La Unión Europea (UE) se ha fijado la meta de producir 10 millones de toneladas de hidrógeno verde para el año 2030. Además de este impulso comunitario, muchos países del entorno, como Alemania, tienen un importante componente industrial y, por tanto, una potencial demanda enorme que hace que se prevea que el 60% del hidrógeno que consuman sea importado.

Para su generación, el método más maduro y extendido es la electrólisis, proceso químico que emplea la corriente eléctrica para separar el agua en hidrógeno y oxígeno. Si la electricidad utilizada proviene de fuentes renovables, se producirá energía libre de emisiones. 

En este sentido, empresas como el grupo de ingeniería y tecnología Sener están trabajando para mejorar este proceso y diseñar soluciones cada vez más eficaces. Como indica Nora Castañeda, Hydrogen Business Manager de la empresa, “el sector energético tiene un alto componente de innovación. Es importante, por tanto, mantener un esfuerzo sostenido en I+D, no sólo en el campo de la electrólisis. En nuestro caso, estamos trabajando junto a la UPV y el CSIC en el desarrollo de una planta piloto de producción de hidrógeno mediante microondas.”

Hidrógeno verde a un precio competitivo

La UE se ha marcado unos objetivos estratégicos para garantizar su suministro energético y descarbonizar su economía. Ambas metas se desarrollarán sobre la base de una implantación a gran escala de fuentes de generación de energía renovable, almacenable y transportable. Actualmente, existen fuentes más competitivas económicamente que el hidrógeno, pero los beneficios que éste presenta lo hacen un candidato ideal para formar parte de los planes de descarbonización futuros.

Respecto a la cuestión de si Europa será capaz o no de generar hidrógeno suficiente de manera asequible, la responsable de negocio de hidrógeno en Sener explica que “en primer lugar, dejando la competitividad actual del hidrógeno aparte, debemos preguntarnos cuál es el coste de no ser sostenibles. Me refiero, además del impacto medioambiental global, a los incentivos y penalizaciones que las empresas deben considerar a futuro.”

Principales retos en la industria

Algunos de los principales retos que se presentan actualmente incluyen los cambios en los procesos productivos. Por ejemplo, en los hornos de vidrio, la reacción química del hidrógeno en la combustión genera mucha agua. Esto afecta a la durabilidad de los materiales aislantes del horno o a las propiedades de viscosidad del vidrio fundido, lo que obliga a revisar y rediseñar los hornos. Asimismo, existe cierto desconocimiento sobre la seguridad y las dificultades inherentes a la manipulación del hidrógeno.

El liderazgo de la UE y de sus empresas está permitiendo avanzar en la descarbonización de procesos no electrificables a través de hidrógeno verde. “Para seguir avanzando, uno de los principales retos es establecer una regulación efectiva de la huella de carbono de las importaciones,” señala Castañeda. Algunos de los ejemplos recientes en torno a esta cuestión son los llamados mecanismos de ajuste de carbono en frontera. “Además, tenemos el desafío de fomentar la colaboración público-privada de manera eficaz, logrando que las subvenciones públicas y los esfuerzos de las administraciones traccionen efectivamente las inversiones privadas para la transformación tecnológica.”

Sectores y demanda

Algunas de las industrias más activas en el uso del hidrógeno son la petroquímica y de refinado, la siderurgia, la cementera o la del vidrio. También puede tener aplicación en el sector del transporte, especialmente, en transportes pesados. En el caso de Sener, cuenta con una amplia experiencia trabajando con varios clientes industriales de este ámbito.

“Recientemente, Petronor inauguró un electrolizador de 2,5 MW de potencia en su refinería de Muskiz, en Bizkaia. Se trata del primer proyecto que producirá hidrógeno verde y alimentará el Corredor Vasco del Hidrógeno, y cuyo electrolizador fue construido por Sener, en colaboración con John Cockerill. Asimismo, Sener forma parte del proyecto H2Glass para la descarbonización de la industria vidriera europea que, con un presupuesto de 32 millones de euros, realizará ensayos durante los próximos años a escala real en hornos europeos.” explica la responsable.

También recientemente se ha conocido que una decena de empresas españolas lideradas por Talgo y entre las que se encuentra Sener han colaborado para adaptar por primera vez la propulsión de hidrógeno a un tren de alta velocidad. Se trata del proyecto Hympulso, que es parte del PERTE de energías renovables, hidrógeno renovable y almacenamiento, y está financiado por la Unión Europea mediante los fondos NextGenerationEU.

“Es hora de innovar y proponer respuestas. Estoy segura de que existe espacio para todas las soluciones que nos ayuden a lograr un modelo productivo más sostenible,” concluye Castañeda.