No hay tregua en el enfrentamiento entre la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, y el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi. Llega el turno ahora de la jornada laboral, un frente en el que Díaz quiere actuar cuarenta años después del último movimiento a la baja y que para Garamendi es una barrera ideológica inexpugnable.

La vicepresidenta segunda confirmó ayer martes su voluntad de trabajar con los agentes sociales “a velocidad de crucero” para aprobar la reducción de la jornada laboral “antes del verano”. El número uno de la patronal recordó que en los convenios colectivos la jornada laboral se negocia en años y no en semanas, frente a la pretensión del Ministerio de Trabajo de reducir el número de horas semanales. Por un lado se apuesta por implantar un marco legal y por otro se insiste en la necesidad de fijar la jornada en cada empresa.

En declaraciones a los medios en un desayuno de Nueva Economía Fórum, la ministra explicó que el viernes pasado terminaron “de manera inconclusa” las negociaciones bilaterales que mantenían patronal y sindicatos para cerrar los flecos de esta reducción de jornada, a 38,5 horas semanales este año y 37,5 horas el que viene. “Desde ayer y hasta el verano nos reuniremos todas las semanas para abordar la reducción de jornada”, dijo Díaz, un asunto que no sólo incluye el tiempo máximo de trabajo, sino también las horas extra y otros factores. Se trata de “trabajar menos para vivir mejor, manteniendo los salarios”, explicó Díaz, que busca que ésta sea “la legislatura del tiempo”.

El protagonista del desayuno, el secretario general de UGT, Pepe Álvarez, afirmó durante su intervención que “la reducción del tiempo de trabajo es absolutamente necesaria”, sobre todo en algunos sectores “que se han quedado atrás”. El líder de UGT se mostró dispuesto a lograr que haya un consenso en esta materia con la patronal, porque las reformas pactadas “son las que duran” y porque ello debería generar también un amplio acuerdo en las Cortes generales, aunque no siempre ha sido así, lamentó Álvarez, recordando la votación de la reforma laboral.

Entre los temas encima de la mesa, Álvarez se refirió a las horas extraordinarias, que el sindicato está dispuesto a admitir su incremento, pero aseguró que primero la patronal debe sumarse al acuerdo y que después podrán entrar a negociar las condiciones, si bien dejó claro que los dos sindicatos defenderán una única postura. “Si CEOE y Cepyme aceptan la propuesta de reducir la jornada, cuando llegue ese momento podremos entrar en el fondo de las cuestiones”, indicó.

En su intervención en Santander, el presidente de la CEOE reiteró, como ya ha hecho en ocasiones anteriores, que al parecer el Gobierno se refiere a “diálogo social” cuando en realidad practica el “monólogo social”. En su opinión, “si yo me siento en una mesa a negociar pero el que manda, o sea el Ministerio, decide que como en un partido de fútbol sales a jugar pero sabiendo que vas a perder 5-0, eso estamos viviendo”.

La CEOE está hablando con los sindicatos sobre la flexibilidad laboral, añadió Garamendi, pero “nunca se ha hablado en un convenio colectivo de la semana, se habla por años”, algo que cree que responde a un planteamiento ideológico. También lamentó que tras alcanzar un acuerdo para implementar la reforma laboral, cuyo objetivo era que durara muchos años, ha durado sólo un año y medio.

Telefónica

36 horas semanales. Telefónica y los sindicatos han acordado implantar a partir del próximo 1 de julio la reducción paulatina de la jornada laboral para los trabajadores, una medida que se concretará en una reducción de media hora cada año hasta llegar a las 36 horas semanales en 2026, informó ayer UGT. La medida, impulsada por UGT durante las negociaciones del tercer convenio colectivo de empresas vinculadas (CEV), permitirá a toda la plantilla reducir su jornada laboral semanal desde las 37,5 horas semanales actuales.