- El Índice de Precios al Consumo (IPC) ha aumentado en Euskadi un 0,3% el pasado mayo con respecto al mes de abril, y un 2,8% en comparación con mayo de 2020. Asimismo, en los primeros cinco meses del ejercicio, los precios han acumulado una subida del 2% en la CAV, según los datos hechos públicos ayer por el INE.

Por su parte, los precios han seguido en mayo su escalada en Nafarroa: el IPC interanual se ha elevado un 3,3%, hasta llegar a su punto más alto de los últimos nueve años. Asoma así con cierta fuerza el fantasma de la inflación, oculto en los últimos tiempos. Un escenario todavía incierto que se irá despejando mes a mes. En mayo, los precios crecieron seis décimas respecto a abril, una subida notable. El mes anterior habían crecido un 1,2% y un 0,9% en marzo. La subida es superior en Nafarroa a la media estatal, con un incremento de medio punto en el último mes y del 2,7% en el último año, que se sitúa cinco décimas por encima de la de abril (2,2%). La Comunidad Foral es, tras Castilla-La Mancha y junto a Galicia, la comunidad más inflacionista.

El encarecimiento de la gasolina ha elevado la inflación en el Estado al 2,7% en mayo, la tasa interanual más elevada desde febrero de 2017. En la evolución mensual, destaca el crecimiento de los precios en Vestido y Calzado, de un 2,1%, seguido de Hoteles, Cafés y Restaurantes (0,5%), Menaje (0,5%) Alimentos y bebidas no alcohólicas (0,3%), Vivienda (0,3%) y Medicina (0,1%). Bebidas alcohólicas y tabaco mantienen estables sus precios respecto al mes de abril y se reducen únicamente Ocio y Cultura con descensos del 0,4%. Respecto a mayo de 2020, el sector más inflacionista es Vivienda, con un 10,5% más, junto con Transportes, con un 9,4%.

Al respecto, el secretario de Estado de Economía y Apoyo a la Empresa, Gonzalo García Andrés, señaló ayer que el repunte del IPC es “temporal” y que se irá “normalizando” en los próximos meses. “En cualquier caso, seguiremos muy de cerca su evolución”, aseguró. Según explicó el secretario de Estado, en el dato de la inflación de mayo confluyen varios factores transitorios, que van desde la persistencia de restricciones en la oferta ante la reactivación de la demanda que se está observando, hasta el “efecto base” que surge al comparar los meses de esta primavera con los meses de 2020 en los que los precios de los servicios alcanzaron mínimos históricos.