La empresa le ha sido encomendada a un histórico jugador, Andriy Shevchenko, y no es otra que pasar de la fase de grupos, objetivo que no logró ni cuando junto a Polonia organizó la Eurocopa de 2012, que ganó la selección española.
Apenas tiene Ucrania liturgia internacional, y solo puede presumir de haber participado en un Mundial, el de Alemania 2006, eso sí, alcanzando los cuartos de final, donde cayó ante Italia, el ganador del título, en la época esplendorosa del que ahora es su entrenador.
Después de faltar a todas las anteriores, Ucrania afronta ahora su tercera Eurocopa consecutiva y la meta es romper el techo de cristal, es decir, alcanzar los octavos de final.
El semblante del grupo, si exceptuamos a Países Bajos, indiscutible favorito, así lo sugiere dado el perfil de los otros dos contendientes, Macedonia del Norte y Austria. Y también su buena fase de clasificación en el grupo C, donde quedó por delante del vigente campeón, Portugal, al que ganó 2-1 en Kiev, y de Serbia, a la que aplastó 5-0 en un partido espléndido de Yevhen Konoplyanka, una de las ausencias más significativas a causa de una lesión.
Sin uno de sus jugadores más desequilibrantes, Ucrania aún tiene argumentos, como Zinchenko, que ha crecido junto a Pep Guardiola en el City. La consistencia que le da el jugador del Atalanta Malinovski al el centro del campo. También se esperan los goles de Yaremchuk y el veterano Yarmolenko o las habilidades de Marlos, uno de los muchos brasileños del Shakhtar, que optó por nacionalizarse.
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