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Juan Luis Larrea, 38 años a lo que mande el presidente

El directivo guipuzcoano, hombre de banca, ejerció de tesorero de la FEF hasta que sucedió a Villar en julio pasado

bilbao - Era amigo de Villar desde que ambos mandaban en las federaciones de Gipuzkoa y Bizkaia, y cuando este, en 1988, se aupó a la presidencia de la FEF, Juan Luis Larrea (Donostia, 1953) le siguió los pasos. Entró en su directiva como hombre de confianza, ejerciendo de tesorero y, desde 1993, además, viajando por esos mundos en su papel de delegado de la selección absoluta.

Desde el pasado mes de julio, en su condición de miembro más antiguo en la directiva de la FEF cuando ocurrió la detención de Villar, Larrea desempeña el rol de presidente interino y adora el puesto. Ahora sueña con acudir al Mundial de Rusia con todas las de la ley, como nuevo presidente al amparo de, dice, setenta avales.

El dirigente vasco trabajó durante 48 años en la banca, en entidades como el Vizcaya, Zaragozano, Guipuzcoano y Sabadell.

Su veteranía como directivo, junto a su experiencia y el respaldo de la junta para intentar que la FEF funcionara con la mayor normalidad posible, le situaron en primera línea y bajo la incómoda lupa de los medios de comunicación. Inició su mandato con una defensa de la “honestidad” de la gente del fútbol, la misma filosofía que predicaba Villar, con una crítica a “los linchamientos prematuros” y con el difícil papel de pedir a Villar su dimisión en nombre de su directiva.

Villar rechazó aquella oferta y Larrea empezó a presidir a su manera. En octubre asistió a la Asamblea de LaLiga, a la que la FEF no acudía desde la llegada de Javier Tebas a su presidencia en 2013. Pese a defender sin éxito que el mandato que Villar empezó el 22 de mayo pasado debía terminarlo uno de su equipo, Larrea consideró lícita la moción de censura que intentó Rubiales para llegar a presidente. Ahora lo intenta él, en las urnas, tras vivirlo de forma interina sin “miedo” y “dispuesto a trabajar por el fútbol”. - J. G.