En refrescantes ensaladas. Gracias a su alto contenido en polifenoles y flavonoides, la granada tiene grandes niveles de antioxidantes, mayores, incluso, que los de otras frutas y alimentos, como el té verde. Resulta muy refrescante como complemento en ensaladas, por ejemplo de cuscús o de pollo, nueces y queso.
REDUCE EL COLESTEROL
En zumo, cardioprotector. Numerosos estudios han demostrado que la granada tiene propiedades cardioprotectoras. Consumirla a diario puede reducir los niveles de colesterol LDL y subir el HDL. Así que, si la comes o tomas su zumo a diario podrías estar dando un paso gigante hacia un corazón más saludable.
EFECTO ANTIEDAD
En salsa de carnes y pescados. Tiene mucho folato, potasio y vitaminas C, E, A, B1 y K. Está muy sabrosa en salsas, con pescados y carnes como el solomillo. Se prepara pochando una cebolla y añadiendo los granos de una granada, zumo de 1/2 limón y azúcar. Cocinar cinco minutos y verter un vasito de Pedro Ximénez. Reducir, batir y colar
BAJA EN GRASAS
En tostas de queso. La granada es una de las mejores frutas para degustar en otoño, con la ventaja de ser baja en grasas. Te sorprenderán sus múltiples beneficios para la salud y la cantidad de provecho que puedes sacarle en la cocina. No obstante, también está sabrosa cruda, véase en tostas de queso como aperitivo.
REDUCE LA TENSIÓN
Con berenjenas a la parrilla. Reduce la tensión arterial y previene problemas cardiovasculares. Una receta sencilla es la de berenjenas con granada. Cortar en rodajas dos berenjenas, salar y dorar en la parrilla. Verter sobre ellas la mezcla de un yogur griego, zumo de limón, ajo picado, perejil, pimienta y sal. Adornar con granos de granada.
DIURÉTICA
Versatilidad para decorar platos. Otra propiedad interesante de la granada es que es una fruta diurética. Con todo, su forma y su color dan mucho juego a la hora de decorar los platos. Así, puedes formar con los granos un círculo alrededor de cualquier alimento, echarlos aleatoriamente por encima, hacer un lecho mullido...