BILBAO - Los trabajadores de la fábrica de troqueles Araluce de Igorre reclamaron ayer a la Inspección de Trabajo que “resuelva lo antes posible” el conflicto generado tras el cierre patronal decretado la semana pasada por el propietario de la planta, la cooperativa de la Corporación Mondragon Batz.
La plantilla se concentró ayer a las puertas de las instalaciones de la compañía en protesta por la decisión de suspender la actividad de la fábrica, que está en proceso de liquidación, hasta que los empleados se comprometan a sacar todos los pedidos en curso.
Según indicaron desde los sindicatos, “fuentes extraoficiales” les han informado de que la Inspección de Trabajo comparte su punto de vista y que considera “irregular e ilegal” el cierre de la planta. Sin embargo, temen que la administración tarde en pronunciarse, lo que podría agravar la situación que se vive en la fábrica.
Al mismo tiempo, solicitaron a Batz que “dé marcha atrás” tanto en cuanto al cierre patronal como en lo relativo a la liquidación. “La onda expansiva del cese de la explosión de Araluce, del cese de su actividad, también va a tener impacto en Batz, afirmaron. - A. D. M.