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Los vasco-mallorquines The Big Break: “No hay una renovación generacional en el rock”

El cuarteto presentó sus canciones de rock sencillas, directas y atemporales el domingo 9 de junio en la sala Nave 9

Los vasco-mallorquines The Big Break: “No hay una renovación generacional en el rock”Cedida

Jaime Guardamino (voz y guitarra); Jaume Masegosa u Óscar Delgado, dependiendo del día, a la guitarra; Helen Roselló (batería); y David Masmiquel (bajo) se juntaron después del confinamiento, empezaron a improvisar y, finalmente, modelaron el proyecto en el estudio Caja de Ruido de Lloret de Vista Alegre hace dos años. Jaime, que trabaja como profesor de instituto en Mallorca, es natural de Getxo y no es raro verlo por aquí en conciertos, desempolvando sus tropecientos singles pop en sesiones de DJ o tocando con su banda, The Big Break, que hasta ahora ha publicado dos epés: Walking Down the Road with the Big Break (2023) y The Perky Sound of the Big Break (2024). El cuarteto vasco-mallorquín presentó sus canciones de rock sencillas, directas y atemporales el domingo 9 de junio en la sala Nave 9 en el cierre del ciclo de conciertos Music City Tour Bilbao. Aprovecharon la cita para dejarse ver por el Puerto Viejo de Algorta y disfrutar del fin de semana en Bizkaia.  

Cada vez que vienen a Bilbao y alrededores parece que se lo pasan en grande. ¿Cuándo van a volver a Bizkaia? 

-¡Buena pregunta! Justo después de nuestro concierto el otro día en Nave 9 nos ofrecieron formar parte de otro en breve, así que ojalá se confirme y podamos volver pronto.

¿Ha encontrado similitudes entre la tradición pop de Getxo y la de Mallorca? En ambos casos han salido bandas bastante afines como Sexy Sadie, El Inquilino Comunista, La Granja, McEnroe…  

-La mayor similitud que puedo encontrar es que en ambos lados se ha mamado mucho del mismo grifo: Teenage Fanclub, Big Star, etc. 

¿El turismo de masas está afectando a la escena musical de la isla o se mantiene al margen del bum turístico y sigue gozando de buena salud?

-En general, la escena musical se mantiene al margen, aunque lo que sí afecta, por ejemplo, es al precio de los locales de ensayo o salas donde tocar. Han cerrado muchas salas en los últimos tiempos y está complicado tocar en Palma. La especulación inmobiliaria tiene mucha culpa: la oferta de locales es escasa, la demanda altísima y los precios se han disparado para encontrar un sitio donde ensayar. La solución habitual acaba siendo compartir espacio entre varias bandas para poder asumir los costes. 

¿Los 40 son los nuevos 30 en el rock and roll? No sé si es por la estabilidad de la madurez o la crisis de la mediana edad, pero el rock en el siglo XXI no es terreno vedado para cuarentones y cincuentones.

-Creo que la principal razón es que el rock, por desgracia, ya no es la música de referencia a nivel global. Y no hay una renovación generacional. Géneros abominables como el trap son ahora lo que se escucha por todos lados. Autotune a tope. Esa es la realidad.

"El rock, por desgracia, ya no es la música de referencia a nivel global"

¿Qué grupo es el que une y pone de acuerdo a la banda? ¿Hay un referente claro o cada uno tiene sus héroes musicales? 

-¡Pues te diré que no hay ninguno! Depende muy mucho de quien escribe las canciones (hasta ahora casi siempre yo), y en mi caso todavía creo que no he hecho ningún tema Beatles, que es mi banda de referencia. Por decirte un grupo que nos una a todos: The Cure.

Canta “consistency is not my friend”, pero van a EP por año. ¿En 2025 toca descubrir nuevas canciones de The Big Break?

-Cuando no te dedicas de forma profesional a la música y cada miembro del grupo trabaja en cosas diferentes es complicado reunir a la gente para ensayar, ¡imagínate grabar un disco! Aun así, tanto Óscar como yo ya tenemos un buen número de canciones listas para nuestro primer larga duración. La idea era grabarlo este verano, pero será imposible por incompatibilidad de agenda entre nosotros, así que tengo la esperanza de poder hacerlo antes de que finalice 2025.

Se desnudan literalmente en la portada de su último trabajo. ¿Es una declaración de intenciones? 

-(Risas). La portada fue una idea del fotógrafo Alberto Vanstokkum. Había hecho anteriormente una serie sobre la misma temática y nos lo comentó. Helen no tuvo ningún problema, se puso en pelotas al minuto cero. ¡Yo me escondí todo lo que pude! Me pareció una idea brillante y al ser en una tienda de discos (Maisvinilo) me motivó a enseñar carne. Además, salgo con uno de mis recopilatorios de referencia: Snap!, de los Jam.

The Big Break.

Son solo tres temas, pero estilísticamente parece que van más al grano. Las dos primeras tienen un rollo muy neoyorquino y suenan a The Velvet Underground, The Modern Lovers o incluso Ramones. 

-Absolutamente. Muchas veces cuando compongo pienso: “Voy a hacer un tema en plan Ramones”, y es una forma de automotivación para componer. Otras veces te sale algo y piensas “hostia, esto es muy de este estilo o de aquello”. Mucho después de haber grabado Lady Late, la estábamos tocando un día en el local de ensayo y pensé que había partes que eran muy Oasis y no me había percatado hasta entonces de ello. Me imagino que le pasa a (casi) todo el mundo.

¿Cantar en inglés no es muy de los 90? ¿Para cuándo temas en castellano, euskera o mallorquín? 

-Te seré sincero: he intentado hacer temas en castellano e incluso en francés. No me salen. O me suenan muy horteras o muy poco convincentes. Estudié Filología Inglesa y el 90% de lo que leo es en inglés. Trabajo en inglés. Es un idioma con el que me siento mucho más cómodo a la hora de escribir letras. Y además es el idioma universal del rock. Por otra parte, también te digo que ojalá hiciera buenas letras en castellano. Lo encuentro muy difícil.

¿Del coleccionismo se sale o le sigue aportando cosas bonitas? 

-Del coleccionismo se sale si quieres salir (risas). En mi caso es algo que llevo haciendo más de 30 años y que disfruto muchísimo. El formato, el ritual, el diseño. Todo influye. Yo, en primer lugar, soy un amante de la música y luego, coleccionista. Y dentro del coleccionismo cada uno tiene sus manías y obsesiones. Sgt. Pepper fue el primer disco de un artista que me obsesionó. Hay claramente un antes y un después en mi vida después de haberlo escuchado. Un día te levantas de una forma y al día siguiente eres una persona distinta, ¡y todo por un disco! Ese es el poder de la música. Pocas cosas en esta vida tienen ese poder. 

¿Paul Weller sigue siendo el mejor?

-¡Junto a Macca!