Las buenas perspectivas a medio plazo de la energía eólica en el mundo no parecen serlo tanto para Siemens Gamesa en Euskal Herria, en particular, y en el Estado español, en general, sede del negocio eólico terrestre, porque el nuevo consejero delegado de la compañía vasca, Andreas Nauen, señaló ayer que no descarta nuevos ajustes en el área onshore, y una mayor presión sobre los proveedores, buena parte de ellos vascos, para que rebajen sus costes.

Y Nauen no ocultó su intención de recortar gastos trasladando buena parte de la producción a los países de bajos costes como ya se temían los sindicatos.

Andreas Nauen anunció que el grupo de energías renovables -cuyo accionista Siemens quiere poner en valor a toda costa para la inminente colocación en bolsa del área energética de la alemana Siemens AG-, mantiene la previsión de realizar una fuerte reestructuración de su negocio eólico terrestre, que es el que se centra en el Estado español.

Para Nauen dicho ajuste es clave para cumplir con el objetivo de devolver la compañía a los beneficios en 2021 y poder repartir un dividendo que suponga, al menos, un pay out del 25%.

Siemens Gamesa quiere devolver a la rentabilidad al negocio eólico terrestre, primando la rentabilidad de las operaciones sobre la dimensión, centrándose en la producción de aerogeneradores de mayor dimensión, fabricados de forma modular escalable, y simplificando la cadena de proveedores.

Esto último no es una buena noticia para Euskal Herria pues no hay que olvidar que al entrar Siemens en el accionariado de Gamesa, la compañía eólica vasca contaba con unos 770 proveedores en la CAV, a los que compraba bienes y servicios por importe de unos 770 millones, y otros 350 en Nafarroa, a los que adquiría unos 190 millones de euros anuales.

Dentro de estas directrices, Nauen reconoció que se podrían plantearse nuevos cierres de instalaciones fabriles como la reciente clausura de la factoría navarra de palas de Aoiz y las de Dinamarca, de Aalborg (palas) y Brande (nacelles), porque la prioridad es retornar a la rentabilidad a este área de negocio.

Como se recordará, Siemens Gamesa mantiene en el Estado español una docena de plantas, con cerca 4.900 trabajadores, 900 de ellos en la CAV donde tiene la sede social la compañía, concretamente en Zamudio (Bizkaia), aunque en Nafarroa tiene sus más importantes centros de I+D de los equipos terrestres.

El nuevo consejero delegado -que en junio sustituyó en el cargo al cesado Marcus Tacke- no ocultó en ningún momento que la compañía se dirige ya desde Alemania desde donde realizó ayer estas declaraciones con motivo del Dia del Inversor.

Además de la reestructuración del negocio eólico terrestre (onshore), un área de actividad en el que el 65% de las nacelles y el 85% de las palas se fabrican en países de bajo coste en el mundo, Nauen se refirió a la buena marcha del negocio offshore, hoy día el más rentable y de mayor valor añadido, cuyas plantas sí se concentran en países con mayores costes laborales como Alemania, Dinamarca y, próximamente, en Francia.

Siemens Gamesa (SGRE), con el ajuste en eólica terrestre y la potenciación de los negocios de eólica marina (offshore) y de servicios, pretende volver a generar beneficios en 2021, tras cerrar este año con unas pérdidas, cuya cuantía no desveló .

Respecto a la reestructuración del negocio eólico terrestre, el que más interesa en la CAV y Nafarroa, Nauen reiteró que la compañía «ha definido una clara hoja de ruta para devolver a esta área de negocio a la senda de rentabilidad sostenible», en base a un programa centrado en «priorizar la rentabilidad frente al volumen, así como en reducir el perfil de riesgo del modelo de negocio» y dotarse de «una estructura acorde a sus operaciones».

Una de las razones que Siemens Gamesa ha esgrimido para cerrar la planta de palas navarra de Aoiz es que está alejada de un puerto y, sobre todo, que no puede fabricar palas de mayores dimensiones. Y en el nuevo escenario eólico terrestre, Siemens Gamesa se va a centrar en los nuevos aerogeneradores grandes de 5 MW, SG 5X, de hasta 170 metros de rotor.

Esto vuelve a plantear incertidumbres sobre el futuro de las plantas industriales de equipos terrestres en el Estado español, ya que tras la compra por Siemens de los activos de la quebrada de Senvion a principios de este año, cuenta con una moderna factoría de gran tamaño, la de Ria Blades, en la localidad portuguesa de Vagos, cerca de la costa y con unos costes laborales inferiores a los de Euskal Herria y España, en al menos un 30%.

En todo caso, el accionista alemán quiere que SGRE se centre “en un volumen rentable de negocio y en reducir los riesgos», lo que conlleva readecuar las unidades y en «reducir la complejidad de la cadena de suministro».

Peor del Ibex. Pese al optimista discurso que lanzó el máximo responsable de Siemens Gamesa (SGRE), Andreas Nauen, a los analistas sobre la evolución del sector eólico mundial, en general, y de la compañía, en particular, los inversores no se lo creyeron, por lo menos en lo tocante a SGRE. Las acciones de Siemens Gamesa lideraron, negativamente, ayer las caídas del mercado bursátil Ibex 35 con un descenso de casi el 5%, al cerrar a 22,2 euros, tras anunciar al mercado su nueva hoja de ruta, en la que se compromete a repartir en dividendo un pay-out de al menos el 25% y recuperar sus márgenes de beneficio hacia 2023.

Plantas. Más allá de los centros de I+D y oficinas, el grupo tiene en Euskal Herria plantas fabriles en Asteasu (Gipuzkoa), Mungia (Bizkaia) y Aoiz, en fase de cierre.

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CEO de Siemens Gamesa