Las empresas vascas van encontrando su sitio dentro del ecosistema económico que surge al calor de la transición energética hacia fuentes menos contaminantes. Firmas como la ingeniería vizcaina Boslan ha puesto el timón en dirección al sector energético, con un protagonismo especial para el hidrógeno verde, llamado a jugar un papel destacado en las próximas décadas pero que tiene el problema de su difícil transporte. Boslan lidera un proyecto pionero que busca soluciones que permitan aprovechar el hidrogeno generado en parques eólicos marinos, bien para traerlo a tierra o bien para su consumo directo por barcos en el futuro.

Es una iniciativa en la que participa el Gobierno vasco a través de Spri y también otras empresas encargadas de cubrir cada uno de los eslabones de la cadena como Astilleros Murueta, Tubacex, Erreka o ABC Compresores. Ha sido el propio Foro Marítimo Vasco el que ha sembrado la semilla del proyecto, ante el interés de poder vincular al sector naval a las puertas que puede abrir el hidrógeno.

La clave, como explican desde Boslan, es poder utilizar la energía de los parques eólicos marinos (offshore) que no se aprovecha para generar hidrógeno en el mismo parque marino, normalmente situados a unos 70 u 80 kilómetros de la costa. La dificultad está en cómo almacenarlo y darle uso allí mismo o cómo traerlo a tierra para su distribución. “La idea es, en vez de exportar energía eléctrica a tierra y generar el hidrógeno en tierra, poner allí un electrolizador y generarlo allí mismo”, expone Cristian Blanco, director de Energía e Industria de Boslan. En caso de apostar por almacenar en el mar el hidrógeno (bunkering) se podría utilizar como combustible alternativo en el sector naval, aunque para ello todavía hay pendiente un salto tecnológico.

Si se opta por traer el hidrógeno a tierra habría que encontrar fórmulas de transporte, que podría ser la vía naval o una tubería submarina. Pero el hidrógeno debe moverse comprimido en forma líquida a una altísima presión y debe ir además mezclado en ese viaje con amoniaco o con unos líquidos especiales de nueva generación, lo que complica y encarece el proceso, explica Blanco. “Es un reto tecnológico muy grande que es el que tenemos que abordar en Hyshore”, señala Blanco en relación a un proyecto pionero a nivel europeo que se marca un plazo temporal de tres años para obtener conclusiones.

Una vez en tierra los usos del hidrógeno son múltiples, algunos todavía por detectar. La propia Boslan lidera junto a Iberdrola un proyecto en Puertollano (Ciudad Real) que busca generar hidrógeno verde a partir de un parque fotovoltaico. Ese hidrógeno se envía directamente por tubería a las instalaciones de Fertiberia para la fabricación de fertilizantes.

Otro ejemplo más cercano es el Corredor Vasco de Hidrógeno que lidera Petronor junto a las administraciones públicas. En una primer fase Petronor va a poner en marcha diversas instalaciones en el entorno del Puerto de Bilbao para generar hidrógeno renovable con diferentes fines, uno de ellos la fabricación de combustibles sintéticos aprovechando también el CO2 de la refinería y evitando así su emisión a la atmósfera.

Además, el hidrógeno empieza a abrirse paso en el mundo del transporte, tanto en coches como, de forma muy incipiente, en autobuses. Además, CAF trabaja en un proyecto para poder transformar una locomotora diésel en un sistema de propulsión a base de este elemento. Se espera que este tren impulsado por hidrógeno pueda hacer sus primeras pruebas ya en vías a mediados del año que viene.

auge de la energía

Iñaki Villanueva, presidente de Boslan, explica que la compañía vizcaina no ha pasado apuros en esta última crisis del covid precisamente gracias a su orientación al sector energético, que ocupa ya más de la mitad del negocio de la firma. Con una plantilla de 700 personas y oficinas por todo el Estado español, México, EE.UU., Canadá, Reino Unido o Portugal, Boslan nació en el año 2000 pegada al despliegue técnico asociado al desarrollo de Euskaltel.

Poco a poco la empresa con sede en Bilbao ha ido poniendo el foco en la energía, que “vive un auténtico boom ahora”, según Villanueva, y en especial en las renovables. Una parte muy importante de su negocio es la supervisión y el apoyo técnico en los parques eólicos marinos que tiene Iberdrola en Europa. Tanto en la construcción e instalación de los aerogeneradores en alta mar como en su mantenimiento.

Además, Boslan participa también en la supervisión de proyectos eólicos en tierra, de plantas fotovoltaicas y de otros proyectos ligados a la energía verde. “Si hemos pasado la crisis bien ha sido gracias a la diversificación del negocio y al buen momento que vive el sector de la energía”, señala el presidente de Boslan.

el proyecto hyshore

Generación de hidrógeno en el mar. El primer objetivo del proyecto Hyshore es poder aprovechar la energía eólica offshore que no se utiliza porque en ese momento no hay demanda para generar hidrógeno mediante electrolizadores colocados junto a los aerogeneradores.

Transporte. A ese hidrógeno se le darían dos usos. Uno sería almacenarlo para el repostaje de barcos que en el futuro puedan usarlo para desplazarse. Otra opción es traerlo a tierra mediante barcos o por una tubería submarina, lo que tiene elevadas complicaciones técnicas y un gran coste.

“El transporte a tierra del hidrógeno desde el mar es un gran reto tecnológico”

Director Industria y Energía de Boslan

“Si hemos pasado bien la crisis del covid ha sido por el boom del sector energético”

Presidente de Boslan