Síguenos en redes sociales:

La despedida soñada

La afición txuriurdin aclama a Mikel Aranburu en su último partido con la Real

La despedida soñadaruben plaza

donostia. Un estadio de Anoeta abarrotado otorgó ayer a Mikel Aranburu, el veterano más insigne de la Real Sociedad, su despedida soñada al cumplir, aclamado por la afición, su deseo de retirarse vestido de corto en su último partido con el equipo en el que ha desarrollado toda su carrera profesional.

La entidad del rival, un Valencia clasificado en tercera posición que la próxima campaña jugará la Liga de Campeones, y las 2.500 entradas que el club sacó esta semana a la venta a bajos precios para arropar al equipo en el último partido de la temporada, permitieron una magnífica entrada en el estadio donostiarra, que se ha volcado en el adiós al capitán txuriurdin.

Los gritos de apoyo a Aranburu, de 33 años, y las pancartas agradeciéndole su entrega a los colores, marcaron la sencilla y emotiva ceremonia en la que, en los prolegómenos del encuentro, el presidente de la Real Sociedad, Jokin Aperribay, impuso la insignia de oro y brillantes del club al gran capitán blanquiazul.

Aranburu, que ascendió al primer equipo el 22 de junio de 1997 en un encuentro frente al Logroñés, anunció su retirada a principios de este mes en una rueda de prensa en la que estuvo arropado por el entrenador realista, Philipe Montanier, el director deportivo de la entidad, Lorenzo Juarros Loren, y por sus compañeros de plantilla.

En esta comparecencia, explicó que sentía llegado el momento de abandonar el fútbol y opinó, con modestia, que su retirada no supondrá un gran perjuicio para el club porque el equipo cuenta con buenos jugadores jóvenes en su posición.

Tras conocer su firme decisión de no continuar, aunque contaba con una oferta de renovación sobre la mesa, la entidad donostiarra comenzó a planear una despedida acorde con este histórico jugador.

El homenaje comenzó sobre las 19:50 horas, diez minutos antes del partido, con la salida al campo de los jugadores de Real Sociedad y Valencia con los niños de los equipos infantiles de la Real y el Lagun Onak, club este último en cuyas categorías inferiores jugó Aranburu.

La presencia de estos jóvenes, que formaron un pasillo de honor, ha escenificado el salto que, con 13 años, dio Mikel Aranburu desde su Azpeitia natal a la factoría de Zubieta.

Entre los aplausos de todos estos jugadores, Aranburu saltó al terreno para recibir la insignia de oro y diamantes del club de manos de Jokin Aperribay, mientras era aplaudido por un estadio puesto en pie.

"Sólo por vivir este día ha merecido la pena haber estado tantos años", dijo Mikel tras el partido, "porque He recibido más cariño y apoyo del que imaginaba".