queda otra que repetir la letanía trillada: "La última cesión cargada de ignominia, ha sido ese acto indigno en el que el ministro por descarte de apellido Iceta, traspasaba la gestión de las cárceles al gobierno del País Vasco. La consecuencia lógica de los acercamientos de etarras que ha sido el único trabajo de Fernando Grande-Marlaska. En nada vamos a ver a los etarras con delitos gravísimos, con montones de asesinatos a sus espaldas, pasearse como si tal cosa por delante de los familiares de sus víctimas".

Como premio por haber llegado hasta aquí, les he apartado una curiosidad que firma Luis María Anson. El veteranísimo opinador dedica hoy su columna a Pablo Iglesias. ¿Dirían que para atizarle de lo lindo? Se equivocan: "Iglesias es un profesor universitario con el que se puede hablar de arte y de literatura. Carga sobre los hombros un notable equipaje cultural y no se merece el linchamiento atroz al que algunos le han sometido. No se lo merece porque, a diferencia de Sánchez, nunca engañó a nadie". No dejará de sorprendernos el académico.