El festival va mucho más allá de los conciertos. En sus caminos de tierra, entre carpas y luces de neón, se esconde un universo paralelo de experiencias, juegos, sorteos, comida y descanso. Una dimensión donde lo importante no es solo la música, sino también el vivir.
En imágenes: Las actividades y lugares fuera de la música
Markel Fernández
El festival va mucho más allá de los conciertos. En sus caminos de tierra, entre carpas y luces de neón, se esconde un universo paralelo de experiencias, juegos, sorteos, comida y descanso. Una dimensión donde lo importante no es solo la música, sino también el vivir.
En imágenes: Las actividades y lugares fuera de la música
Markel Fernández
El festival va mucho más allá de los conciertos. En sus caminos de tierra, entre carpas y luces de neón, se esconde un universo paralelo de experiencias, juegos, sorteos, comida y descanso. Una dimensión donde lo importante no es solo la música, sino también el vivir.
En imágenes: Las actividades y lugares fuera de la música
Markel Fernández
El festival va mucho más allá de los conciertos. En sus caminos de tierra, entre carpas y luces de neón, se esconde un universo paralelo de experiencias, juegos, sorteos, comida y descanso. Una dimensión donde lo importante no es solo la música, sino también el vivir.
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Markel Fernández
El festival va mucho más allá de los conciertos. En sus caminos de tierra, entre carpas y luces de neón, se esconde un universo paralelo de experiencias, juegos, sorteos, comida y descanso. Una dimensión donde lo importante no es solo la música, sino también el vivir.
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Markel Fernández
El festival va mucho más allá de los conciertos. En sus caminos de tierra, entre carpas y luces de neón, se esconde un universo paralelo de experiencias, juegos, sorteos, comida y descanso. Una dimensión donde lo importante no es solo la música, sino también el vivir.
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Markel Fernández
El festival va mucho más allá de los conciertos. En sus caminos de tierra, entre carpas y luces de neón, se esconde un universo paralelo de experiencias, juegos, sorteos, comida y descanso. Una dimensión donde lo importante no es solo la música, sino también el vivir.
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Markel Fernández
El festival va mucho más allá de los conciertos. En sus caminos de tierra, entre carpas y luces de neón, se esconde un universo paralelo de experiencias, juegos, sorteos, comida y descanso. Una dimensión donde lo importante no es solo la música, sino también el vivir.
El festival va mucho más allá de los conciertos. En sus caminos de tierra, entre carpas y luces de neón, se esconde un universo paralelo de experiencias, juegos, sorteos, comida y descanso. Una dimensión donde lo importante no es solo la música, sino también el vivir.