En octubre, en la entrevista de la anterior edición de las Jornadas Financieras, hablaba de un panorama económico colapsado. ¿Ha mejorado el escenario lo suficiente para poder ser optimistas?

—En esta primera parte del año 2021, estamos asistiendo a procesos de recuperación muy desiguales, y muy en consonancia con los ritmos de vacunación en los diferentes estados. China, recuperada sanitariamente hace meses, está creciendo a velocidad de dos dígitos. EE.UU., que desde la llegada de Joe Biden esta vacunando a un ritmo muy alto, ha tenido un crecimiento positivo (4,3%) en este primer trimestre 2021. La Zona Euro, que ha sufrido nuevos embates de la pandemia y que ha tenido un ritmo de vacunación lento, aunque en estas últimas fechas se está mejorando significativamente, va a tener un crecimiento nulo y España un decrecimiento negativo de 0,5%, en este primer trimestre de 2021. También el comportamiento sectorial es dispar. Los índices de actividad industrial y manufacturera están manifestando fortaleza en su evolución, mientras que los índices de servicios siguen muy afectados por la pandemia.

¿Cuáles son las mayores debilidades de Euskadi en este momento?

—Euskadi se ha estancado en el primer trimestre, con un incremento trimestral del PIB del 0,2% y con un decremento del 2,9% interanual, por lo que llevamos un retraso considerable en el ritmo de recuperación. No olvidemos que, a finales de marzo, el Gobierno vasco revisó a la baja su previsión de crecimiento para Euskadi para este año 2021, desde el 8,6% hasta el 6,7%, señalando que no será hasta finales de 2022 cuando se remonte lo perdido por la pandemia. La mayor debilidad de Euskadi ahora es el bajo ritmo de vacunación que hemos tenido hasta fechas recientes. Cierto es que estas últimas semanas se ha mejorado este ritmo de vacunación, pero sin duda es la principal prioridad aumentar el ritmo de vacunación, de forma que alcancemos cuanto antes la inmunidad de rebaño (70% de la población).

¿Tendrán las fortalezas de la economía vasca suficiente empuje para arrastrar al resto de actividades?

—Las fortalezas de Euskadi están principalmente en su estructura económica, con un peso importante de la industria con más del 20% del PIB (superior al 30% si incluimos los servicios ligados a la industria), y en su presencia en los mercados internacionales. Como he comentado, China y la región asiática, por un lado, EE.UU. por otro, y los países industriales de Europa son las zonas que van a recuperarse más rápidamente y ahí es donde las empresas vascas pueden encontrar oportunidades de recuperación y crecimiento, sobre todo las empresas industriales con un posicionamiento de mercado adecuado en dichas zonas. La recuperación del consumo y de los servicios, tanto en Euskadi como en el resto del Estado, va a ser más paulatina, si bien, si se da un avance importante en la vacunación, podríamos ver crecimientos importantes en el segundo semestre de este año y en 2022.

Resiliencia es una palabra de moda, ¿tiene la economía vasca capacidad para soportar el impacto de esta crisis, perder casi tres años de crecimiento, sin que se resientan cuestiones como el nivel de vida de sus ciudadanos?

—Euskadi ha dado pruebas sobradas de resiliencia. Las crisis que vivimos en los 80 y en los 90, en pleno acoso terrorista de ETA y con sectores industriales claves con fuertes reestructuraciones (Altos Hornos, aceros, astilleros,...), fueron afrontadas con un esfuerzo común por las instituciones públicas, con el Gobierno vasco al frente, y con los agentes sociales (trabajadores y empresas), consiguiendo una completa transformación de la estructura económica e industrial de Euskadi y alcanzando niveles de bienestar económico y social superiores a la media de los países europeos. Ahora toca de nuevo afrontar una tarea de gran transformación y resiliencia, para hacer frente a los nuevos retos de digitalización (nube, 5G, Inteligencia artificial...) y de sostenibilidad (cambio climático, energías renovables, coche eléctrico, hidrógeno...), tratando de aprovechar al máximo las oportunidades que presentan los fondos europeos Next Generation. Y en Euskadi, la colaboración público-privada ha funcionado muy bien en el pasado (por ejemplo, toda la política de clusters) y también va a funcionar ahora.

Las jornadas financieras están centradas este año en las fusiones bancarias, en la anterior cita se defendió la capacidad de Kutxabank para seguir en solitario, ¿comparte esa idea?

—En las VII Jornadas Financieras DBS-DBA, y en presencia del máximo representante del EBA (European Banking Authority), quedo claro que Kutxabank, dado su gran nivel de solvencia (el más alto del Estado) y su modelo de negocio, tenía absoluta libertad para elegir el camino que entendiera más conveniente, bien continuando en solitario o bien estudiando otras alternativas. Y esta libertad de decisión y de acción por parte de Kutxabank es clave para mantener su arraigo en Euskadi.

"Se ha mejorado el ritmo de vacunación y la prioridad es seguir aumentándolo para impulsar la economía?