Se ha pasado días preocupado por el efecto somnífero que puede provocar su clara victoria en las encuestas, pero al final el PNV ha encontrado petróleo escarbando en uno de esos sondeos y cree que ha dado con la tecla para movilizar al votante: el estudio de EITB Focus refleja que el último escaño en Araba se lo disputan el PNV y Vox, de manera que votar a Iñigo Urkullu se presenta como una suerte de voto útil para frenar la irrupción en el Parlamento Vasco del partido de ultraderecha, la bestia negra para un amplio espectro de votantes vascos (no solo del PNV, sino de EH Bildu, de la izquierda de adscripción estatal o incluso de algunos sectores del PP). El PNV se desplazó ayer hasta Araba, a Langraiz Oka, para avisar por boca de su presidente, Andoni Ortuzar, de que solo sacan ventaja a Vox por 250 votos, y pidió una movilización masiva para arañar otras 1.500 papeletas. Ortuzar buscó el cuerpo a cuerpo en esta batalla polarizada con Vox al pedir "dejar a los fachas en la calle" y mantener el Parlamento "limpio de ultras, xenófobos y machistas". Esta nueva batalla añade épica a una campaña extraña y lo hace en el momento justo: en el arreón final, a cuatro días de la cita electoral del domingo.

"El escaño 25 por este territorio nos lo estamos jugando por un puñado de votos el PNV y Vox. Según nuestros cálculos, ahora nos separan unos 250 votos a nuestro favor. No es suficiente. Hay que abrir más brecha. Ya sabéis lo puñetero que es el sistema d'Hondt: como sería el primer escaño para Vox, por cada voto nuevo que ellos consigan, nosotros tendremos que sacar diez. Así que necesitamos un cordón electoral más fuerte. Según nuestros cálculos, si nos ponemos el objetivo de sacar 1.500 votos más, Vox se quedaría seguro fuera del Parlamento y nosotros conseguiríamos un escaño más. No me digáis que no es un reto apasionante: dejar a los fachas en la calle. Mantener nuestro Parlamento limpio de ultras, xenófobos y machistas", alentó Ortuzar. El jeltzale pidió a cada militante que busque dos votos más: "Si votan al PNV, Vox se queda a cero, se queda a cero el follonero. Y decidles también que, si no votan, es posible que en los próximos cuatro años Araba esté representada en el Parlamento por alguien que no cree ni en esta tierra ni en la democracia".

La candidata de Vox es una desconocida, Amaya Martínez Grisaleña. Estos días, no obstante, han desfilado por Euskadi los primeros espadas del partido en el Congreso de los Diputados. Los mítines no han estado exentos de tensión con los sabotajes de grupos antifascistas, y el lehendakari ha pedido respetar el pluralismo, aunque esa defensa de los derechos humanos no es obstáculo para que él mismo haya pedido en varias ocasiones trazar un cordón democrático para que la formación de Abascal no entre en el Parlamento Vasco y no convertir a Vox en un partido más. Ya en las elecciones generales, el jeltzale Aitor Esteban arrasó en las redes al negar el saludo en un debate al representante de Vox, una imagen que metió al PNV en campaña. Los datos de EITB Focus descuadran la estrategia de EH Bildu, que pretendía presentarse como freno antifascista, como ya hizo en anteriores elecciones en Araba con el argumento de que había que dejar sin escaño a Javier Maroto en las generales. Pero ahora la pugna se libra entre PNV y Vox. Esos son los datos, aunque Bildu trata de introducirse en la pelea con el argumento de que, si sube la participación en general y también su propio voto, se encarece el porcentaje que debe lograr Vox para irrumpir. Pero EITB sitúa con nitidez la pugna entre PNV y Vox: los jeltzales se mueven entre los 9 y los 10 escaños, y el asiento se lo disputa Vox, entre 0 y 1.

Ortuzar puso en valor la importancia de lograr un "gobierno fuerte y eficaz" para no estar abocados a "cierta inestabilidad política" ante una oposición a la que no ve por la labor de arrimar el hombro. Pidió "desconfiar de los apóstoles de las recetas mágicas", y presentó a Urkullu como un líder fiable a quien dejarle las llaves de casa. Reiteró el plan de deuda para no acometer recortes ni subir impuestos. Por la mañana, el candidato Urkullu había repetido en Gasteiz que su prioridad es volver a colocar el paro por debajo del 10%.

"Tenemos que mantener nuestro Parlamento limpio de ultras, xenófobos y machistas"

Presidente del EBB del PNV