UN padre y su hijo viajan en coche y tienen un accidente grave. El padre muere y al hijo se lo llevan al hospital porque necesita una compleja operación de emergencia, para la que llaman a una eminencia médica. Pero cuando entra en el quirófano esta eminencia dice: "No puedo operarlo, es mi hijo". Este acertijo se hizo viral en mayo de 2018 junto a un vídeo que muestra cómo muchas personas no dan con la respuesta de que la eminencia médica es la madre. Automáticamente, piensan en que tiene que ser un hombre. Esta adivinanza salió a colación en la jornada Mujer, ciencia y tecnología. STEAM Euskadi, que organizó DEIA en el Bizkaia Aretoa y que fue moderada por la coordinadora de redacción de este periódico, Susana Martín.

El encuentro contó con las intervenciones de Cristina Uriarte, consejera de Educación del Gobierno vasco; Amaia Esquisabel, directora de Investigación de este mismo departamento; Fernando Cossio, director científico de Ikerbasque; Arantzazu García Lekue, también de Ikerbasque e investigadora en el Donostia International Physics Center (DIPC) por la UPV-EHU; Lorena Fernández, directora de Identidad Digital en la Universidad de Deusto; y Eugenio Astigarraga, profesor en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de Mondragon Unibertsitatea.

STEAM es el acrónimo de los términos en inglés de ciencia, tecnología, ingeniería, matemáticas y también artes, unas disciplinas en las que, según los datos, existe una brecha entre hombres y mujeres. Se da tanto en el número de mujeres que decide formarse en estos ámbitos, como después, es decir, en el profesorado, en los doctorados y postdoctorados, en la carrera investigadora€ y, sobre todo, en los puestos de relevancia. También se produce, incluso, antes, en la etapa escolar con las inquietudes y los gustos que muestran las niñas hacia estas materias. "Desde el Departamento de Educación del Gobierno vasco nos planteamos que teníamos que hacer algo en 2017 y eso se tradujo en 2018 en el lanzamiento de la Estrategia STEAM. En ella, integramos las artes y humanidades con la ciencia, tecnología, matemáticas, la ingeniería porque son competencias básicas para cualquier profesional. Por eso la conocida como educación STEM tiene la A. Nos hemos planteado tres objetivos fundamentales: impulsar la educación y formación científico-tecnológica en todas las etapas educativas, implicando para ello a agentes socio-económicos; inspirar vocaciones y aspiraciones profesionales en el ámbito, con especial atención a las alumnas; y promocionar la divulgación y la cultura científico-tecnológica entre la ciudadanía. Para ello, nos hemos centrado en diez líneas de trabajo y poniendo el foco en colocar la perspectiva de género en todas las acciones", explicó la directora de Investigación de Educación del Gobierno vasco.

Antes de impulsar este programa, se llevó a cabo un exhaustivo análisis. "Hay un número muy bajo de alumnas que accede a grados universitarios y de formación profesional en la rama STEM; en este último caso, es un alumnado que está disminuyendo en los últimos años y que no llega al 10%, según los últimos datos del Eustat. En las alumnas que entran en los grados STEM de la universidad, hay un incremento que se mantiene ligeramente y que es del 30%", comentó Esquisabel, que también aportó otros datos sobre la situación de género una vez concluidos los estudios. "Respecto al personal docente investigador hombre y mujer en las universidades vascas, si vemos la serie histórica, hay una mejora. En el caso de la universidad de Deusto hay una convergencia hacia la paridad y en la UPV y en Mondragon hay una evolución positiva, pero todavía no hay paridad. Sin embargo, a nivel de doctorandos, doctoradas y postdoctorales, tenemos un equilibrio. Incluso hay más mujeres que hombres doctorándose cada año en las universidades vascas, pero conforme avanza la carrera investigadora, se produce un efecto tijera, porque hay una predominancia mayor de hombres en puestos de relevancia, catedrático y directores de centros científicos respecto a mujeres", resumió la experta del Gobierno vasco.

Por todo ello, en la mesa de debate se habló de las causas de esta diferenciación entre hombres y mujeres en el terreno STEAM y se aludió, por ejemplo, a los prejuicios, a la falta de referentes femeninos, a la maternidad€ También salieron otros temas, como la notable demanda del mercado laboral de profesionales científico-tecnológicos, la formación del profesorado, si se transmite bien en qué consiste una carrera técnica€

"Uno de los problemas es la falta de referencias femeninas. Cuando estamos con el proyecto Inspira STEAM y les pedimos a las niñas que piensen en alguien de este ámbito te dibujan al típico científico loco. Haces un análisis de películas y series que consumen, y ven un Big Bang Theory, por lo que dicen que no quieren ser una Amy o un Sheldon. Hay una clara falta de referentes de mujeres científico-tecnológicas. Sobre todo, les falta referentes cotidianos, del día a día. Por eso también en Inspira tenemos mentoras casi de su barrio, en las que pueden reflejarse. Y por ejemplo, a mí me viene mucho a la cabeza el efecto Scully. Hicieron un estudio en Estados Unidos porque un 30% de las mujeres que están ahora dedicándose a la ciencia y tecnología lo habían hecho por Dana Scully, de Expediente X. Porque había un referente en el que sí se querían ver reflejadas, no en el de Amy, por ejemplo. Microsoft, por otro lado, hizo un estudio en el que analizó a 11.000 niños y vio que si tenían un referente familiar, educativo, en televisión, etc. subía mucho el porcentaje de niñas que se decantaban por eso", aseguró Lorena Fernández. Su compañera en la mesa de debate, Arantzazu García Lekue, coincidió en ese déficit de ejemplos a seguir y también aludió a otra cuestión para tratar de explicar por qué hay menos mujeres que se decantan por estas profesiones: los estereotipos. "Hay muchos prejuicios con los que nosotros mismos, investigadores e investigadoras, tenemos que luchar. Hay un estudio de 2015 que apareció en Science hecho por el departamento de Psicología de Princeton. Hicieron un experimento sin decir a nadie que era un experimento de género y cogieron a académicos de distintas disciplinas. Había tres bloques con actitudes: uno era con ideas como ser brillante, tener objetivos felices€ Otro hacía referencia al trabajo sistemático, ser ordenado... Y otro bloque era sobre empatía. Se pedía asociar esas actitudes con diferentes carreras y profesiones y ¡sorpresa! Las profesiones en las que hay más mujeres eran las de empatía y trabajo sistemático y la de hombres, eran las que tanto mujeres como hombres habían asociado con ser brillante. Eso quiere decir que ese prejuicio existe en todas partes, también en el ámbito investigador, universitario€ Creo que al final todos alimentamos eso con ciertas maneras de tratar a la gente. Hay un prejuicio un poco escondido y creo que todos tenemos que hacer autocrítica", reflexionó la investigadora. En este sentido, ella, que es doctora en Física por la UPV/EHU, confesó que nunca pensó que "estaba estudiando una carrera de chicos". "No tuve la sensación de que estaba haciendo una elección a contracorriente. Me parece que es una pena que haya chicas que, por el motivo que sea, no elijan lo que más les guste", destacó. Arantzazu García Lekue admitió, por otra parte, que al ir de Erasmus a Holanda sí empezó a notar que llamaba la atención que una chica estuviera estudiando Física. "En una clase enorme estábamos solo dos chicas, una de Vitoria y yo. Y un día en un bar hablando con un chico, me preguntó a ver qué estudiaba, le contesté que Física y después de mirarme de arriba abajo, me dijo: Pareces normal. Luego también oí comentarios como: Ah, ¿pero vienes sola? Yo no he visto que a un hombre le pregunten eso", desveló. Pero claro, en este contexto entran en juego también otros factores relativos a las ciencias que no tienen que ver tanto con ser chico o chica, esto es, la imagen que se asocia a alguien que tiene esos gustos.

la imagen De hecho, Fernando Cossio consideró que estas modalidades no atraviesan su mejor momento de popularidad. "Hay que tener en cuenta que las ciencias de STEM han entrado en una crisis bastante fuerte en la percepción pública. La imagen que tienen las matemáticas, la física y la química, etc. ha sufrido una migración a una idea más negativa. En los años 60, en la postguerra y con la carrera espacial, la ciencia gozaba de una imagen social muy positiva, y progresivamente este modelo ha entrado en crisis y dentro de esta crisis, está la de las vocaciones de las mujeres en ciencia que, a su vez, ha sido sensible ha esta migración. El problema es singularmente difícil porque en el contexto de desarrollo económico y social, las ciencias y las ingenierías juegan un papel muy importante, y, sin embargo, el interés social de las nuevas generaciones no acompaña, precisamente. Y dentro de eso, el problema de género es aún mayor, por lo tanto, es muy serio el trabajo que queda por hacer", señaló. En esta intervención, Fernando Cossio introdujo otro dato a valorar: el mercado laboral pide a gritos a profesionales de STEAM. "Según un estudio de Confebask respecto a la situación en 2016 y a la previsión en 2018, la gran demanda se produce en áreas de fabricación, instalación, electricidad€ Y también en las ingenierías, incluyendo ingeniería informática, de manera que engloban alrededor de un 80% de las demandas de nuestras empresas. Además, el estudio preveía un incremento del 56% en el caso de las FP y del 26% en el de universidades. Es decir, los estudios universitarios de las ramas STEM son los más solicitados por las empresas vascas y además su demanda está creciendo en el tiempo. Y no es un hecho aislado, porque en Europa y en el resto del mundo hay una demanda muy importante en profesiones STEM con una oferta que no se está satisfaciendo. De hecho, el Parlamento Europeo se ha hecho eco de esta necesidad con un estudio que recoge que todos los países miembro tienen problemas para atender a las demandas de las profesiones STEM, especialmente, las demandas de las ingenierías y las TICs", trasladó la directora de Investigación de Educación del Gobierno vasco.

Así que se da esta paradoja, a la que el profesor Eugenio Astigarraga añadió otro matiz. "Un informe decía que a jóvenes de Educación Secundaria las empresas de su entorno no les decían nada. Si las propias empresas no son, o somos, capaces de hacer atractivos nuestros trabajos y poner de manifiesto qué trabajos se van a requerir, difícilmente vamos a conseguir que esos desfases de la formación profesional vayan cambiando", afirmó.

más motivos Sin duda, la maternidad es otra de las razones que descompensa una balanza de por sí nada equilibrada entre hombres y mujeres científicos. "La baja por paternidad me parece una medida necesaria, pero no suficiente porque la carrera investigadora no son cuatro meses. Hace falta que se impliquen los hombres en el cuidado de los hijos. A mí, me gustaría saber cuántos hombres y mujeres hay en la puerta de un colegio a las cuatro y media de la tarde. En mi entorno, conozco a parejas investigadoras con hijos, pero yo ya veo quién se va a las cuatro y cuarto en el 99% de los casos", apuntó Arantzazu García Lekue. Fernando Cossio, por su parte, habló de un caso que él vivió. "Tanto en la política científica del Gobierno vasco como en la forma de trabajar de Ikerbasque hace tiempo que se introdujo la posibilidad de incorporar un paréntesis en la carrera investigadora por cuidado de personas, maternidad, paternidad€ Y tengo que decir que al principio hubo choque en todas partes. Recuerdo una vez que estaba reunido el panel de selección, porque había una plaza para investigadores jóvenes y una candidata que era muy buena. Y uno de los miembros del panel de selección dijo que el único problema que veía es que le parecía un poco mayor para ese perfil, porque era un puesto para personas que estaban iniciando su carrera científica. Nosotros sabíamos que esta persona había tenido tres hijos en el postdoctorado. Entonces, la cuestión de los plazos y las edades hay que flexibilizarlo. Y el evaluador dijo que sí, que claro que había que tenerlo en cuenta. En aquel entonces, hace unos años solo, también había una actitud por parte de algunas investigadoras de tomar estas medidas como paternalistas y les parecía inadecuado acogerse a ello. Hoy en día esto no sucede. Ahora ya se pone en el currículo que has estado de baja de maternidad o que has estado cuidando a tu madre enferma de Alzheimer . La gente ya tiende a poner estos periodos de dedicación y ahora ya no hay esa reticencia, pero antes sí la había", contó el director científico de Ikerbasque.

La moderadora del encuentro, Susana Martín, realizó también una interesante aportación. "En el periódico hicimos un espacio al que titulamos Mujeres 4.0, que tenía dos objetivos: visibilizar a las mujeres científicas, ingenieras€ y que contaran su experiencia. Hemos buceado en la hemeroteca para poner sobre la mesa algunas de las frases que nos dejaron. Una ingeniera informática aseguró: Me han llegado a decir que no parezco informática porque no soy friki. Una ingeniera aeronáutica: Yo era una buena estudiante, pero a la hora de elegir, dudé, ¿voy a poder? Hay que derribar las barreras mentales incluso antes de elegir la carrera. Una mujer cirujana, la jefa de trasplante hepático del hospital de Cruces: "Cuando salgo del quirófano de verde, siempre tengo que identificarme, decir que soy yo la cirujana que ha operado. A ellos no les pasa. Otra ingeniera informática: Me llegaban mensajes antes de la elección de la carrera: ¿Vas a ser ingeniera? Y con las horas que trabajan, luego ¿cómo vas a ser madre? Y a la directora del aeropuerto de Loiu, que es ingeniera aeronáutica: Sería interesante una serie de televisión sobre ingenieras con una vida completa sin renuncias". Todas estos ejemplos demuestran que hay mucho camino por recorrer. Y para avanzar, otra de las herramientas puede estar en la educación. "Necesitamos hacer frente a problemas reales desde pequeños. Creo que una de las claves está en la Educación Primaria, es tarde actuar ya en tercero o cuarto de Secundaria. Los sesgos están dados. Este año, en una zona de Eibar hicieron un estudio y quedaba palpable que esa diferenciación entre chicos y chicas en cuanto a intencionalidad. Los chicos, más a tecnología e informática y las chicas, más a Medicina, Administración€ Tenemos que actuar desde la Educación Primaria y hacer realidad Heziberri 2020", constató Eugenio Astigarraga. "Yo suelo decir que la competencia trasversal más importante es la de aprender a aprender. Y nosotros, como docentes, tenemos que darles los recursos para que aprendan, las estrategias y las actitudes para que sigan aprendiendo. Si conseguimos eso, lo conseguiremos todo. Lo demás está a un clic de distancia", agregó el profesor de Mondragon. También su compañero de mesa intervino en este punto: "Recuerdo cuando empezaron las semanas de la ciencia, venían niños y niñas a trastear. No había ninguna diferencia y pienso que hay algún momento en la adolescencia en el que los caminos divergen y hay que actuar antes de que se produzca el daño".

Las chicas añadieron otra reflexión. "Creo que explicamos mal en qué consisten estas carreras. No nos acercamos a la gente joven de manera sencilla y, sobre todo, a decirles qué problemas sociales pueden resolver a través de las carreras STEM y el impacto que van a tener definiendo la sociedad del futuro, que a mí me parece importantísimo", aseveró Lorena Fernández. "Una vez, después de una charla que di, una chica me preguntó: ¿Y yo qué tengo que estudiar para hacer lo que haces tú? A mí me hizo mucha ilusión, pero me desconcertó", incidió Arantzazu García Lekue. A todo ello, habría que sumar la idea de educar al que educa. "El gran reto, para mí, está en la formación del profesorado; creo que hay que reforzar mucho, en especial, la formación del profesorado de Primaria y Secundaria", sentenció el experto de Mondragon Unibertsitatea.