La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, advirtió ayer lunes de que, además de la energía, los aumentos de precios se están generalizando en la eurozona en todos los sectores, señalando que el crecimiento de los salarios "ha comenzado a repuntar" y se espera que este incremento se fortalezca más durante el año, respaldado la escasez de mano de obra, el aumento de los salarios mínimos y efectos de compensación por las altas tasas de inflación.

"El crecimiento de los salarios ha comenzado a repuntar, aunque sigue siendo moderado", destacó la banquera central de la zona euro durante su comparecencia ante la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento Europeo. A este respecto, Lagarde explicó que el banco central espera que el crecimiento de los salarios negociados "se fortalezca un poco más durante 2022" y luego se mantenga por encima de los niveles promedio para el horizonte de proyección, "respaldado por mercados laborales ajustados, aumentos en los salarios mínimos y algunos efectos de compensación por las altas tasas de inflación".

De este modo, la evolución se refleja en el aumento de las expectativas de inflación a más largo plazo en la región del euro, tal y como señalan las últimas proyecciones del BCE, que ha revisado en junio sus previsiones significativamente al alza.

Así, estas proyecciones indican ahora que la inflación de la zona euro permanecerá "indeseablemente elevada" durante algún tiempo. En concreto, anticipan una inflación anual del 6,8% en 2022 y del 3,5% en 2023 para situarse en el 2,1% en 2024. "Esto significa que se prevé que la inflación general al final del horizonte de proyección esté ligeramente por encima de nuestro objetivo", reconoció Lagarde.

Por otra parte, la presidenta del Banco Central reiteró en el Parlamento Europeo que la institución subirá los tipos de interés en julio y septiembre para lograr su objetivo de inflación y que está comprometida con actuar frente al renovado riesgo de fragmentación en la eurozona.

flexibilidad

"Estas decisiones apuntalan nuestros compromisos previos de ajustar todos nuestros instrumentos dentro de nuestro mandato, incorporando flexibilidad si está justificado, para asegurar que la inflación se estabiliza en nuestro objetivo del 2% a medio plazo", dijo

El encuentro de Lagarde ayer lunes con los eurodiputados llega tras la decisión adoptada de urgencia la semana pasada de acelerar la creación de un instrumento para evitar la fragmentación financiera en la eurozona ante la escalada de las primas de riesgo de algunos Estados, de la que ya informó a los ministros de Economía y Finanzas el pasado día 16.

La presidenta del BCE señaló en el entorno actual de inflación, cuya tasa se situó en el 8,1 % en mayo, "claramente plantea un desafío", por lo que en su reunión del 8 y 9 de junio el emisor de la eurozona decidió poner fin a sus compras de deuda el 1 de julio y subir los tipos de interés en 25 puntos básicos ese mismo mes.

Además, la institución espera aplicar un nuevo aumento de los tipos de interés en septiembre, cuya calibración dependerá de los datos a medio plazo y podría ser más elevado si las previsiones de inflación persisten o se deterioran.

A partir de septiembre, el Banco Central del euro anticipa que la senda de subidas de tipos continuará de forma "gradual" también en función de los datos, con el objetivo de llevar la inflación al 2 %.

Lagarde añadió que desde que comenzó el proceso de normalización de la política monetaria en diciembre de 2021, el BCE ha dicho que "actuará contra los renacientes riesgos de fragmentación" para preservar la buena transmisión de su política monetaria.