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El futuro de Talgo entra en una nueva fase de incógnitas tras el veto a la OPA

El Gobierno insiste en razones de seguridad para oponerse a la adquisición por parte de un grupo húngaro

El futuro de Talgo entra en una nueva fase de incógnitas tras el veto a la OPA

La negativa del Gobierno español a autorizar la OPA del consorcio húngaro Ganz MaVag sobre el constructor de ferrocarriles Talgo no resuelve el futuro de la empresa, uno de cuyos centros productivos se ubica en la localidad alavesa de Rivabellosa. El grupo ofertante ya ha anunciado su decisión de apelar la decisión ante las instancias judiciales correspondientes, incluidas las europeas, mientras vuelve a aparecer en el horizonte la posibilidad de una fusión con la checa Skoda –sin relación con el fabricante de automóviles del mismo nombre– como vía para asegurar la capacidad industrial de Talgo, que es también la principal petición de los sindicatos. El ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, insistió ayer en la defensa del veto del Gobierno a la operación “para proteger los intereses de España y la seguridad nacional”.

El rechazo de la Junta de Inversiones Extranjeras, el órgano interministerial que supervisó el contenido de una OPA valorada en 620 millones de euros, se basa en razones de seguridad del Estado y de protección de los intereses estratégicos españoles, como señaló el Ministerio de Economía el martes. Se temen los posibles vínculos entre el grupo húngaro y fondos de inversión rusos ligados al Kremlin en un momento en que la amenaza rusa sobre Europa se toma cada vez más en serio. Así, según informó ayer el diario El País, el Gobierno tomó la decisión apoyándose en un informe del Centro Nacional de Inteligencia, que apunta a las conexiones rusas que hay con el potencial comprador. Más allá de estos informes, el hecho es que el 45% de la firma húngara está controlada por un fondo estatal, gobernado ahora por Viktor Orbán –próximo a Putin– al mismo tiempo que uno de los principales directivos de Magyar Vagon, András Tombor, fue asesor en el pasado de uno de los gobiernos de Orbán. Asimismo, la compañía estaba participada por la rusa Transmashholding hasta que las sanciones contra Moscú por la invasión de Ucrania obligó a que saliese del capital. No obstante, Tombor confirmó que hay un contrato compartido con Transmashholding por obligaciones contractuales.

Las opciones del grupo húngaro Ganz MaVag pasan ahora por abrir un incierto camino judicial. Expertos consultados ayer por la agencia Efe subrayaron que tienen distintas opciones, desde presentar un recurso contencioso-administrativo en los tribunales españoles a llevar el caso a instancias europeas, presentando una queja formal ante la Comisión Europea o una cuestión prejudicial ante el Tribunal de Justicia de la UE. En cualquier caso, las probabilidades de que prosperen estas iniciativas son limitadas, explicaron los expertos, pues al escudarse en razones de seguridad nacional, el Gobierno dispone de amplia discrecionalidad para dar cobertura jurídica a sus decisiones. Además, el denominado escudo antiOPAs, aprobado en pandemia para impedir que empresas españolas cayeran en manos extranjeras tras la caída en la valoración que sufrían, faculta al Gobierno a estrechar sus mecanismos de control. Asimismo, también esta interesado el grupo checo Skoda, propiedad del fondo de inversión de ese país PPF. No obstante, este conglomerado plantea una fusión y no la adquisición del accionariado, que sería la opción preferida por los accionistas de la firma española.