At. Madrid1
Barcelona1
ATLÉTICO DE MADRID: Oblak; Juanfran, Savic, Godín, Filipe; Koke, Gabi (Min. 81, Fernando Torres), Saúl, Carrasco (Min. 72, Thomas); Griezmann y Correa (Min. 58, Gaitán).
BARCELONA: Ter Stegen; Semedo (Min. 60, Sergi Roberto), Piqué, Umtiti, Jordi Alba; Andre Gomes, Busquets, Rakitic (Min. 78, Paulinho), Iniesta (Min. 60, Deulofeu); Messi y Luis Suárez.
Goles: 1-0: Min. 20; Saúl. 1-1: Min. 81; Luis Suárez.
Árbitro: Mateu Lahoz (C. Valenciano). Amonestó a los locales Gabi, Saúl y Griezmann y a los visitantes Umtiti y Rakitic.
Incidencias: Unos 67.000 espectadores en el Wanda Metropolitano.
madrid - Los dos estilos diferentes del Atlético de Madrid y el Barcelona confluyeron ayer en un empate en el estadio Wanda Metropolitano, escenario de un duelo intenso, ideado desde la defensa por el conjunto rojiblanco e igualado por el equipo azulgrana desde el ataque y un gol de Luis Suárez en el minuto 81.
Un punto para el líder de la clasificación conseguido en el tramo final, pero perseguido, hasta merecido quizá por ocasiones, un rato antes, desde que terminó el primer tiempo con el Atlético al frente del marcador con un gol de Saúl e inabordable en su defensa, más accesible en la reanudación ante Messi y Suárez.
El Atlético tenía muy afinado su plan. No asumiría más riesgos de los que le provocara su adversario, el Barça, consciente desde el primer minuto que la responsabilidad de la pelota sería suya, que delante tendría un muro de futbolistas en torno a Oblak y que detrás tendría que correr para frenar los contragolpes.
También que tal panorama le exigía un ejercicio de paciencia, movilidad y precisión. O una individualidad de Messi, que no repara en defensas ni en tácticas ni en rivales, que juega, regatea y se perfila siempre con la portería contraria en su mente. Este sábado a los 29 segundos. No fue gol por unos centímetros a la derecha.
Luego se vio mucho menos a Messi en las zonas concluyentes, siguió el Barça con el balón, un monopolio por momentos, nada dañino en cualquier caso... Y hasta ahí; sin más oportunidades en un rato largo, en el que el Atlético demostró determinación en dos remates de Griezmann, uno previa carrera vertiginosa y túnel a Piqué.
Los dos los paró imponente Ter Stegen, pero también los dos eran un indicio de que por mucho repliegue y por mucho que la pelota le durara poco o nada al Atlético, se jugaba quizá más a lo que diseñó el equipo rojiblanco que a lo que quiso el Barça, que nada más forzó una parada de Oblak en el primer acto.
Y, de repente, en el minuto 20, el 1-0 de Saúl. Un golazo, porque en el desarrollo hubo más de una decena de toques locales, porque cuando aceleró desbordó al bloque azulgrana con una rápida combinación Saúl-Filipe Luis-Carrasco que encarriló al internacional español hacia el borde del área y porque su tiro final fue ajustado, perfecto, inalcanzable, hasta para los reflejos de Ter Stegen. 1-0.
Un golpe reafirmante para el Atlético que exigía, a la vez, un replanteamiento al Barça, con tanto balón como poca profundidad y sin remates desde el minuto 3, la única intervención de Oblak, al descanso, frenado una y otra vez por su firme rival.
No volvió a rematar el conjunto azulgrana hasta el minuto 55 con un derechazo de Luis Suárez repelido por Oblak, pero ya sí le dio algo más de continuidad. Poco después, por ejemplo, con la zurda de Messi. Su falta solo pudo despejarla el poste.
Entonces sí se sintió mucho más inquieto y cansado el Atlético. El enésimo desafío de resistencia para el conjunto rojiblanco y un estresante reto para el Barça, frustrado primero por Oblak y completado en parte después, con un punto, con un cabezazo de Luis Suárez que premió la inaguantable insistencia culé.