Que los políticos mencionen abiertamente sus series favoritas en las redes sociales y ante los medios de comunicación se ha convertido en un clásico de nuestros días. Es muy habitual que recomienden esta o aquella ficción televisiva y que incluso intercambien opiniones con otros colegas de profesión y ciudadanos. Ha ocurrido con ‘Succession’ este año, la frenética creación de HBO que destapa las malas artes de una poderosísima familia estadounidense que domina un conglomerado de medios. Pero, quizás, una de las series más referenciadas y citadas en nuestra historia reciente es la danesa ‘Borgen’. 

Estrenada en 2010, cuenta la historia de una política danesa (la persistente y obstinada Birgytte Nirbott que encarna Sidse Babett Knudsen) que al frente del Partido Democrático de su país logra, de manera rocambolesca y llevando las negociaciones al límite, formar un gobierno de coalición y convertirse en primera ministra. Al quedar su partido en tercer lugar, lleva a buen puerto una misión que parecía imposible: liderar un ejecutivo compuesto por partidos que piensan muy diferente en aras del bien común. 

Esa especie de don para conseguir acuerdos muy poco probables y alianzas antinatura convirtieron a ‘Borgen’ en un espejo en el que mirarse por políticos tan dispares como Pablo Iglesias, Albert Rivera o Pedro Sánchez. La producción danesa deslumbró durante tres temporadas y todos los partidos parecían querer emular los malabarismos del castillo de Christiansborg, sede de la soberanía nacional del estado danés. Borgen es, en realidad, el apodo que recibe el palacio situado cerca del centro de Copenhague. La novela negra escandinava tenía ya un equivalente político, elevado y entretenido, en la nueva televisión. 

“Nos gustan mucho las series sobre las esferas políticas, como ‘House of cards’ o ‘Borgen’”

Javier Maura - Escritor

La ficción creada por Adam Price se alargó durante tres temporadas y un total de 30 capítulos. En 2011 obtuvo el galardón de mejor serie internacional en los prestigiosos premios Bafta ingleses. Terminó su andadura en 2013. Nueve años después, la serie convertida casi en manual político ha aterrizado este verano en Netflix con la cuarta temporada. Todo indica que no va a ser manoseada con tanta alegría por nuestros representantes políticos. En la nueva tanda de capítulos de ‘Borgen: Reino, poder y gloria’ la política estrella de Dinamarca ya no es primera ministra, sino ministra de asuntos exteriores y ve cómo una nueva generación enganchada a las redes sociales irrumpe en la arena política. 

A todo esto, se suceden cuestiones muy oscuras que afectan a la trastienda política: traiciones entre compañeros y colegas, corrupción, luchas petrolíferas, conflictos armados… Sus tramas están tan apegadas a los tejemanejes actuales que a veces resulta complicado discernir entre ficción y realidad.  

Objetivo: la Casa Blanca

Kevin Spacey y Robin Wright en ’House of cards’.

Por su parte, ‘House of Cards’ irrumpió nada más terminar ‘Borgen’ y se mantuvo durante seis temporadas (2013-18) sumando un total de 73 episodios. Multipremiada (Emmys, Globos de Oro, Premios Bafta), Kevin Spacey es un congresista norteamericano llamado Francis Underwood que encarna todos los defectos que se le suelen achacar a un político: manipulador, autoritario, mentiroso, cínico… Su objetivo será ocupar la secretaría de Estado del nuevo gobierno y para ello no dudará en ganarse la confianza de la joven periodista Zoe Barnes (Kate Mara), a la que surtirá de jugosas exclusivas con el propósito de machacar y hundir a sus rivales. 

‘House of Cards’ fue una de las primeras apuestas de Netflix. Empezaba por todo lo alto: al poderoso dúo protagonista (Robin Wright, en el papel de la esposa del maquiavélico político) se le juntaba un director aclamadísimo como David Fincher (‘Seven’, ‘El club de la lucha’), que se puso detrás de la cámara en los dos primeros capítulos. Al thriller sobre las cloacas del poder le acompañaron unas críticas excelentes durante las temporadas iniciales. En este sentido, ‘Borgen’ y la serie encuadrada en Washington nos muestran dos caras muy distintas del juego político. El pactismo frente a la lucha sin cuartel.

‘House of Cards’ le debe buena parte de su prestigio al brillante dúo protagonista. “Si piensas que los ejecutivos de la compañía están nerviosos, imagínate a los actores que tienen que competir contra esa pareja por los premios Emmy”, resumían en USA Today. Al cansancio de la fórmula y la “repetición” de las tramas en las últimas temporadas, se le unió un hecho controvertido que precipitó su final: Spacey, ganador de dos Oscar, por ‘Sospechosos habituales’ (1995) y ‘American Beauty’ (1999), fue acusado de acoso sexual por un asistente de producción en 2017 y tuvo que abandonar la serie. Su caso es uno de los más sonados del movimiento Me Too y le dio la puntilla a su carrera cinematográfica. Desde entonces, está apartado de su vida profesional.