EN 1986 Carlo Petrini fundó el movimiento Slow Food, una propuesta ecogastronómica que defiende los productos y la cocina propios de cada comunidad y los métodos de elaboración artesanales frente a la globalización de los platos. A través de su Manifiesto Km 0 Petrini propuso un cambio de consumo y menos velocidad en los estilos de vida. Hoy aquellos pensamientos que sonaban bajo el eco de la revolución son seguidos en medio mundo. Las delicias de la distancia corta encandilan de lo lindo.
No en vano, el objetivo de los DEIA Kilómetro 0 Gastronomía Sariak 2022 es el de sumarse a esa marcha; su idea es la de demostrar cómo el proyecto Km0 contribuye a mantener el tejido económico agroalimentario local, potenciar los productores comprometidos con la biodiversidad y a defender la cocina de temporada. No en vano, los galardones han puesto sus ojos en los mercados tradicionales, comercios emblemáticos, restaurantes y nuevas herramientas que acerquen estos productos a la mesa.
DEIA entrega los I premios Gastronomía Kilómetro Cero. Fotos: Borja GuerreroDe acuerdo con los parámetros de Slow Food internacional, al menos un 40% de los ingredientes del plato deben ser de origen local y entre ellos debe encontrarse el ingrediente base. La distancia entre el origen del ingrediente y el lugar donde se va a consumir no debe ser superior a 100 km. Deben ser producto de agricultura y ganadería sostenible.Cuentan las crónicas que es destacable la labor del chef estadounidense Dan Barber, quien en 2004 abrió su restaurante bandera Blue Hill at Stone Barns en Pocantico Hills, situado en el valle del río Hudson. Allí se produce todo lo que va a la mesa y los comensales pueden escoger ellos mismos los alimentos bajo la premisa: del campo al plato. Ese es el espíritu que impregnó la tarde de ayer en el Palacio Euskalduna, donde se organizó una ceremonia de entrega de los premios con la subdirectora de DEIA, Susana Martín, como cicerone de la gala, y las palabras de Mariano Gómez, biólogo, veterinario y presidente de honor de Slow Food Bilbao-Bizkaia como guía, En ese mimo escenario se entremezclaron gente del campo, de la cocina y del mercado; hombres y mujeres de la gestión y los ganadores de los premios. Hablaron de un Tokio sin papeleras y de un restaurante de cercanía; del primer premio de su vida para una etiqueta de txakoli, y de una frutería a la vuelta de la esquina; del mercado que te llega a casa y de productos de enfrente. Entre ellos se encontraban el director de Mercabilbao, Aitor Argote; Nora Sarasola, directora de Obra Social de la Fundacion BBK; el director general de Editorial Iparraguirre, Javier Andrés, y el alcalde de Mungia, Ager Izagirre. Tampoco faltaron el director de Desarrollo de DEIA, Kike Hermosilla; Mari Carmen Martín, Vanesa López, Edurne García, Aritza Antolinez, José Ramón Gil, Maite Goroño, Itziar de la Concepción, Asier Beato, Mari Bati Ibarluzea, Jon Andoni Zarate, Aintzane Etxebarria, Amaia Madrazo, José María González, Juan José Blanco, Ascensión Andrés, Jon Ander Ibarra, Vitalie Nofit, Gabri Lavian, Jon y Ruben Unda; Rosa María Helguera, Félix Macías, Leire Macías, Aingeru Zenikazelaia, Aitziber Jauregi, Iñigo Aspiunza, Lorea Eguskiza, la concejala de Mungia Alaitz Erkoreka, Maribel Abajo y Jon Lezama, de Lamiako Cooperativa entre otra gente que se mueve a este son.
Dan BarberSusana MartínMariano GómezAitor Argote; Nora SarasolaKike Hermosilla; Mari Carmen Martín, Vanesa López, Edurne García, Aritza Antolinez, José Ramón Gil, Maite Goroño, Itziar de la Concepción, Asier Beato, Mari Bati Ibarluzea, Jon Andoni Zarate, Aintzane Etxebarria, Amaia Madrazo, José María González, Juan José Blanco, Ascensión Andrés, Jon Ander Ibarra, Vitalie Nofit, Gabri Lavian, Jon y Ruben Unda; Rosa María Helguera, Félix Macías, Leire Macías, Aingeru Zenikazelaia, Aitziber Jauregi, Iñigo Aspiunza, Lorea Eguskiza Alaitz Erkoreka, Maribel Abajo y Jon Lezama