Se esperaba tensión en la junta de accionistas del Montepío del Igualatorio de esta mañana, pero las previsiones se han visto desbordadas. La votación, en la que solo ha participado el sector afín a la dirección actual de la EPSV, ha supuesto un portazo a la entrada de la presidenta de IMQ, Beatriz Astigarraga, a la junta de gobierno en calidad de presidenta.

Se mantiene de este modo el blindaje que impide la venta de acciones de la Sociedad de Médicos a Adeslas mientras no haya un acuerdo que garantice las aportaciones al fondo de pensiones de forma indefinida. El choque ha sido total y será muy difícil recomponer las relaciones. Incluso antes del inicio de la asamblea ya se han vivido los primeros escarceos por la decisión del consejo de no admitir delegaciones de última hora -el plazo concluía ayer- y por la anulación de 39 cesiones de voto por no corresponder la firma con el asociado.

El presidente del consejo ha asegurado que esa circunstancia ha afectado también a votos que él mismo había presentado, pero no se ha hecho público un listado antes de las votaciones y el sector de Astigarraga ha pedido que no se votara hasta conocer qué accionistas se quedaban fuera. El presidente del Montepío, José María Castaños, ha decidido seguir con la junta.

Tras airadas protestas y acusaciones de tongo, un accionista ha lllegado a tirar el mando de votación al suelo, se ha procedido a las votaciones en las que solo han votado 300 de los 575 votos presentes o delegados en cada punto. En el que se planteaba la ratificación de Astigarraga como presidenta. La propuesta ha sido rechazada por 295 accionistas, apoyada por 2 y ha contado con 2 abstenciones.