La recuperación económica, atacada en los últimos meses por el impacto de la inflación, ha beneficiado a los puertos, convertidos en arterias fundamentales de comercio y distribución. Pero sus retos siguen siendo mayúsculos, a corto y a largo plazo. Uno de ellos tiene que ver con la concentración, por la cual se reducirían las autoridades portuarias que las dirigen y las instalaciones, sobre todo las más pequeñas, pasarían a depender de una más importante. El Gobierno ha aprobado recientemente el Marco Estratégico del Sistema Portuario, que va a abrir un debate sobre esta cuestión, y reforzará el trabajo pendiente en materias como la descarbonización y la intermodalidad de los puertos.

El presidente del ente público Puertos del Estado, Álvaro Rodríguez Dapena, deslizó ayer martes en Bilbao, en el marco de una jornada sectorial, la intención del Ejecutivo de promover esta integración para “una mayor eficiencia técnico-económica”, aunque desde la cautela, puesto que “se necesita consenso”. Además, constató que la resistencia de los puertos más pequeños a ser absorbidos supone “una batalla difícil de superar”. El presidente de la Autoridad Portuaria de Bilbao, Ricardo Barkala, también respaldó la opción de la integración, aunque se mostró más preocupado por garantizar la autonomía del puerto en su capacidad de gestión. Lo que parece bastante claro, a tenor de lo que manifestó Rodríguez Dapena, es que el Gobierno central no contempla la transferencia a Euskadi de la gestión de puertos de interés general, como son los de Bilbao y, desde 2018, el de Pasaia. “No está sobre la mesa”, subrayó durante la apertura de una jornada organizada por la Asociación de Consignatarios de Buques y Estibadores del Puerto de Bilbao junto con la Facultad de Derecho de Deusto y que tenía como objetivo analizar los desafíos futuros de los puertos de la cornisa cantábrica.

Retos inminentes

Con la participación de los principales representantes de las direcciones de los puertos del Cantábrico (Vigo, A Coruña, Ferrol, Avilés, Gijón, Santander, Bilbao y Pasaia), las intervenciones se centraron en abordar retos “inminentes”, como la sostenibilidad medioambiental de la actividad portuaria y la mejora de la intermodalidad. Las conexiones ferroviarias con los puertos constituyen una prioridad para el Ejecutivo, ya que ahora mismo “vamos con retraso”, dijo Rodríguez Dapena. De hecho, explicó, en el Estado apenas el 5% de las mercancías transportadas llegan o salen de los puertos por tren, mientras que en la UE el porcentaje medio es del 17%. Además, Rodríguez Dapena abogó por un modelo de “cooperación” entre los puertos del Cantábrico y una alianza entre agentes públicos y privados para un mejor desarrollo tecnológico e industrial. “Cada vez más navieras buscan localizaciones en las que aprovechar la generación de energías renovables. Es una oportunidad de oro para los puertos españoles”, destacó. Para el presidente de Puertos del Estado, se aprecia una “ralentización” en los tráficos portuarios, pero sin “caídas importantes”.

Por su parte, Barkala defendió que la concentración de instalaciones portuarias puede hacerse, además de por la vía del Estatuto, a través de la elevación de un puerto a una categoría superior de interés general. “Pero me preocupa más el grado de autonomía en la gestión diaria, más allá de la administración de la que se dependa”, matizó. David Candelario, director de la Autoridad Portuaria de Pasaia, destacó que el objetivo es “mejorar la accesibilidad” y las conexiones del puerto con otras infraestructuras y con el propio núcleo urbano.