Leroy Merlin transforma tu casa en una tarde: "Ideal para la humedad", "muy bonito" y con estilo nórdico

Cambiar el suelo suele sonar a reforma larga, polvo y presupuesto alto. Pero en los últimos años han ganado terreno soluciones que permiten renovar una vivienda casi como si fuera un mueble más, y este modelo encaja justo en esa tendencia. Se trata de un suelo vinílico SPC de Leroy Merlin con sistema de clic, pensado para colocarse sin adhesivos y sin necesidad de levantar el suelo antiguo. En la práctica, es una tarima moderna que te deja dar un giro estético completo a cualquier parte de tu vivienda.

Pensado para renovar sin obras

La clave del material está en su composición. El SPC combina vinilo con carga mineral, lo que le da más rigidez que la del vinilo tradicional. Eso se traduce en un suelo más estable ante cambios de temperatura o humedad, con menos riesgo de dilataciones raras o de que las lamas “bailen” con el paso del tiempo. Para quien busca una opción duradera sin meterse en obras duras, este tipo de núcleo es una garantía extra en el uso diario.

A nivel visual, el acabado tiene un efecto madera blanca con matiz grisáceo, muy del estilo nórdico que sigue dominando en decoración: espacios claros, sensación de amplitud y una estética que combina bien con muebles de madera natural, blancos o tonos tierra. El acabado mate evita brillos artificiales y la veta tiene un relieve ligero que ayuda a que el suelo no parezca plano o “de plástico”.

Fácil de instalar

Otra ventaja práctica es la instalación. Este suelo viene con subcapa integrada, algo que simplifica muchísimo el montaje. Esa base ayuda a corregir las posibles imperfecciones del suelo original y reduce los pasos en la colocación. El sistema de encaje en clic permite unir las lamas sin tener que usar cola, así que es una opción muy cómoda tanto para instaladores como para quien se anima a colocarlo por su cuenta en casa. Además, al ser flotante, si algún día hay que retirar una zona concreta, es muy sencillo intervenir sin levantar todo.

Aguanta bien los niños, mascotas, sillas que se mueven y el paso diario sin que eso implique estar con miedo a cada roce. Y como el SPC es rígido, mantiene mejor la forma y el encaje a lo largo de los años.

Adaptable a todos los espacios

Este suelo está preparado para ser resistente al agua, así que se puede colocar en cocinas y baños sin preocuparse por la limpieza diaria o las salpicaduras. No significa que sea inmune a un desastre de fontanería con agua estancada durante horas, pero sí que está diseñado para convivir con humedad normal sin hincharse ni deformarse. Además, es compatible con calefacción radiante siempre que no se superen temperaturas habituales en este tipo de sistemas, lo que lo convierte en una opción versátil en todo tipo de reformas.

Con una limpieza normal, evitando productos agresivos, mantiene el aspecto sin esfuerzo. Y al ser un suelo continuo, sin juntas como las baldosas, la suciedad no se acumula tanto en líneas difíciles, algo que se agradece en el día a día.

En conjunto, es una elección muy redonda para quien quiere un suelo claro, moderno y resistente, con instalación fácil y válido para zonas donde otros materiales sufren.