"El hidrógeno ha llegado para quedarse". José Ignacio Zudaire, directivo de Petronor y presidente del Corredor Vasco del Hidrógeno, abrió con esa afirmación la jornada celebrada en la Cámara de Comercio sobre los principales proyectos que va a albergar Euskadi en torno a este elemento, una de las grandes alternativas para impulsar la energía limpia. Uno de los ejes sobre los que girará ese ecosistema echará a andar en Abanto Zierbena a comienzos del año que viene. Será una instalación para generar y almacenar hidrógeno, el corazón que alimentará una red que espera mover una inversión global de en torno a 1.000 millones de euros de aquí a 2024, los 200 primeros millones ya en este 2022.

En lo referente al proyecto del parque tecnológico de Abanto Zierbena, la estructura absorbe 32 millones de euros, pero se trata de una pieza esencial del puzzle. Habrá un electrolizador (el aparato que rompe las partículas de agua para generar hidrógeno) ubicado en el recinto de Petronor, muy cerca del centro tecnológico, conectado por un hidroducto con el parque, donde se irá almacenando el hidrógeno.

En este mismo punto se instalará una hidrogenera (gasolinera de hidrógeno), la primera de Euskadi, que servirá para abastecer tanto a vehículos ligeros y pesados, incluyendo autobuses, como a otras hidrogeneras que se irán colocando estratégicamente en la CAV en los próximos años. Ya hay previstas al menos tres hidrogeneras más, aunque su ubicación exacta no está aun decidida. El hidrógeno viajará desde Abanto a estos puntos de la geografía vasca en camiones.

El nuevo parque tecnológico del municipio de Meatzaldea será así una especie de hub vasco del hidrógeno, ya que aspira a ser mucho más que un almacén. Se harán también ensayos y pruebas para mejorar el transporte y desarrollar nuevos usos para un elemento todavía caro pero que puede tener un gran potencial como alternativa para la descarbonización. Sobre todo se piensa en el hidrógeno como vehículo para hacer que las energías limpias, como la solar o la eólica, puedan ser gestionables, es decir, almacenables cuando no hay demanda para poder ser utilizadas en un momento posterior. Pero también busca un hueco en sectores como el transporte o la industria.

En la jornada de ayer lunes, en la que estuvieron presentes representantes de Irizar o Nortegas, se desgranaron otros puntos de interés que se desplegarán en Euskadi a corto plazo. Habrá otros dos electrolizadores en las inmediaciones del Puerto de Bilbao y Petronor, que irán arrancando en 2024 y 2025, en cada caso. El primero está enfocado a la planta de combustibles verdes y el segundo se plantea como vía de descarbonización de Petronor y de otras grandes plantas cercanas como Nervacero o la ACB. La reducción de emisiones en la siderurgia es otro de los horizontes que presenta el hidrógeno a medio plazo.

Además, Nortegas tiene entre manos otros proyectos para impulsar el uso del hidrógeno, uno el denominado H2Sarea, más enfocado en la investigación, y otro una planta para generar hidrógeno en Boroa, en la que participan otros socios como Sener. La idea es aprovechar la estructura de la propia central (se instalará junto a la central actual, que funciona con gas) para generar 1.500 toneladas de hidrógeno por año proveniente de energías limpias. Se prevé que pueda empezar a funcionar a finales de este año.

Fondos europeos

El ecosistema del hidrógeno mira a medio plazo, al igual que los grandes objetivos de descarbonización marcados por los gobiernos europeos para combatir el calentamiento global. "El hidrógeno es imprescindible para alcanzar el objetivo de emisiones netas cero para 2050", señaló Zudaire.

Pero en ese camino hace falta inversión, sobre todo para lograr abaratar los costes de generación y, en especial, de almacenamiento y transporte. Ahora mismo el hidrógeno verde es el doble de caro que el gris (el que se genera a partir de gas natural), aunque se prevé que a partir de 2030 pueda producirse una equiparación de precios.

Para poder abordar el proceso el Corredor Vasco del Hidrógeno, en el que participan 58 empresas, busca ayudas europeas. Está prevista una inversión global de 1.500 millones de euros hasta 2026 (algo más de 1.000 millones hasta 2024), y sus impulsores esperan que en torno a un tercio de la misma pueda ser cubierta con los fondos Next Generation europeos. Se pide también a la administración una normativa más clara y desarrollada.

"El hidrógeno ha sonado como alternativa en otras crisis, pero esta vez llega para quedarse"

Presidente Corredor Vasco del Hidrógeno

"Necesitamos una normativa clara. Según cómo se regule, el coste será uno u otro"

Nortegas