- Una compañía vasca más, el grupo Arteche, está desde ayer cotizando en Bolsa aunque sea en el segundo mercado bursátil, el BME Growth. La empresa espera crecer en torno al 8% anual en los próximos ejercicios. La firma fabricante de bienes de equipo eléctrico ha tardado 75 años -se fundó en Bilbao en 1946-, para entrar en Bolsa, según bromeó el máximo responsable del parquet vasco, Manuel Ardanza, con motivo del tradicional toque de campana para dar inicio a la cotización de las acciones de la citada empresa vasca.

El grupo Arteche se estrenó en el mercado bursátil con la incorporación de casi un centenar de nuevos accionistas, en su mayor parte fondos de inversión y grupos familiares de inversión, que han suscrito una ampliación de capital por importe de 30 millones de euros. Entre ello, uno de los inversores vascos más activos en los últimos años, Onchena, el vehículo inversor de la familia Ybarra Careaga, que ha tomado una participación del 5,2% en el capital de Arteche tras realizar una inversión de 11,7 millones de euros.

La compañía vizcaina ha decidido salir al mercado bursátil coincidiendo con el 75 aniversario de su fundación, con el objetivo de financiar su plan de expansión para los próximos ejercicios. El presidente de la empresa familiar, Alex Arteche, indicó que ese plan quiere “acelerar el crecimiento” y aprovechar las importantes inversiones que se van a producir en el sector eléctrico mundial como consecuencia de la transición energética para descarbonizar las diferentes actividades.

La compañía se estrenó con una valoración inicial de 225 millones de euros -3,94 euros por acción-, y experimentó una revalorización del 0,25% hasta 3,95.

Arteche, según recordó uno de sus accionistas, Onchena, “es uno de los tres líderes mundiales en el mercado de transformadores eléctricos de medida, está dotado de una altísima capacidad tecnológica y de una potente presencia internacional: cuenta con 11 plantas en Europa, América y Asia”.

Por su parte, Alex Arteche destacó que los planes de la empresa pasan por ampliar el catálogo de productos que fabrica y comercializa y reforzar también su presencia en Asia.

El máximo responsable de la compañía, en la que está presente el Gobierno vasco con un 7,3% del capital, señaló que la vocación de la familia es mantener el control de la misma con un 52,5% de las acciones del grupo.

Arteche, que nació con 12 personas en un taller de la bilbaina calle Gordoniz, tiene en la actualidad algo más de 2.000 empleados, de ellos unos 500 en Euskadi, donde está su principal factoría y laboratorio de prueba, concretamente, en la localidad vizcaina de Mungia y el pasado año vendió equipos eléctricos por un importe de 265 millones de euros con operaciones en 150 países.

Las previsiones para los tres próximos años, recordó el presidente, apuntan a un crecimiento en el entorno del 8% en cada ejercicio.