UNA respuesta del portavoz del Gobierno Vasco, Bingen Zupiria, durante una entrevista sirvió para poner voz a una sensación que lleva tiempo asentándose entre quienes mantienen compromisos pendientes por parte del presidente español: los márgenes para su cumplimiento en esta legislatura prácticamente se han agotado. Los acuerdos sobre los que se sustentó la confianza y, con ella, la investidura de Pedro Sánchez, en el caso concreto de la Comunidad Autónoma Vasca incluían un desarrollo más diligente de las transferencias pendientes, propiciar el reconocimiento efectivo de las identidades territoriales del Estado o mejorar la participación de las instituciones vascas en la Unión Europea. Apartados todos ellos que distan de poder considerarse cumplidos y que, con la proximidad de la campaña electoral de municipales y autonómicas en el Estado como antesala de las generales, no figuran en la agenda del Ejecutivo español. De hecho, Sánchez se maneja abiertamente en una agenda particular no consensuada y que orienta a la proyección de su propia imagen asociada a la futura presidencia española del Consejo de la Unión Europea (UE), en el segundo semestre de este año. En ese marco, ha dejado escapar esta semana la oportunidad de hacer un guiño a las recientes reclamaciones llegadas de las comunidades autónomas del Eje Atlántico al obviar en su exposición sobre las prioridades de su presidencia de la UE su pronunciamiento conjunto en defensa del desarrollo de sus infraestructuras. Sánchez tendrá también la oportunidad de incorporar a esa agenda el impulso a la macrorregión europea y a la articulación de la participación que a su vez demandan conjuntamente regiones con competencias legislativas de Portugal, Austria, Bélgica, Dinamarca o los Estados español y francés. Pero, por el momento, no hay indicio de que las vaya a incorporar a sus propuestas de debate entre los socios europeos. No obstante, cuando el presidente español concluya su gira europea deberá tomar conciencia de que los retos que le esperan en el marco doméstico son los que determinarán sus posibilidades de repetir en Moncloa. Retos para los que el precedente de la desidia con la que afronta las obligaciones contraídas con sus socios de investidura y las prioridades de estos dificultará reeditar la confianza necesaria. l