El Gobierno Vasco y agentes económicos y sociales se han reunido para analizar la situación que atraviesan las empresas vascas, como consecuencia del coronavirus. Desde el punto de vista económico, han concluido que en Euskadi es prematuro aventurar posibles medidas para paliar hipotéticas afecciones, dado que no existen aún, casos ni datos que constaten una afección empresarial contrastable y medible. En todo caso, el Gobierno Vasco y los agentes han acordado mantener una comunicación directa y fluida que permita detectar futuras afecciones, que a día de hoy no se están produciendo, pero que no se descarta como consecuencia de la gestión de los recursos humanos y el previsible retraso de mercancías procedentes del exterior.

La prioridad, tanto para la administración como para los agentes económico-sociales, sigue siendo velar por la salud de las personas, atención y cuidado que ya se está ofreciendo, por parte del Departamento de Salud, al conjunto de la sociedad vasca.

Ahora bien, dada la incertidumbre y las amenazas que se asoman con motivo de la extensión de esta enfermedad a nivel internacional y local, el Gobierno Vasco ha convocado esta reunión con un enfoque de carácter, exclusivamente, económico y empresarial. A la misma, han asistido responsables de cinco departamentos del Gobierno Vasco, Arantxa Tapia consejera de Desarrollo Económico e Infraestructuras, Pedro Azpiazu consejero de Hacienda y Economía, Sonia Perez consejera de Turismo Comercio y Consumo, así como viceconsejeros y viceconsejeras de los departamentos mencionados, y Marcos Muro, Viceconsejero de Empleo junto con la directora de Trabajo y Justicia, Elena Perez, y representantes de las asociaciones empresariales Confebak, Adegi, Cebek y Sea, las Cámaras de Comercio de Álava, Bilbao y Gipuzkoa, así como representantes de los sindicatos UGT, ELA, LAB y CCOO. También han acudido a la reunión titulares de promoción económica de las diputaciones de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa.

Unas cuentas públicas preparadas para hipotéticas afecciones severas

La intensidad del impacto del COVID-19 en la economía vasca dependerá de la duración de la crisis sanitaria y de su intensidad. Los impactos principales vienen desde el exterior, pero a ellos se pueden sumar también la crisis de confianza, sobre todo si el proceso se alarga en el tiempo. En marzo corresponde la revisión de la previsión de crecimiento de la economía vasca, que actualmente es del 1,9%.

En todo caso, el Gobierno Vasco ha tranquilizado a los agentes económicos señalando que, ante una posible variación negativa del presente escenario, y en caso de una detección contrastable y medible del impacto del coronavirus en la economía, Euskadi dispone de unas cuentas saneadas para responder:

El Gobierno Vasco, con el cierre de 2019, se encuentra en situación cómoda para poder afrontar las necesidades que surjan. La política de reducción del endeudamiento desarrollada estos últimos cuatro años hace que las cuentas públicas estén en buena situación para abordar la situación de forma más calmada.

Financiación discrecional de los gastos del departamento de Salud y rapidez en la respuesta de los estabilizadores automáticos en forma de prestaciones de RGI y otras.

Si las empresas se vieran afectadas, ello supondría retrasos y aplazamientos en los ingresos públicos con la consiguiente caída de la recaudación que se contabiliza según criterio de caja. De persistir eso se traduciría en un aumento del déficit.

Ante un hipotético escenario de impacto negativo, contrastable y medible, y en caso de que se diera una restricción del crédito, cabría formular líneas de financiación, reforzando las ordinarias o, incluso, emitiendo líneas extraordinarias puesto que se cuenta con margen en los límites de garantía que ya contempla la ley de presupuestos.

Además, ante un hipotético escenario de impacto negativo, contrastable y medible, se valorará orientar una parte substancial del superávit de 2019 para la realización de inversiones que impulsen la actividad y que potencien los efectos de respuesta a la baja de actividad.