Piastri se muestra impecable en Bahréin
Vence implacable una cita que reafirma el potencial de McLaren y confirma al australiano como serio candidato al título de Fórmula 1
Oscar Piastri fue el principal encargado de expresar en esta ocasión, el Gran Premio de Bahréin, las bondades del monoplaza McLaren, el coche más poderoso de la parrilla. El piloto australiano, magistral, obró su segunda victoria de la temporada y desempató con su compañero Lando Norris y con Max Verstappen en número de conquistas este año, ofreciendo muestras de que atesora talento para formar parte de la batalla por el Campeonato del Mundo de Fórmula 1. Norris dio otra prueba del verdadero potencial de McLaren al escalar desde la sexta posición hasta la segunda pese a sufrir una sanción de 5 segundos. Es un momento dorado para los coches papaya. Solo George Russell, segundo, se entrometió en la fiesta.
Piastri llevó la carrera a su antojo. Arrancó desde la pole, la segunda del curso, y se protegió sin complicaciones en los suspiros inaugurales. Todo transcurría a pedir de boca para sus intereses. Aunque el circuito de Sakhir quiso poner una prueba mayor para el australiano de 24 años, que está ante la mayor oportunidad de su vida. En la vuelta 32, cuando había alcanzado la diferencia de 7,4 segundos sobre Russell, su mayor amenaza, el coche de seguridad invadió la pista debido a varios fragmentos depositados sobre el asfalto tras diversos toques. La carrera se reseteó y Piastri tuvo que volver a demostrar su capacidad. Lejos de ser arrastrado por la rabia o el nerviosismo, no le tembló el pulso para cerrar la prueba liderando todas las vueltas y concluir con 15 segundos de ventaja. Una auténtica barbaridad que evoca a épocas de dominio de Mercedes o Red Bull.
"Nunca ha sido una pista que nos vaya bien", asegura Piastri
“Ha sido un gran resultado, un fin de semana increíble. Rematar el trabajo con estilo ha sido bonito. No puedo agradecer lo suficiente al equipo el coche que me han dado. Nunca ha sido una pista que nos vaya bien, lo que demuestra que es un gran resultado”, expresó Piastri, que admitió que “hubiera preferido que no saliera el safety car, pero que “tenía confianza porque el ritmo era bueno. Desde ese momento ha sido bastante fácil”. Fue sincero el australiano, que no quiso engordar su gesta.
Detrás se produjo una bonita lucha por las posiciones de podio. Russell fue el gran invisible, como viene siendo todo el curso, pero siempre está en zonas punteras. Esta vez esa aparición del safety car, en la que aprovecharon hasta catorce pilotos para montar el tercer juego de neumáticos, le puso en apuros. Russell se vio obligado a montar gomas blandas –no tenía más– en un trazado de alta degradación y tuvo que tratar de sobrevivir en la segunda posición hasta la última vuelta, la 57. No obstante, durante los giros finales, el británico sufrió problemas de frenos, con el volante y con el DRS. “Hemos tenido problemas de todo tipo”, afirmó. Terminó siendo investigado precisamente por el uso del DRS fuera de la zona autorizada, pero evito la sanción al no funcionar su detector automático y no beneficiarse de la circunstancia.
Ferrari adoptó la que parecía ser la estrategia más certera. No dio para que sus coches avanzaran más allá de la cuarta plaza de Leclerc y la quinta de Lewis Hamilton, pero sí permitió que ambos se repusieran del mal punto de partida. Leclerc, que comenzaba segundo, cayó a la cuarta posición en los primeros metros de la carrera y peleó por la segunda plaza; Hamilton salió desde la novena pintura tras un aciago sábado. Estos resultados se produjeron gracias a una propuesta de arrancar con neumáticos medios en lugar de los blandos que montó la mayoría de la parrilla y la apuesta por un segundo juego de medios para concluir con los blandos.
Ambos Ferrari mantuvieron un precioso duelo con Norris, que pese a iniciar desde la sexta pintura, sufrir una sanción de 5 segundos por estar fuera de la caja en la parrilla de salida y tener que ceder una posición a Hamilton, terminó acosando a Russell, a su rueda. Pero antes tuvo que lidiar en pista con Hamilton y posteriormente con Leclerc. Un tremendo manifiesto del potencial de su equipo. “Lamento no haber podido dar el doblete a McLaren”, declaró Norris, que permanece en el liderato pero ahora con solo tres puntos de ventaja sobre Norris.
Verstappen, hundido
Red Bull volvió a mostrar que atraviesa por su peor momento de los últimos años. Max Verstappen se disparó desde la séptima posición y solo ganó una plaza en la última vuelta, condenado además por malas paradas en boxes –falló el semáforo en la primera visita y en la segunda se atascó una rueda– y por un stint con calzos duros que demostró ser el peor con gran diferencia en este trazado. Su papel estuvo plagado de lamentos. “No tengo grip con los neumáticos duros”. “Todo se está sobrecalentando”. “Esto es ridículo”. Una retahíla que reflejó la agonía del campeón, que se descuelga a 8 puntos del liderato. Su compañero Yuki Tsunoda fue noveno.
Por otro lado, Fernando Alonso acabó decimosexto, dando más síntomas de la decadencia de Aston Martin, y Carlos Sainz abandonó con el coche dañado tras un toque y después de ocupar el sexto lugar en los primeros metros de la carrera.