Las ventas por comercio electrónico de las empresas con establecimientos en la CAV en 2022 fueron un 9,8% superiores a las del año anterior, siendo un 7,8% más el valor en el caso de las compras por comercio electrónico, según datos elaborados por Eustat. Tanto las compras como las ventas han experimentado crecimientos ininterrumpidos año tras año desde que se dispone de datos. Con estos nuevos incrementos, en 2022 se supera ampliamente la barrera de los 26.000 millones de euros en el caso de las ventas y de los 19.000 millones de euros en el de las compras.

Se estima que las ventas electrónicas supusieron, de media, el 44,5% del total de las ventas de aquellos establecimientos que realizaron ventas por comercio electrónico. En su caso, las compras electrónicas resultaron ser el 37,2% del total de compras realizadas por las empresas en 2022. El 28,7% de los establecimientos, unos 45.700 establecimientos, realiza comercio electrónico en Euskadi, cifra que supone 0,7 puntos porcentuales más que el año anterior.

PERFIL

A nivel territorial, en ventas electrónicas destaca el crecimiento superior a los dos dígitos que se produce en Gipuzkoa del 11,7% y Bizkaia del 11,0%, mientras que las ventas electrónicas en Araba se incrementan un 6,1%. En relación al peso que tiene cada uno de los territorios, los tres se reparten de forma bastante similar las ventas electrónicas, representando Bizkaia el 38,4% del total de la CAV, mientras que Gipuzkoa y Araba participan con un 33,7% y un 27,8%.

En relación al tipo de cliente al que se han destinado las ventas de comercio electrónico en el año 2022, la gran mayoría, el 74,1% del total facturado por medios electrónicos ha tenido como receptores otras empresas (el denominado B2B), el 24,7% se ha dirigido a consumidores particulares (B2C) y el 1,2% restante se ha repartido en otros tipos de clientes, como Administraciones Públicas (B2G).

Pese al claro dominio de las ventas a otras empresas, Eustat destaca en su informe el “claro avance” de las destinadas a consumidores particulares, ya que si a principios de la década de los 2000 este tipo de cliente apenas representaba uno de cada diez euros facturados por vías electrónicas, 20 años después ya representan uno de cada cuatro euros ingresados.