I recopiláramos las promesas realizadas por parte de los partidos que concurren a las elecciones al Parlamento Vasco y las leyéramos en su conjunto, una de las conclusiones sería que los partidos hasta ahora en la oposición no tienen ninguna intención, ni esperanza, en gobernar. Solo así puede entenderse que el partido morado proponga incrementar en 4.000 millones de euros la partida destinada a sanidad y que se proponga que dicha cantidad crezca sin fin, debido al incremento de los salarios de los empleados públicos, refuerzos en la educación, mejoras en el sistema de pensiones, reducciones de jornada ?fundamentalmente en el sector público? y ayudas de toda índole. ¡A mí, sencillamente, no me salen las cuentas! Más si cabe, si partimos de la base de que para sostener los servicios y hacer frente a los presupuestos aprobados este año y, previsiblemente, los siguientes, habrá que endeudarse, como nunca€ En este contexto, la propuesta del PP para bajar los impuestos resulta, sencillamente, un brindis al sol, es una propuesta irrealizable, que además traería un deterioro sin igual de los servicios públicos.

Falta de seriedad y rigurosidad en las propuestas, por mucho que algunos sindicatos intenten acompañar dichas ocurrencias e intenten influir en la campaña con sus movilizaciones.

Otro tanto sucede cuando hablamos de la actualización del estatus político de Euskadi. Defender que la acción unilateral y la confrontación directa, en el contexto europeo, van a resultar efectivas en el camino para la actualización de los Derechos Históricos y la emancipación nacional, son ensoñaciones que evitan poner los pies en nuestra variada y compleja realidad social, cultural, política y territorial. Una cosa es estar completamente en desacuerdo con la política auspiciada por el Estado, de la mano del PSOE y PP, a la hora de encarar el conflicto territorial€ y otra, estar de acuerdo con una vía, como la catalana, que ha mostrado continuamente sus carencias a la hora de labrar consensos, hacer propuestas y elaborar estrategias que posibiliten avanzar. Solo podremos conseguir continuar en la senda iniciada por nuestros predecesores si actuamos con amplios consensos sustentados en la inteligencia, ambición, realismo, constancia y determinación.

Estamos en un momento crucial de nuestra historia reciente. No podemos fallar a las generaciones actuales, ni poner en riesgo las que están por venir. No podemos huir de nuestra responsabilidad a la hora de afrontar esta situación que nos ha tocado vivir. Tenemos que hacer frente a una pandemia que ha traído consigo muerte, desolación, incertidumbre y desesperanza, y que ha generado una crisis económica local y global. Tenemos que encarar la mejora de nuestros servicios públicos y la mejora de nuestra red para poder sostener a todas aquellas personas que viven la situación actual con mayores dificultades. Tenemos que abordar la reconstrucción, sin dejar a nadie atrás, con responsabilidad, solidaridad, implicación, cercanía y altura de miras.