Lleva más de 60 años metida en las casas de medio mundo y siendo una de las acompañantes favoritas de los más pequeños, pero ahora está más de moda que nunca. Barbie ya no es sólo una muñeca; es también la protagonista de una película que está arrasando en las taquillas desde que se ha estrenado a finales de julio y que ha llenado todo de rosa, el color que la identifica.

Esta pequeña muñeca tiene su origen en 1959 y su nacimiento fue fruto de una curiosa historia. La empresaria estadounidense Ruth Handler se dio cuenta de que su hija Barbara quería jugar con muñecas que representaran a mujeres y no a bebés o a niñas pequeñas, que era lo que se fabricaba en una inmensa mayoría en aquellos años. Le propuso a su marido, con quien había fundo la empresa juguetera Mattel en los años 40, crear una muñeca con apariencia adulta, pero su esposo no lo vio claro y desechó la idea. 

No se rindió Handler, que retomó la idea al ver en un escaparate, durante un viaje a Alemania, una muñeca sexy (llamada Lili) que representaba a una mujer adulta destinada al público masculino. Una figura que debido a su popularidad terminó siendo adquirida también por muchas niñas, que jugaban a cambiarla de ropa, y que acabó llegando a Estados Unidos.

La empresaria retomó entonces su vieja pretensión y en 1959 Mattel compró los derechos de Lili y creó una nueva muñeca a la que bautizó como Barbie, en homenaje a la hija de la pareja de empresarios, que sin saberlo había sido la inspiradora de la idea.

La Barbie original de 1959. Mattel

No crearon solo la muñeca, sino que le dieron un contexto. Se llamaba Barbara Millicent Roberts y había nacido en Willows (Wisconsin), un pueblo imaginario. Cumplía años el 9 de marzo, que es el día en el que la presentaron en la Feria internacional americana del juguete, y le idearon un novio, de nombre Ken Carson, que no salió a la venta hasta dos años después.

Empoderada, con novio a ratos y buscando inclusión y diversidad

En estas más de seis décadas, la muñeca ha evolucionado mucho, al igual que la sociedad, aunque sigue siendo reconocible. La primera Barbie apareció con una larga melena rubia peinada al estilo de la época, un bañador de estampado de cebra y una mirada lateral que en 1971 ya pasó a ser frontal. Se fabricó en Japón con la ropa cosida a mano y en su primer año se lograron vender 350.000 unidades. Un éxito que se ha ido multiplicando exponencialmente con el paso de los años. Se calcula que se han vendido más de mil millones de Barbies en más de 150 países, y Mattel afirma que se compran tres cada segundo.

Barbie siempre ha sido Barbie, pero ha tenido muchísimas apariencias y profesiones, con la intención de atraer a más público, o que cada persona adquiriera más muñecas diferentes, para incrementar sus ventas. Así, se han podido ver muñecas con diferente color de pelo e incluso de piel y de diferentes etnias, y se ha buscado crear un personaje empoderado, capaz de decidir su futuro, ser autónoma y alcanzar trabajos que durante mucho tiempo parecían monopolio del hombre, como astronauta o piloto de avión o de coches de carreras (ha sido muy habitual comercializar a Barbie con una buena colección de vehículos propios). Igualmente han tratado de reflejar la diversidad y la inclusión y para ello le crearon, por ejemplo, una amiga hispana y otra afroamericana. Incluso en 2023 se lanzó una muñeca que representaba a una mujer con síndrome de Down, que se unió a otra con silla de ruedas.

Apostando por la diversidad, con una Barbie con síndrome de Down, otra en silla de ruedas y tres con diferentes rasgos étnicos. Instagram (@barbie)

Además, el personaje también se ha actualizado a los tiempos y su vida amorosa no es perfecta. En 2004 Mattel anunció que Barbie y Ken habían decidido separarse y dos años después le realizaron a él un cambio de imagen para que pudiera reconquistarla, algo que oficialmente llegó el día de San Valentín de 2011, aunque a partir de ese momento también se les ha presentado como amigos o vecinos y no parecen tener una relación demasiado estable. Además, Barbie a lo largo de los años ha contado con más de 40 mascotas diferentes, que van desde los clásicos perros y gatos a cebras, leones o pandas.

Una historia cargada de polémicas

Barbie ha ido evolucionando y adaptándose a los tiempos, pero sus cambios ido acompañados de no pocas polémicas. Una de las críticas constantes ha sido que la muñeca refleja y promueve una belleza y una delgadez que pueden ser perjudiciales para las niñas, que buscan en ella un referente y pueden sentirse frustradas. Sus medidas, que en proporción serían un 91-46-84, con 1,75 metros de altura, podrían inducir a la anorexia. Además hubo controversia con algunos accesorios que se pusieron a la venta, como una báscula que reflejaba que su peso era de 16 kilos o un libro titulado Cómo bajar de peso, que directamente recomendaba no comer. Estos problemas se intentaron subsanar cambiando el molde de la muñeca, que desde el año 2000 tiene una cintura más ancha.

También hubo que cambiar moldes al comercializar Barbies de otras etnias, ya que se utilizó el modelo caucásico y lo único que se hizo fue cambiar el color de piel, con lo que los rasgos de las facciones, por ejemplo, no eran nada realistas, y las protestas de la comunidad afroamericana provocaron las necesarias modificaciones. Incluso al comercializar la Barbie en silla de ruedas hubo que modificarla posteriormente ya que no cabía en el ascensor de su casa.

No sólo su aspecto físico ha generado polémicas, también su forma de presentarla en algunas ocasiones, dejando una imagen de frívola y poco inteligente. Por ejemplo, había un modelo que reproducía frases grabadas, y mientras decía “¿Tendremos alguna vez suficiente ropa?” o “¡Me encanta ir de compras!” también pronunciaba “¡La clase de matemáticas es muy difícil!”, lo que provocó las quejas de asociaciones de mujeres y se eliminó esa expresión.

Además, con la llegada de las nuevas tecnologías Mattel ha visto cómo algunos modelos han generado problemas, como una Barbie que tenía una cámara instalada en el pecho y que tomaba fotos y grababa vídeos que se descargaban en el ordenador, lo que podía abrir una peligrosa vía a los pederastas. O también otra que mediante el reconocimiento de voz podía establecer una conversación con la persona poseedora del juguete, unos datos que después eran transmitidos a un servicio del que no se conocía sus intenciones, con la consiguiente amenaza para la privacidad.

La película que lo ha inundado todo de rosa

Aunque ya había protagonizado series de televisión animadas y videojuegos, su popularidad ha tocado techo con el estreno mundial de la película Barbie, que tuvo lugar el 20 de julio. En sus primeros tres días recaudó ya más de 300 millones de euros, convirtiéndose en el estreno más taquillero de lo que va de 2023 (por delante de Super Mario Bros) y duplicando lo recaudado por otra esperadísima película, Oppenheimer.

La cinta de Warner Bros, dirigida por Greta Gerwig y protagonizada por Margot Robbie (Barbie) y Ryan Gosling (Ken), ha contado con una impresionante campaña de marketing, pero ya ha rentabilizado los 131 millones que costó.

La película muestra Barbieland, el paraíso en el que viven todas las Barbies que han existido y donde Ken es un accesorio más. Allí la Barbie estereotípica piensa de repente en la muerte y descubre que tiene celulitis y los pies planos. Para solucionar este problema tiene que viajar al mundo real y conocer a la dueña de la muñeca, encontrándose un mundo totalmente diferente y aportando durante la historia una perspectiva feminista. En esa aventura la acompaña Ken, quien experimentará las ventajas que tiene un hombre por el hecho de serlo en ese mundo real.