Nada más arrancar la charla con Elena Guerra (Bilbao, 50 años), esta creativa publicitaria que vive en Indautxu aborda lo que ella misma llama “la pregunta del millón”. ¿De qué demonios trata @micasaencualquierparte? ¿Cuál es el hilo conductor, si es que lo hay, de una cuenta de Instagram que con la villa como telón de fondo cuenta con 48.000 seguidores? Parece que todo surge de una curiosidad casi infinita de su autora. Elena cita “la moda, el cine, la música, la gastronomía y Bilbao” como algunos de sus principales focos de interés, siempre desde un “punto de vista creativo y con el humor” como uno de sus ejes vertebradores. Un ejemplo reciente: una serie de reels y publicaciones que empiezan con la frase introductoria de ‘Elena, hazte un Vogue’, que se viralizaron el pasado otoño.

“Han tenido una acogida extraordinaria. Todo empezó porque el número de septiembre de Vogue España contenía un editorial con las tendencias de otoño localizado íntegramente en Bilbao”, explica. A ella se le ocurrió replicar a su manera desenfadada y divertida las poses de las modelos en los mismos rincones de la revista. El primer vídeo se estrenó en la plaza de la catedral de Santiago. “Y fue un petardazo. Tuvo mucho alcance y decidí hacer una serie siguiendo el mismo esquema”, cuenta. Luego llegaron otras publicaciones chisposas en la estación de tren de la Concordia -“que tiene una estética súper retro y tuvo más repercusión que el primer vídeo”- o en una tienda de moda clásica ubicada en la zona de la Ribera. Esta última supera los 8.000 likes. “Allá donde vaya, siempre hay alguien que me grita: ‘¡Elena, hazte un Vogue!’”. 

Aunque también se habla de gastronomía, moda o estilo de vida, las líneas maestras de @micasaencualquierparte no tienen nada que ver con el habitual postureo de las redes sociales. Se resumen en cuatro: cercanía, naturalidad, sentido del humor y una conexión inmediata con sus nutridos fans. El tirón se debe al desparpajo de Elena Guerra, una mujer que en su 50º cumpleaños se disfrazó de dinosaurio y lo subió a su Instagram. El tono se aprecia enseguida en el encabezado del perfil: “Comunicación y marketing. Por el día hago estrategias y contenidos para marcas. Por la noche soy una señora que cocina y se disfraza”. En Carnavales y Halloween, por ejemplo. “Todo el mundo está esperando mi disfraz, pero no tanto por el atuendo en sí, sino porque me meto mucho en el papel y reconstruyo situaciones de mi personaje”, asegura. Pone un ejemplo: “Cuando fui como Forrest Gump, me dedicaba a correr como una loca”, dice entre risas. 

Instagram sugirió su perfil a otros usuarios y pasó, “en 15 días, de 7.500 seguidores a 55.000”. Fue un salto “abrumador”, admite. “Un amigo me dijo que era como tener San Mamés entero lleno y gente sin entrada haciendo cola en la calle”, resume. Ha perdido algunos followers desde entonces, pero le da igual. Instagram no ocupa su vida entera. Es un entretenimiento que comparte con otra mucha gente. “Además, es mejor tener menos seguidores pero más cercanos y con los que interactúas mucho”, afirma esta experta en comunicación y marketing digital.

Su profesión. Esta influencer bilbaina trabaja de día como creativa publicitaria, nos cuenta.

Elena Guerra Nerea Garaizar

Sin ataduras. Guerra publica cuando puede y le apetece, no quiere que se convierta en una obligación. 

Elena Guerra Nerea Garaizar

Seguidores. Es mejor tener menos seguidores, pero más cercanos, advierte Elena Guerra.

Elena Guerra Nerea Garaizar

Perfil Digital 


Empezó con un blog que se llamaba del mismo modo, pero hace ahora diez años se pasó a Instagram. La transición habitual de tantos blogueros, que se dejaron seducir por un formato más inmediato y visual. 


En el caso de Elena Guerra, publica cuando puede y le apetece (“no quiero que mi perfil se convierta en una losa, no tengo una obligación”) y reconoce que su profesión como creativa publicitaria y creadora de contenidos le facilita el manejo en la plataforma. 


“Para mí es natural, una extensión de mi trabajo”, comenta. Detrás de tanta espontaneidad, eso sí, hay todo un proceso que tal vez no se aprecia a primera vista. “Trabajo mucho el mensaje, la fotografía, el vídeo… Nada es casual”, explica ¿Y qué pasa con TikTok? “No le dedico tanto tiempo ni tanto mimo”, confiesa.