POR qué no?”, responden al unísono Yasmín Márquez, Sandra García y Garazi Unibaso, las tres capitanas del San Ignacio Femenino, cuando se les pregunta si se ven en la Liga Iberdrola la temporada que viene. “Si no, no iríamos hasta Sevilla. Vamos a intentarlo”, añaden todas sin dudarlo. Porque este domingo, después de haber logrado el subcampeonato del grupo II de la Segunda División detrás del Athletic B, el Sani disputa frente al conjunto hispalense el partido de ida de la primera de las dos eliminatorias de promoción que les separan del ascenso a la élite del fútbol estatal.

Yasmín es de Alonsotegi, central y capitana, a sus 27 años. Sandra, pivote de Basurto, es estudiante de Magisterio de Educación Infantil. Y Garazi, centrocampista de Urduliz, tiene 28 años. Son las tres capitanas que con humildad ponen voz a la plantilla de un San Ignacio efervescente que está haciendo historia. “A mediados de la temporada nos juntamos algunas del equipo para comentar a los entrenadores que queríamos aspirar a ganar la liga y nos dijeron que era un objetivo muy ambicioso. Luego hemos ido partido a partido y hemos llegado hasta aquí. Otros años las derrotas nos han hecho más daño, pero en esta ocasión no hemos tirado la toalla y hemos vuelto a levantar la cabeza”, advierte Sandra. “Ha sido una meta, sobre todo, de las jugadoras”, añade Garazi. “Nos juntamos y todas teníamos claro que queríamos ganar la liga. Al final, no puedes decir vamos a ir poco a poco, pero sin rumbo. No. El rumbo es ir a por la liga, pero a ganarla”, asevera, por su parte, Yasmín.

Las tres jugadoras del Sani, lideradas desde el banquillo por Iker Madariaga y Joseba Basarrate, como otras muchas de la plantilla, no se olvidan de su pasado rojiblanco. Yasmín jugó en el Athletic B, pero Sandra y Garazi llegaron hasta la primera plantilla rojiblanca. “Lo más importante que me ha ocurrido en una competición ha sido jugar este play-off, pero también fue muy importante, para mí, cuando me fichó el Athletic hace ya seis años”, rememora la defensa de Alonsotegi. “El éxito de este año es muy distinto a lo que viví en Lezama. Al final, conseguir algo tan importante con mucha gente con la que he jugado toda la vida, aspirar a la máxima categoría con un club tan humilde ha sido un sueño”, sentencia Garazi. Su compañera Sandra lo tiene claro: “En Lezama es verdad que hay muchos medios. Aquí tenemos masajista, material para entrenar, campo también? pero no es lo mismo”.

Ante uno de los ‘cocos’ El domingo, a las 12.00 horas, el San Ignacio se medirá a uno de los cocos de la liguilla: el Sevilla. “Yo prefería jugar primero en casa. Ya me han dicho que soy una moderna. En casa se puede llevar un buen resultado y fuera vas a por todo”, apunta Sandra García. “Parece que había más posibilidades con el grupo de tres. Pero de tocarnos un grupo de cuatro, yo sí quería que nos cayera un equipo bueno, como es el Sevilla. Va a ser un partido más, aunque sea tan especial. Llevamos todo el año queriendo conseguir esto y ahora hemos bajado la euforia, en el sentido de decir que hemos quedado segundas pero aún no hemos hecho nada. Queda lo más importante”, enfatiza Garazi. “¿Y si vamos a Sevilla y nos meten cinco? Pues en Sani les metemos seis”, advierte Yasmín sin titubeos.

“Si no conseguimos subir, pues el año que viene vuelta otra vez. Aunque el hecho de hacer una buena temporada hace que te puedan llamar otros equipos. Athletic, Real, Oiartzun, Eibar o algún equipo de Segunda que quiera hacer un buen proyecto”, señala Garazi. Un ejemplo de ello, aunque no sea en forma de fichaje, es que una de las guardametas, Maitane Bravo, el año que viene marchará becada a estudiar a Estados Unidos compaginándolo con el deporte.

Esta semana todas las miradas están puestas en el rival andaluz. “Me sorprendió la cantidad de goles que lleva el Sevilla a favor, pero también puede ser por los contrarios. El último clasificado lleva más de 100 goles en contra. Nuestra liga es muy competida y eso también ayuda. También le hemos ganado en liga al Athletic B, que ha quedado campeón, y al Oviedo en pretemporada”, recuerda Garazi, igual de optimista que Sandra: “Estamos enchufadas, no hay más que ver cómo seguimos el sorteo por las redes sociales. Nos da igual quién nos toque. Vamos a por todo. Si vamos a la final contra el Sevilla, habría que haberle ganado también. Es igual ahora o luego”.

La clave del éxito para el San Ignacio parece sencilla: humildad, unión, trabajo y una pizca de suerte. “Puede que la clave haya sido el buen grupo que tenemos entre todas”, piensa en alto Garazi. “También ha habido suerte en ocasiones que otros años no entraban y este sí”, añade Sandra.

Después del entrenamiento del viernes en Bilbao, el Sani partirá por la noche en autobús, para poder realizar un último entrenamiento el sábado a la tarde en la capital andaluza. Una expedición de diecisiete jugadoras, tres técnicos, una masajista y dos directivos que sufrirán las doce ilusionantes horas de trayecto. No faltará la jugadora Naira Solís, que días antes de lograr la clasificación contra el Añorga sufrió una rotura de peroné que le ha dejado fuera de combate para esta histórica cita contra el conjunto hispalense.