El Gobierno español reiteró ayer, esta vez en palabras de la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, que el golpe principal al empleo provocado por la crisis del coronavirus se produjo en la segunda mitad de marzo. “Lo peor ha pasado”, dijo ayer la ministra en línea con lo expresado anteriormente por el titular de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá. Eso apunta a un incremento del paro en abril -el dato de conocerá el 4 de mayo- inferior a los 300.000 nuevos desempleados de marzo, el que fuera el peor dato de siempre.

Según el Ejecutivo, la evolución de los números de paro registrado en los primeros veinte días de abril lleva a pensar en un incremento más corto que en marzo, si bien se deja claro que, pese a todo, las cifras serán malas. “Quedan días duros”, dijo ayer Díaz en una entrevista en Radio Galega. Una lectura que invita al optimismo pero que contrasta con la de muchos expertos, que remarcan el peso del turismo y la hostelería en la economía española y recuerdan que se avecinan meses clave en esos sectores.

Sin ir más lejos, el Banco de España advertía ayer de que el desempleo podría rozar el 22% este año, y eso sin contar con los miles de trabajadores en ERTE y cuyas empresas ni mucho menos tienen garantizada la viabilidad. A nivel de caída del PIB, el Banco de España empeora incluso el cálculo del FMI, que estimaba una pérdida del 8%. Sobre esta cuestión, Díaz pidió ayer “prudencia” a la hora de valorar estas previsiones y dijo que “aciertan a veces, con muchos matices”. Sí hay coincidencia en que será determinante para el empleo el ritmo al que se produzca la desescalada del confinamiento y, en especial, el momento en el que puedan volver a funcionar bares, hoteles y pequeños comercios.

La ministra se refirió a esa vuelta a la actividad de ciertos sectores más perjudicados e indicó que hay una primera fase de reactivación de empresas no esenciales, que durará hasta el verano, y una segunda fase, en la que se entiende entrarían ya esos sectores más ligados al turismo, que se alargaría hasta diciembre. “Hay sectores que van a continuar con dificultades”, dijo.

Sobre si la proyección del dato de abril avanzada por el Gobierno de Pedro Sánchez es válida para Euskadi, desde Lanbide se remarca que es pronto para hacer valoraciones y emplazan a tener el dato final del mes para aventurarse a intuir cómo puede evolucionar el mercado laboral a corto plazo. “Es prematuro afirmar algo así”, señalan fuentes del departamento de Empleo del Gobierno vasco en referencia a las palabras de ayer de la ministra Díaz.

Euskadi sumó casi 11.000 nuevos desempleados en marzo, todos ellos a partir del parón de la actividad a causa del estado de alarma, si bien la pérdida de afiliación a la Seguridad Social en la segunda mitad del mes fue mucho más profunda. Fueron más de 26.000 personas las que dejaron de trabajar en ese periodo de las que, una parte, se darán de alta como demandantes de empleo ya iniciado abril y, por tanto, contribuirán a engrosar la cifra del paro este mes.

177.339

Las empresas vascas han presentado hasta ayer lunes 25.641 ERTE, que afectan a 177.339 trabajadores, como consecuencia del estado de alarma decretado por la pandemia del coronavirus, según los datos del Departamento de Trabajo. Esto supone que se formalizaron 256 nuevos expedientes, que implican a 1.801 operarios más que el pasado viernes. El número de afectados en Bizkaia es de 83.961 trabajadores.