EL presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, acometió ayer su quinta remodelación de Gobierno con el mismo alcance limitado que las anteriores, con la salvedad de la que acometió en 2021 con la intención de dejar atrás el desgaste de año y medio de pandemia. La agenda electoral vuelve a ser la causa de la intervención del presidente sobre su equipo. Ya marchó Salvador Illa como candidato a la Generalitat como ahora lo hacen Carolina Darias y Reyes Maroto que se postularán a las alcaldías de Las Palmas y Madrid, respectivamente. Igualmente, la candidatura de Pablo Iglesias a la Comunidad de Madrid supuso el único movimiento ministerial en el lado de sus socios en esta legislatura, lo que ha sido una constante que se repite hoy: la actuación del presidente sobre la parte de Gobierno encabezada por su partido, sin tocar nunca las carteras de Unidas Podemos. En el que será arreón final de la legislatura Sánchez evita encarar una remodelación más amplia y ratifica implícitamente al que puede ser su ministro más desgastado y públicamente cuestionado: Fernando Grande-Marlaska. Queda en cuestión el augurio de que se vaya a producir más cerca del ocaso de la legislatura una revisión de mayor calado en tanto el ciclo electoral a las puertas del verano lo condiciona todo y la oportunidad de desactivar a los actores más polémicos de su gobierno ha pasado a segundo plano en tanto el pulso interno de Unidas Podemos sitúa al PSOE como la parte más estable. En este marco, la sensación de que los meses que quedan hasta final de año pueden reducirse a un mero trámite ganaría peso aunque existen reformas legales aún pendientes. Difícilmente se podrán acometer después las que no se encaren en este periodo legislativo de apenas tres meses. Con este escenario, el gabinete no apunta a ser un hervidero de iniciativas. Las obligadas por procesos cuya tramitación ya está en marcha y las imprescindibles para proyectar imagen de efectividad en un año en el que empieza a ser imperioso constatar los efectos de la gestión de los fondos europeos como antídoto de la incertidumbre socioeconómica. Los nombres que se incorporan al ejecutivo responden también a esa prioridad: Héctor Gómez en la encomienda de aplicarse en esa dirección en la cartera de Industria y José Manuel Miñones en la de Sanidad.