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Begoña E. Ocerin
Ver galería >A trece kilómetros de Antequera, al norte de la provincia de Málaga, en la vega del río Guadalhorce, se encuentra la Serranía del Torcal, que esconde el espectáculo natural más sorprendente: ocho kilómetros de una ruta turística están colgados en roca viva a una altura de 100 a 300 metros. Es el Camino del Rey. No todos lo pueden recorrer.
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A trece kilómetros de Antequera, al norte de la provincia de Málaga, en la vega del río Guadalhorce, se encuentra la Serranía del Torcal, que esconde el espectáculo natural más sorprendente: ocho kilómetros de una ruta turística están colgados en roca viva a una altura de 100 a 300 metros. Es el Camino del Rey. No todos lo pueden recorrer.
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A trece kilómetros de Antequera, al norte de la provincia de Málaga, en la vega del río Guadalhorce, se encuentra la Serranía del Torcal, que esconde el espectáculo natural más sorprendente: ocho kilómetros de una ruta turística están colgados en roca viva a una altura de 100 a 300 metros. Es el Camino del Rey. No todos lo pueden recorrer.
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A trece kilómetros de Antequera, al norte de la provincia de Málaga, en la vega del río Guadalhorce, se encuentra la Serranía del Torcal, que esconde el espectáculo natural más sorprendente: ocho kilómetros de una ruta turística están colgados en roca viva a una altura de 100 a 300 metros. Es el Camino del Rey. No todos lo pueden recorrer.
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A trece kilómetros de Antequera, al norte de la provincia de Málaga, en la vega del río Guadalhorce, se encuentra la Serranía del Torcal, que esconde el espectáculo natural más sorprendente: ocho kilómetros de una ruta turística están colgados en roca viva a una altura de 100 a 300 metros. Es el Camino del Rey. No todos lo pueden recorrer.
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A trece kilómetros de Antequera, al norte de la provincia de Málaga, en la vega del río Guadalhorce, se encuentra la Serranía del Torcal, que esconde el espectáculo natural más sorprendente: ocho kilómetros de una ruta turística están colgados en roca viva a una altura de 100 a 300 metros. Es el Camino del Rey. No todos lo pueden recorrer.
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A trece kilómetros de Antequera, al norte de la provincia de Málaga, en la vega del río Guadalhorce, se encuentra la Serranía del Torcal, que esconde el espectáculo natural más sorprendente: ocho kilómetros de una ruta turística están colgados en roca viva a una altura de 100 a 300 metros. Es el Camino del Rey. No todos lo pueden recorrer.
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A trece kilómetros de Antequera, al norte de la provincia de Málaga, en la vega del río Guadalhorce, se encuentra la Serranía del Torcal, que esconde el espectáculo natural más sorprendente: ocho kilómetros de una ruta turística están colgados en roca viva a una altura de 100 a 300 metros. Es el Camino del Rey. No todos lo pueden recorrer.
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A trece kilómetros de Antequera, al norte de la provincia de Málaga, en la vega del río Guadalhorce, se encuentra la Serranía del Torcal, que esconde el espectáculo natural más sorprendente: ocho kilómetros de una ruta turística están colgados en roca viva a una altura de 100 a 300 metros. Es el Camino del Rey. No todos lo pueden recorrer.
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A trece kilómetros de Antequera, al norte de la provincia de Málaga, en la vega del río Guadalhorce, se encuentra la Serranía del Torcal, que esconde el espectáculo natural más sorprendente: ocho kilómetros de una ruta turística están colgados en roca viva a una altura de 100 a 300 metros. Es el Camino del Rey. No todos lo pueden recorrer.
A trece kilómetros de Antequera, al norte de la provincia de Málaga, en la vega del río Guadalhorce, se encuentra la Serranía del Torcal, que esconde el espectáculo natural más sorprendente: ocho kilómetros de una ruta turística están colgados en roca viva a una altura de 100 a 300 metros. Es el Camino del Rey. No todos lo pueden recorrer.