UNA de las frases que más ha repetido este verano Philippe Montanier para explicar su propuesta futbolística es que los extremos de su 4-3-3 van a marcar más goles que otros años. No ha habido que esperar demasiado para que se cumplan sus presagios. En los dos partidos que ha disputado en la Liga, la Real ha anotado cuatro goles, todos ellos de cabeza. Tres llevaron la firma de Agirretxe y el otro, de Griezmann, al aprovechar un disparo del primero al larguero. Esto se traduce en que hasta la fecha tres de los goles los ha anotado el jugador que estaba actuando de extremo por la banda izquierda, ya que el de Usurbil jugó en esa posición de manera inesperada en Gijón.
Montanier no tiene problemas en apostar por un nueve en la banda, entre otras cosas porque la consigna del extremo es la de llegar siempre al área a rematar cuando la jugada llega por la otra banda. El hecho de que todos los tantos hayan llegado con la testa no está discutido con el manual de fútbol de toque y posesiones largas que propugna el galo. Es más, se trata solo de la finalización, ya que por poner un ejemplo la jugada del primer gol en El Molinón arrancó en una recuperación de la defensa en el córner contrario desde donde centró Carlos Martínez y en la misma participaron varios jugadores realistas. El segundo tanto fue un centro desde la izquierda de De la Bella, que el extremo de la otra banda, Xabi Prieto, asistió también con la cabeza a Agirretxe para que éste alojara el balón en el fondo de las mallas.
Curiosamente, la acción del primer tanto ante el Barcelona, el que metió a la Real en el partido, tuvo los mismos protagonistas. De la Bella puso un pase perfecto al que Agirretxe llegó porque no se lo esperaba, el esférico llegó a Xabi Prieto que después de varios amagos a Adriano centró con la zurda para que el de Usurbil anotara con la testa. Como se recordará, el empate llegó en una jugada poca elaborada al estar precedido por error flagrante de Villa al ceder sin mirar un balón hacia atrás y dejar solo Agirretxe ante Valdés. Busquets evitó con la mano el primer gol con el pie de la temporada, y fue Griezmann el que anotó con la cabeza a puerta vacía.
Pese a contar con buenos cabeceadores, como Agirretxe, Llorente o Prieto, la Real solo marcó doce tantos con la testa la pasada campaña. Sorprendentemente fue Griezmann el que más anotó de esta manera, con cuatro, seguido de Llorente y Tamudo, con dos cada uno. El resto llevaron la firma de Aranburu, Ansotegi, Agirretxe y Sutil. La Real marcó 23 dianas con el pie derecho y diez con la zurda.
Agirretxe está acaparando muchos de los elogios que ha recibido el equipo por su buen arranque de temporada. El delantero, que también fue el máximo realizador de la pretemporada txuri urdin con tres goles, sabía que este año iba a ser decisivo en su carrera después de no contar con demasiadas ocasiones con Martín Lasarte. Después de ganar la carrera por la titularidad a Joseba Llorente y Diego Ifrán, con sus tres tantos en dos encuentros se codea con los mejores goleadores del campeonato, ya que solo le superan Cristiano Ronaldo y Roberto Soldado, con cuatro dianas, y le igualan Miku y Negredo, al que se enfrentará el sábado en el Sánchez Pizjuán.
Pese a que finalmente no ha llegado un delantero centro, tal y como había pedido Montanier a la dirección deportiva dado el preocupante estado de forma de Joseba Llorente, la realidad es que no parece que la plantilla esté coja en los puestos ofensivos. En los dos partidos de Liga, el de Hondarribia se quedó fuera de la lista. A Gijón no viajó Griezmann, que apenas había entrenado con el equipo a su regreso del Mundial sub'20, y en el banquillo se quedó Diego Ifrán.
Frente al Barcelona, Montanier contaba con Carlos Vela y Diego Ifrán como revulsivos atacantes para el tramo final del encuentro. El 2-2 provocó que solo saliese el mexicano, quien además estuvo muy cerca de fabricar el tercer tanto que hubiera sido el de la victoria, al poner un gran centro con el exterior en el descuento que Dani Alves tuvo que despejar a córner al adelantarse a Iñigo Martínez.
Probablemente era más lógico apuntalar la línea defensiva, donde todavía hay muchos problemas como se pudo comprobar ante el Barcelona en la primera parte, que pudo acabar con un severo correctivo en forma de goleada, y pese a la ilusionante aparición del central de Ondarroa.