El 15 de agosto de 1864, el pueblo guipuzcoano de Ormaiztegi cogió fama mundial gracias a la inauguración del viaducto de la localidad, que una vez terminado se convirtió en el último tramo de la línea férrea que unía París con Madrid. Ambas capitales, la francesa y la española, se enlazaron gracias al ingeniero francés Alexander Lavalley, que en 1863 construyó el puente en los talleres de Batignolles. En cuanto a los materiales utilizados en este puente fueron fabricados en estos talleres parisinos. Tal y como dicen los informes, se utilizaron un total de 1.800 toneladas de hierro.

Lavalley fue predecesor del gran Gustave Eiffel, internacionalmente conocido por la Torre Eiffel, símbolo de Francia y de París. En aquel entonces, además de estar trabajando en la creación del viaducto de Ormaiztegi, se desempeñaba como jefe de obra en las vías férreas que unían Olazagutia y Beasain, por lo que ya conocía de primera mano algunos pueblos de Gipuzkoa.

Para la inauguración se transportó a la reina de España Isabel II en un convoy que salió desde Madrid con destino a San Sebastián. Una vez llegaron a la capital guipuzcoana, celebraron una gran fiesta de inauguración, ya que uniría, por fin, España con Francia. El viaducto, tal y como se le conocía desde 1864, estuvo en activo más de 100 años, concretamente hasta 1995. Ese mismo año se construyó una moderna estructura de hormigón en paralelo a la original. En la actualidad, todo aquel que se acerque a Ormaiztegi puede ver las dos estructuras, ambas imponentes.

El viaducto, a lo largo de la historia, ha sufrido varias modificaciones o alteraciones, algunas por simple mejora y otras como consecuencia de estrategias militares. Desde su construcción, la distancia que cubre este tramo férreo es de 291,5 metros y su altura máxima, desde el suelo, es de 34 metros. Estas medidas lo hacen imponente para todo aquel que lo visite o lo vea por primera vez. Tal y como indican varios informes, el viaducto, en su origen, se organizaba como un gran cajón continuado estructurado en cinco vanos -espacio que se deja en las construcciones- de 53,2 y 60,5 metros en los extremos y en el centro. Por otro lado, los expertos destacan que al realizar los soportes con pilas de sillería se consiguió aumentar la ligereza del cuerpo horizontal de la estructura.

Desde su creación en 1864, entre otros cambios y detalles, cabe destacar que en la Guerra Civil española se tuvo que reforzar el viaducto con cinco soportes de hormigón armado, con el objetivo de reforzar el puente que había sido destruido -cortaron la estructura metálica a soplete- para evitar el avance de las tropas nacionales. Debido a esto, se pasó de tener de cinco a diez vanos con una longitudes variables de entre 30 y 25 metros, convirtiéndose así en las centrales más grandes.

Tomás de Zumalacárregui

El municipio de Ormaiztegi tiene poco más de mil habitantes y es conocido por ser la localidad natal del famoso general carlista Tomás de Zumalacárregui. En la localidad guipuzcoana hay un museo en honor a este militar español que llegó a ser general carlista durante la Primera Guerra Carlista. Nació en 1788 y murió en Zegama en 1835, después de estar en activo 27 años. Nada más alistarse, participó en la Guerra de la Independencia en Zaragoza y ese mismo año consiguió escapar de los franceses después de haber intentado sitiar por segunda vez la localidad aragonesa. Años después y una vez terminada la Guerra, Zumalacárregui, fue nombrado capitán archivero. Poco a poco se empezó a considerar monárquico absolutista y en 1820 se opuso a la Constitución Española de Cádiz de 1812 lo que le supuso ser apartado del servicio en activo. Aun así, en 1822 ascendió a teniente coronel, tras ponerse a las órdenes del militar Quesada.

Tras esto, fue nombrado gobernador militar de Ferrol y después de la abolición de la Ley Sálica y la proclamación de la hija del que fuera rey de España, Fernando VII, Isabel II, como heredera del trono, le enfrentó con las autoridades navales de Ferrol, que eran partidarias de la causa constitucional. Como consecuencia, Zumalacárregui fue acusado de desafecto y le destinaron a Pamplona. Finalmente, entre idas y venidas, murió en Zegama, donde intentaba recuperarse de una herida de bala rebotada en una pierna cuando intentaba tomar Bilbao en 1835 durante las Guerras de Acción del Puerto de Descarga.