Jaime Pons fundo Le Bigott Gastronomic en Bilbao hace más de 35 años. Recientemente sus hijos, Virginia y Jorge, se hicieron cargo de la empresa de regalos gourmet. Disponen de un magnífico showroom, situado desde 2016 en el el bajo del número 58 de la Gran Vía, que se complementa con una nave en el polígono Erletxe. Muchos de sus clientes y proveedores se remontan a tres décadas. “Es un orgullo mantener esas relaciones de fidelidad con los clientes y también con los proveedores, que son muy importantes”, aseguran. 

¿A qué se dedica Le Bigott Gastronomic?

Virginia Pons: A los regalos gastronómicos para empresas: los detalles que quieren hacer a los clientes, a su equipo de trabajadores, colaboradores o bien campañas de fidelización, por ejemplo, con clientes que superen cierto volumen de facturación. Por supuesto, todo lo relacionado con regalo gourmet vinculado a la Navidad. Por eso tenemos un pico estacional muy alto. Llegamos a ser entre 45 y 50 trabajadores en campaña y unos doce el resto del año.

¿Para que emplean este magnífico showroom de Le Bigott Gastronomic?

Jorge Pons: No tenemos catálogo. La mayor parte de las empresas de regalos ofrecen un catálogo. Nosotros, no. Todas las cestas son personalizadas para las empresas. Nos amoldamos a cualquier presupuesto, al perfil de destinatarios y a las cantidades que el cliente necesite. Las empresas vienen a este local, prueban los productos y deciden. Diseñan un regalo a la carta. Además no eligen sobre el papel; lo hacen con seguridad. Por ejemplo, probando el vino que van a enviar. 

¿Cómo lo consiguen?

J.P. Negociamos muy bien porque tenemos un volumen alto de demanda. Por eso somos competitivos. Nuestro regalo no contiene el turrón que se puede encontrar en cualquier sitio, sino que es un turrón artesano, denominación de origen Jijona. Y eso es extrapolable a todos los productos. Disponemos de mucho producto con nuestra propia marca, de manera que sí pactamos las calidades. En nuestros regalos no existe producto de relleno. Manejamos los niveles e intentamos que sean distintos a los que ocupan las baldas de las grandes superficies. Traemos muchísimo género internacional, que no está en el mercado y, a la vez, trabajamos mucho con productores pequeños. El conjunto sorprende y, por eso, nuestras cestas son diferentes.

¿De qué manera conocieron ekinBarri?

J. P. A través de CEBEK y, también, gracias a una start up de cuadros eléctricos con la que tenemos muy buenas relaciones personales y profesionales, y que se encuentran en Erletxe, en un pabellón al lado del nuestro. Nos comentaron que participaban en el programa y nos lo recomendaron. 

¿Qué es lo que están aplicando de ekinBarri?

V. P. Una de las más importantes para nosotros es gestionar el personal. Contamos con personal en Erletxe y personal en Bilbao. Los focos son distintos en unos y en otros. Los perfiles del personal son diferentes. En Bilbao, comerciales y relaciones públicas; mientras que en Erletxe el perfil es administrativo y de almacén. Eso producía una desalineación en cuanto a personas y roles dentro de la propia empresa. Jorge y yo somos supercomplementarios, pero también muy diferentes. De ahí que vimos la necesidad de alinear ambas áreas de la empresa, marcar unos roles, unas misiones, una cultura de empresa común, unos valores. La estacionalidad, además, redunda en que la gente trabaje mucho en campaña pero que el resto del año sea distinto.

Concretamente ¿En qué les ayuda ekinBarri?

V. P. Estamos trabajando en la visión compartida. Existen tareas que aplica el equipo comercial de las que no son conscientes en almacén y viceversa. Es un proceso para conocer y entender, y eso ha venido muy bien a todo el personal. Proporciona un espacio para que la parte emocional del trabajador tenga cabida y las personas puedan hablar en un ámbito de confianza en los ‘vestuarios’. Eso es algo que todos hemos agradecido porque te aporta otra visión distinta. A veces, en el día a día no tienes ese hueco para hablar de la parte personal. El vestuario de Erletxe se reúne un viernes cada dos semanas, aunque, si surge la necesidad, se puede convocar por cualquier circunstancia. Intentamos que los posibles conflictos se resuelvan. Todo el mundo puede hablar libremente, dar su opinión, nadie se juzga, y cada opinión es perfectamente valida, la tuya, la mía como la de otro. Cuesta poner esta dinámica en marcha pero creo que es muy positiva. 

¿Cómo lo han llevado a cabo?

J.P. ekinBarri nos ha apoyado en el asesoramiento práctico de gestión de personal. Hicimos entrevistas con ellos, con cada persona dentro de la organización y, luego, en equipo. Nos ayudó a crear esos espacios, que antes no teníamos. Para nosotros es una forma de seguir aprendiendo, evolucionando y desarrollándonos.

Se trata del camino para la consolidación de una cultura de empresa compartida

J.P. Claro, porque hay cierta información que todo el mundo comparte. A raíz de eso también hemos establecido reuniones de equipo. Antes las hacíamos de una manera informal y menos periódica. Ahora, todos los lunes tenemos una reunión de equipo en la que todo el mundo habla de su propio planning. De ese modo, cada cual es consciente de lo que tiene que hacer y de su impacto en los demás. Cada cual se programa y se generan, en ocasiones, reuniones posteriores para concretar cuestiones. Por eso hemos trabajado la reflexión sobre cuales son las consecuencias de mi puesto de trabajo para otros compañeros y para la empresa. Es un aspecto que se ha mejorado.

¿Perciben ustedes mejoras a consecuencia de participar en ekinBarri?

V. P. Estamos desarrollando el proceso en cascada. Nos estamos centrando en toda esa parte de procesos para analizar, optimizar las acciones. Estamos mejorando las áreas revisando la forma de hacer para mejorar todo. Con un cronograma, un proceso claro, es más fácil ir planificando y poniendo fechas. En la parte organizacional entiendes mucho más cómo funciona todo. Le das importancia al concepto de feedback, para hablar con las personas. Hay muchas cosas que se dan por sobreentendidas y esa es fuente de conflictos. Aprender a gestionarlo y a entenderlo para no llevar a equivocaciones es importante.

¿En qué momento del programa ekinBarri se encuentran?

V. P. Nos encontramos en una segunda fase para unir nuestros dos espacios, el de Erletxe y el de Bilbao. Hemos confiado a una persona de la organización para que sea partícipe de la visión de ambos emplazamiento y realice una función de enlace. Nos ha sucedido que algunos trabajadores no se conocían físicamente; hablan por teléfono un montón de veces al día pero no se ponían cara. Avanzamos con los retos a los que nos enfrentábamos con los dos espacios físicos, las diferentes misiones de las diferentes áreas, la gestión de personal por ser una empresa estacional, la fase de la escucha y otros aspectos.

¿Cómo ven el futuro de Le Bigott Gastronomic?

J.P. De momento estamos centrados únicamente en la fase de mejorar procesos y trabajar mejor para poder vender más. enemos previsto para más adelanta enfocarnos en la desestacionalización. Para empezar, lo haremos impulsando catas y maridajes durante todo el año. También nos planteamos salir de Euskadi e, incluso, a nivel internacional. En lo relativo al personal, estamos aprendiendo a delegar para poder dar un paso delante de lo que ha sido y es una empresa familiar