El mercado inmobiliario se encuentra activo los 365 días del año y las 24 horas de cada día. No obstante, hay épocas en las que la compra de vivienda puede hacerse con más tranquilidad, como es el caso del verano.

Con la llegada del estío comienza una nueva etapa en el año en la que se toman decisiones importantes. El buen tiempo, la proximidad de las vacaciones y el descanso abren nuevas perspectivas y alientan al optimismo y a nuevos proyectos personales. Uno de ellos puede ser el de comprar una casa o piso.

En esta época del año salen a la venta un mayor número de propiedades y un amplio sector de la población que contempla la compra de una vivienda como una opción a largo plazo, tiene en este periodo un momento óptimo para hacer realidad sus planes.

Tener más tiempo libre durante estos meses permite barajar diferentes opciones relacionadas con el cambio de vivienda o el acceso a la primera residencia, como pueden ser adquirir un piso, una parcela para construir una casa, un chalet o bien un apartamento de vacaciones. Cualquiera que sea el caso, incluso se pueden concertar varias visitas en el mismo día para aprovechar al máximo el tiempo invertido en esta búsqueda.

Segundas residencias

Cuando se acerca el momento de coger vacaciones, algo se mueve en el mercado de las segundas residencias, donde siempre se pueden encontrar ofertas interesantes a precios razonables.

En el momento actual, tras el confinamiento ha aflorado la tendencia al alza de buscar viviendas lejos de la ciudad o situadas en la proximidad de las grandes urbes, pero alejadas del bullicio, en las que disponer de un trocito de espacio verde y de algo más de metros en caso de que esto, como parece, se prolongue, y a medida que el teletrabajo se está asentando de forma definitiva en nuestro mercado laboral.

En este sentido, los expertos consideran que en verano se da un cóctel de factores que hacen propicia la compra de casa. Así, "la capacidad de negociación, la búsqueda de una alternativa donde pasar las vacaciones o la posibilidad de generar rentabilidad hacen de este momento un periodo ideal para adquirir este tipo de viviendas", afirman.

A TENER EN CUENTA

Tras un año muy duro es necesario descansar y desconectar, pero si entra entre los planes individuales o familiares a corto plazo la compra de vivienda, el disponer de más tiempo es una buena oportunidad para descubrir alguna belleza doméstica. Entre sesión de hamaca, baño y siesta habrá tiempo para bucear por las redes y descubrir las nuevas promociones de vivienda o ese piso de segunda mano con el que siempre se ha soñado.

El primer paso es determinar el presupuesto máximo, el lugar y las características que se están buscando. Una primera ojeada a la oferta ya dejará claro si el deseo es o no viable y modificará las expectativas del comprador en caso de que fuera necesario. Es decir, un vistazo al mercado es la mejor forma para valorar una segunda línea en lugar de primera, o si dos habitaciones resultarán más ajustadas que tres. Asimismo, al estar más relajados y alejados del estrés, es un excelente momento para negociar precios.

Eso sí, cuando se necesita una hipoteca para hacer frente a la compra no hay que perder de vista al euribor y las previsiones de los analistas económicos en cuanto al alza o bajada del mismo. Ello de cara a asegurarse los intereses más bajos posibles a corto y medio plazo.

En cualquier caso, tras un tiempo en el que el sector inmobiliario sufrió una ralentización de su actividad con motivo de la crisis sanitaria, surgen nuevas oportunidades ya que algunos vendedores han optado por desprenderse de inmuebles para conseguir mayor liquidez o al cambiar su interés por determinados activos. Ahí se abre también un mayor margen de negociación para adquirir inmuebles a precios más asequibles.

La pandemia ha abierto la vía del teletrabajo para cientos de miles de personas, que se plantean ahora vivir de otra manera y en otro lugar. Por eso una segunda residencia (una casa en el campo a unos kilómetros de tu ciudad, un pisito en el mar) puede convertirse en un activo que ofrezca mucha rentabilidad de cara a alquilarlo a corto plazo. Los largos meses encerrados el pasado año y el contemplar el medio rural como una alternativa más saludable de vida siguen en la mente de mucha gente dispuesta a cambiar su residencia.

En este caso, quien dispone de una segunda residencia tiene la opción de ‘prolongar’ las vacaciones, es decir, poder veranear más semanas por menos dinero.