Los pensionistas de la Comunidad Autónoma Vasca son los que tienen la pensión media más alta del Estado, pero, además, sus percepciones son las que mejor se ajustan al estándar, ya que el 58% –300.000– cobra un salario que oscila entre el Salario Mínimo Interprofesional y la pensión máxima. En cambio, ese porcentaje baja hasta el 43% en el conjunto del Estado, donde hay más desigualdades. De forma paralela, en Euskadi hay menos pensionistas que cobran menos del SMI. Al mismo tiempo, hay más perceptores que superan el límite de la pensión máxima, fijado para este año en 3.058,81 euros brutos al mes, un 8,5% superior al nivel de 2022. Un total de 49.866 vascos están por encima de esa cifra, lo que supone un 9,6% de los pensionistas frente al 5,2% del conjunto del Estado, prácticamente el doble. La letra gruesa de esa estadística choca como tantas otras con las diferencias de género.

Sólo un 5,4% de las pensionistas, poco más de 13.600, alcanzan esos niveles de ingresos. En cambio, el porcentaje roza el 14% entre ellos y en torno a 36.300 hombres, casi el triple, están en el grupo de las jubilaciones máximas.

Las carreras laborales más largas –entre otras cuestiones por haber estado menos condicionadas por la paternidad– y los salarios en general más altos son claves a la hora de trazar esa trayectoria.

Son algunas de las conclusiones del informe recientemente publicado por el Instituto de la Seguridad Social sobre la nómina del sistema de marzo. El documento no distingue entre los diferentes tipos de pensiones, pero sí excluye a las personas que cobran por Incapacidad Permanente. Así que, partiendo de la base de que casi el 96% de las pensiones son de jubilación o de viudedad, se trata un termómetro muy fiable sobre los ingresos de los mayores que ya han alcanzado la edad de retiro.

En el caso de la CAV, cerca de un tercio de los pensionistas, el 32,4%, cobra por debajo del SMI, que se ha elevado este año hasta los 1.080 euros mensuales. La media del Estado ronda el 52%. Se da la circunstancia que alcanzar esa cifra como mínimo es precisamente la principal reivindicación del Movimiento Vasco de Pensionistas. Por debajo de ese nivel estaban en marzo 167.718 vascos, incluyendo las pensiones de viudedad y de orfandaz, que cobran en Euskadi algo más de 150.000 personas y que son las más bajas.

Pensión de viudedad y orfandad

En concreto, la pensión de viudedad media ronda en la CAV los 1.034 euros, mientras que la de orfandad no alcanza los 580 euros. En este punto, la comparación con la media del Estado resulta llamativa. La viudedad, un terreno en el que las mujeres son mayoría, se queda por debajo de los 850 euros a nivel estatal y la orfandad ronda los 478 euros.

De ahí que el umbral del SMI esté más lejos para el conjunto de comunidades autónomas y haya algunas en las que seis de cada diez pensionistas no llegan a tener esa base considera como un ingreso mínimos. Es el caso de Andalucía, Galicia, Castilla-La Mancha, Canarias, Murcia y sobre todo de Extremadura (71%).

En el otro extremo, Euskadi (32,4%), Nafarroa (39,3%) y Madrid (39,9%) son las que más distancia ponen con el SMI. O formulado de otra forma, son las comunidades que lideran el ránking de las pensiones medias y, al mismo tiempo, de las retribuciones contributivas superiores al máximo establecido por la Seguridad Social.

Todo ello con la premisa de que las pensiones de jubilación tienen carácter de rentas de trabajo a efectos fiscales y, por tanto, una retención. Los tipos van desde el 1% de las prestaciones inferiores a los 12.000 euros anuales al 15,59% de las que superan los 30.000.

De este modo, los casi 50.000 jubilados de la Comunidad Vasca que cobran el máximo de casi 3.059 euros se quedan con unos 2.580 euros limpios. Una cantidad que puede ser mayor para las mujeres que cobren el complemento de maternidad –28 euros al mes por hijo– o los hombres que demuestren que se ha interrumpido su carrera profesional por paternidad. l