El fondo para compensar a las víctimas del amianto sigue pendiente de reglamento. Y es por ello que el PNV apremiará al Gobierno español para que cumpla con este compromiso. El 19 de octubre de 2022, el BOE publicó la ley para la creación de este fondo, una reivindicación de las asociaciones de víctimas y los sindicatos desde hace aproximadamente 15 años y que llegó tras una larga trayectoria que fue impulsada por el Parlamento Vasco hace una década. La norma, aprobada en el Senado, daba entonces tres meses de plazo para dictar el reglamento necesario para poner en marcha el fondo, una fecha que se cumplió ya el pasado 19 de enero. Mes y medio después, las víctimas siguen esperando.

Ante esta situación, la senadora de EAJ/PNV Nerea Ahedo preguntará al Ministro de Seguridad Social, Inclusión y Migraciones cuándo tiene previsto aprobar el reglamento de desarrollo de la ley de creación de este fondo. Y es que es este departamento el encargado del desarrollo de la norma, en colaboración con el Ministerio de Sanidad y el del Trabajo. Desde el Gobierno español han argumentado que han sido necesarias unas modificaciones normativas previas que se han aprobado recientemente por las Cortes y que se está trabajando en todos los desarrollos para poder asumir esta nueva competencia.

Con la aprobación de este fondo de compensación, las víctimas del amianto podrán obtener una indemnización pública, incluso si la empresa en la que sufrieron la exposición a este material ha cerrado, ya que la enfermedad puede manifestarse hasta 20 o 50 años después de la exposición Además, la aplicación de la ley pretende terminar con “la judicialización de los procesos”, para evitar que los afectados tengan que reclamar a través de los juzgados, algo que puede implicar tanto un coste económico como uno emocional.

Se estima que al menos 25.000 personas han estado contacto en Euskadi con el amianto a partir de los años 80 y se ha podido comprobar que 2.800 muertes han sido provocadas por enfermedades derivadas de esta exposición. En el Estado se calcula que 40.000 personas han fallecido por esta causa y que en las próximas décadas lo harán otras 40.000 más.