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El Celta rechazó a Salva Ballesta porque iba a Vigo "a hacer política"

Vigo. El presidente del Celta, Carlos Mouriño, dijo ayer que mantiene su decisión de no contratar al exfutbolista Salva Ballesta como segundo entrenador de Abel Resino, una postura que negó que adoptara por la presión del celtismo, y acusó al exjugador del Atlético de Madrid, Valencia y Málaga, entre otros equipos, de querer aprovecharse del club vigués "para hacer política".

Ballesta se ganó fama de facha por sus gestos al marcar goles y por haber justificado el franquismo.

"El Celta no veta absolutamente a nadie, contrata o no contrata", dijo el dirigente gallego, visiblemente enojado. "A nosotros nos proponen traer a Salva de segundo y hacemos nuestras investigaciones, como siempre, y decidimos que no puede venir al Celta", reiteró.

El máximo accionista del Celta aseguró que había frenado la llegada del exfutbolista debido a los informes negativos que había recibido de él: "Analizamos los problemas que tuvo en otros equipos como jugador y que no tenía la experiencia suficiente para fichar por el Celta".

El presidente del Celta, muy tenso, realizó estas declaraciones durante la presentación de Abel Resino como nuevo entrenador del equipo en sustitución de Paco Herrera. Resino quería llevar de segundo a Ballesta, y aceptó el cargo sin poner objeción al veto, gesto por el que ha sido muy criticado por insolidario y egoísta.

Por su parte, Ballesta respondió a Mouriño asegurando que a él no le interesa la política. "Yo lo único que he hecho es enorgullecerme de ser español y eso parece que a algunas personas no le gusta", dijo.