Dicen los que le conocen que es un chaval con la cabeza bien amueblada, que tiene las ideas claras. Imanol Torre (Abadiño, 6 de octubre de 2000) se formó de crío en el Athletic, hasta infantiles, jugó después en el equipo de su pueblo y fichó por la Cultural de Durango, para destacar y fijarse el Barakaldo en un futbolista polivalente que cursa cuarto del Grado de Gestión de Negocios en la Facultad de Economía y Empresa en Elcano. Esta campaña quiere dar un salto en su carrera en su estreno en Segunda RFEF y se declara como un jugador con carácter en el verde y tranquilo fuera de él.

Se estrenó en Tudela como goleador en el Barakaldo. ¿Qué le pasó por la cabeza?

—No sabía ni cómo reaccionar, hacía años que no metía un gol y logras después de tanto tiempo otro que supone la victoria, toda una alegría, sobre todo porque valió para llevarnos los tres puntos.

¿Cómo fue su gol?

—Fue en un saque de banda, que curiosamente pierdo yo. Luego llega el balón a la línea de fondo, la pierden ellos y me llega por suerte a mí, que lanzo desde fuera del área, pasa por debajo de las piernas de un contrario y el portero no puede hacer nada.

¿Qué es el gol?

—No sabría describirlo. Es una sensación que pocas veces la he vivido, pero las veces que se vive es una pasada, un momento en que no sabes cómo reaccionar, te da un punto importante de confianza para el resto del partido.

Un tanto que les proporcionó el triunfo ante uno de los gallitos de la categoría. ¿Es un indicio de que el Barakaldo va a dar mucha guerra en la zona alta?

—Podemos hacer un año muy bonito. En los últimos partidos hemos estado más espesitos, con una idea menos clara de juego, pero hemos vuelto a recuperar lo que somos, agresivos y, sobre todo, con posibilidades de hacer daño arriba y tener la portería a cero, que es lo que nos llevó al ascenso.

Fue un paseo, aunque la Segunda RFEF es otra cosa, como se demostró ante el Calahorra, que les empató en Lasesarre en inferioridad numérica. Alguna bronca ya les caería.

—No estábamos acostumbrado a esta situación, es verdad que se nota la diferencia de categoría, que va a ser muy difícil, que vamos a tener rachas en las que será complicado sacar puntos.

Lo de Calahorra fue una lección, su entrenador afirmó que supuso un pasito atrás.

—Nos empataron en el descuento y sí es verdad que fueron superiores, incluso con uno menos desde el minuto 70 y sí que dimos y un pasito hacia atrás, en los duelos llegábamos tarde y es normal que esas cosas se traten porque no es normal que te empaten de esa manera.

En cambio, ¿ante el Tudelano se vio al Barakaldo que se quiere?

—Sí, es el Barakaldo que se tiene que ver y esperemos que esta semana podamos sacar los tes puntos.

Ante el colista.

—Sí, pero esos son los partidos que engañan. Ellos vendrán con muchas ganas, a muerte, y nosotros con el objetivo de mantener la imbatibilidad que llega a los 40 partidos.

¿Qué le ha llamado la atención de la categoría recorridas ya cinco jornadas?

—Todos los equipos son muy competitivos, todos tienen sus armas, que es muy difícil anotar goles y no recibirlo, está todo muy igualado.

La temporada pasada fue dura para usted, con la lesión que le tuvo parado tres meses y medio, y pese a ello el club le renovó. ¿Cómo se ha reinventado?

—Primero, agradecer al club la confianza que ha tenido en mí tras estar tanto tiempo en el dique seco. Pude jugar en dos o tres partidos después de la lesión, estaba con muchas ganas de jugar, porque antes de la lesión me sentía muy bien.

¿Que lesión tuvo?

—Tuve una sindesmosis, que es una lesión de tobillo, un ligamento, y luego tuve un edema óseo que es lo que me alargó la lesión.

¿Extremo, interior, lateral? ¿En qué posición se encuentra más cómodo y qué le pide el míster?

—Vine aquí como extremo y por circunstancias acabé en el lateral, donde ya había jugado de chaval en el Athletic. Me encontré muy cómodo y lo haré donde me lo pida el míster. Me siento cómodo con estar en el campo. En Tudela jugué adelante y, mira, metí un gol, que no lo he hecho como lateral.

¿Es un jugador agresivo o, en cambio, es más cabal?

—Me adapto, pero me gustan los partidos que son duros.

¿Tiene fuerte carácter?

—Creo que sí.

Pues tiene cara de buen chaval.

—Soy más caliente dentro del campo, fuera soy más tranquilo.

Ha hecho mención a su pasado en el Athletic, donde jugó en las categorías inferiores hasta infantiles. ¿Que huella le dejó?

—Estuve muy joven, pero lo que se aprende allí es único. Fue una etapa bonita y me gustaría repetirla, aunque para ello hay que hacer muchas cosas muy bien.

¿Coincidió con algún jugador de la actual plantilla del Athletic?

—Coincidí con Aitor Paredes, con Imanol García de Albéniz, y con Juan Artola, que está en el Alcorcón.

¿Qué le da y qué le quita el fútbol?

—Te da mucho, por ejemplo evadirte de horas de estudio, cuando estás en época de exámenes te relaja. El fútbol es lo que hemos mamado toda la vida y es lo que más nos gusta. Me puede quitar tiempo para estar con amigos, con la familia, pero hay tiempo para todo.

¿Su plan A es vivir del fútbol?

—Voy a luchar por ello, nunca voy a tirar la toalla. Si no se puede, intentar hacer una carrera buena y si no, a vivir de lo que estoy estudiando.