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Conor Washington: “Ser cartero me ayudó a tener los pies en la tierra”

El punta, que juega con Irlanda del Norte porque su abuela nació en Belfast, trabajó de cartero hasta hace cuatro años

Conor Washington: “Ser cartero me ayudó a tener los pies en la tierra”

EL fútbol, como casi todos los deportes, no es más que un reflejo en el espejo de la sociedad. Es lo que la gente quiere ver y quiere ser. El fútbol no es más que un amplificador enorme disfrazado de juego, que, al fin y a la postre, es su esencia. El público adora a Cristiano Ronaldo o a Leo Messi, el pueblo quiere figuras, quiere referentes, pero ama a otras cosas. El pueblo ama más al héroe de la clase obrera, al perdedor eterno, al Alcoyano de turno, que al líder, al talentoso y al brillante, que aburre de tanto ganar. Aunque son dos tipos distintos, compatibles por supuesto, la gente es más de alma que de gambeta. Dios sabrá por qué. El pueblo quiere pan y circo, pero no habla el idioma de los gigantes. Por eso idealizan las victorias de los pequeños y la revolución de los modestos en citas como la Eurocopa. Por eso Islandia enamora, por eso Jamie Vardy es una estrella y por eso Conor Washington es un aliciente. Es el brillo de la clase trabajadora. Los hombres del pueblo. Sueños de revolución.

Cristiano Ronaldo, conocido por su carácter especial con la prensa, debería haber conocido a tipos como ellos antes de decir que el mundo le envidiaba por ser guapo, tener dinero y jugar bien al fútbol. Conor Washington conoce las dos realidades de la misma moneda. El delantero portugués, no. El punta del bloque norirlandés no es un fuera de serie, pero tiene sensación de rebelión. Actualmente milita en el Queens Park Rangers de Championship -olvidada ya de la vitola de cementerio de elefantes al que fueron a ganar pocos partidos y mucho dinero gente de la talla de Júlio César, Rio Ferdinand, Shaun Wright-Phillips o Harry Redknapp- y su historia viene ciertamente ligada a la de Vardy, obrero en una fábrica antes de ganar la Premier con el Leicester y ser el mejor delantero inglés del año. Conor, nacido en Chatham, tomó desviaciones para llegar a ser futbolista profesional al no formar parte de las canteras más importantes de Inglaterra y, a la vez, se dedicaba a trabajar de cartero. Una historia como muchas otras. Misivas de gloria.

Así, el punta, de 24 años, al cumplir la mayoría de edad se encontraba militando en el Saint Ives Town de la inglesa Cambridgeshire, en el que se desempeñó con gran olfato goleador mientras curraba en el servicio postal de la ciudad. Marcó 52 tantos en medio centenar de partidos y asomó como un punta con colmillo en las divisiones bajas del fútbol inglés.

Mientras trabajaba en Correos, Conor estuvo estudiando para entrar en las Fuerzas Aéreas británicas. A falta de repetir un examen de matemáticas para conseguir el puesto, el Newport County galés vio buena madera en el joven Washington y se rascó el bolsillo. Por 5.000 libras, el cartero de Saint Ives se fue al oeste de su isla para ayudar al bloque a ascender a la League Two tras 25 años de ausencia. Si este conjunto hubiera esperado un poco más, el de Chatham jamás hubiera podido jugar con Irlanda del Norte y estaría trabajando como operador de sistemas de armamento con uniforme.

a londres por 2,5 millones Estuvo dos temporadas en Newport y su progresión siguió siendo satisfactoria. El delantero logró ocho goles en 52 actuaciones y, por una llamada del Peterborough United de la League One, hizo las maletas al este de Inglaterra. Allí también mostró registros interesantes en sus dos temporadas: 33 goles en 94 partidos. Así, en enero de este mismo año, el Queens Park Rangers sacó el talonario y firmó una oferta de dos millones y medio de libras para hacerse con sus servicios de cara a la disputa de la segunda vuelta de la Championship, al abrigo del técnico y legendario delantero holandés Jimmy Floyd Hasselbaink.

Al cartero le llegó la internacionalidad con Irlanda del Norte en marzo. Aunque él es inglés de pura cepa, como su madre, y viene de padre escocés, su abuela nació en Belfast. Ella y el seleccionador Martin O’Neill le dieron la posibilidad de vestir la elástica verde. Debutó contra Eslovenia en marzo con gol y ha marcado dos tantos en cinco encuentros.

“Ser cartero me ayudó a tener los pies en la tierra”, revela en entrevistas Washington. El público ama a tipos como Conor, héroes de la clase obrera, tipos con coraje, con entrañas, nacidos de los cimientos. El respetable quiere ver en el césped al que se refleja en el espejo de su habitación. Así nacen los sueños y los mitos. El propio Mats Hummels, uno de los mejores centrales de Europa, admite que le admira. Por algo será.