LOS datos no dan lugar a dudas. La esperanza de vida de los vascos ha aumentado en torno a 10 años desde 1976 y se sitúa en 80,4 años para los hombres y en 86,3 para las mujeres, una de las cifras más altas de todos los países desarrollados. Así lo destaca el Instituto Vasco de Estadística (Eustat). Los avances de la medicina han tenido mucho que ver en este aumento, minimizando el deterioro físico que se sufre con la edad. Esta realidad está provocando no solo el envejecimiento de la población, sino también la aparición en el mercado de nuevos servicios y productos orientados a las personas mayores, así como el surgimiento de una industria entorno al envejecimiento.

El envejecimiento activo abarca de forma global las necesidades de estas personas y busca alternativas para aumentar su calidad de vida a través de mecanismos que les permitan seguir activos física y socialmente. Las acciones para conseguirlo tienen que llegar de todos los entornos y abarcar a todos los ámbitos.

Con el fin de ahondar en la materia, DEIA ha reunido a expertos relacionados con el envejecimiento activo para conocer de primera mano los pormenores a los que se enfrentan entidades y empresas que ofrecen servicios y productos dirigidos a las personas mayores. Bajo el epígrafe Encuentro DEIA: Envejecimiento activo, la cita ha contado con la presencia de Karmele Acedo, directora de Grupo SSI; Iñigo Mijangos, responsable del Servicio de Teleasistencia betiON de Gobierno vasco; Arantxa González de Heredia, especialista en Diseño Inclusivo y Envejecimiento de Mondragon Unibertsitatea; y, Jon Ensunza, director de Atiempo Servicios Asistenciales.

Concretamente, este último, Jon Ensunza, de Atiempo Servicio Asistenciales, ha sido el primero en tomar la palabra para explicar el trabajo que realiza la empresa que dirige en beneficio del envejecimiento activo.

Desde su nacimiento, en 2007, Atiempo Servicios Asistenciales ofrece el servicio de prevención de incendios a los ayuntamientos vizcainos colocando detectores de humos en el interior de las viviendas, al tiempo que realiza el análisis de riesgos de las viviendas a las que acude, lo que permite al personal de la empresa estar capacitado para detectar posibles focos de riesgo y ponerlos en conocimiento de los servicios sociales de las administraciones locales con la finalidad de actuar sobre los mismos.

Una vez obtenida toda la información de la vivienda a través del estudio que realizan, el trabajo de los responsables de Atiempo no se queda ahí, ya que además se encargan de realizar un croquis de la vivienda para los bomberos en caso que tener que llevar a cabo alguna intervención.

Los servicios de Atiempo Servicios Asistenciales se complementan con entrevistas personales a las personas mayores que visitan, un trabajo que, a juicio de su director, permite no solo detectar situaciones concretas de riesgo de abandono y soledad, sino también animarles a tomar parte de las iniciativas sociales que existen en cada municipio para llevar una vida activa.

Jon Ensunza argumenta el gran respaldo obtenido por parte de las las administraciones municipales de Bizkaia al hecho de que “los estudios de necesidades sociales que han estado realizando los ayuntamientos durante años quedaban obsoletos cuando había que intervenir, bien porque la persona había fallecido o estaba en una residencia”. “El hecho de que nosotros acudamos anualmente a la vivienda a hacer el mantenimiento de los detectores y que está visita esté acompañada por una trabajadora social nos da la posibilidad de actualizar la información sobre las necesidades de las personas y también de las viviendas”, puntualiza.

Otro de los servicios de carácter asistencial de gran implantación en la comunidad autónoma vasca es betiON, cuyo responsable, Iñigo Mijangos, también ha expuesto su opinión sobre el envejecimiento activo dentro de la mesa de expertos organizada por DEIA.

Con más de 55.000 usuarios y casi 150 empleados, betiON presta servicio 24 horas al día los 365 días al año al 33% de la población mayor de 85 años de Euskadi.

Sobre el servicio que ofrece, Mijangos considera que “hemos pasado de ofrecer una actuación reactiva-cuando alguien sufre una caída en el domicilio- a una actuación mucho más proactiva, al conocer las necesidades de cada persona (situación médica y familiar...), lo que permite hacer un seguimiento de cada persona usuaria, con seguimiento periódico de su estado.

Respecto a su aplicación, su responsable señala que el decreto establece para quien está dirigido. Personas mayores de 75 años que viven solas, personas mayores de 65 que se encuentran en situación de dependencia o de vulnerabilidad reconocidas por los servicios sociales, personas con discapacidad intelectual, física o sensorial y dependencia reconocida en cualquiera de sus grados, así como personas que padecen una enfermedad mental diagnosticada y presenten una situación de dependencia reconocida o riesgo de exclusión social son quienes pueden acceder a betiON.

Pero si bien los resultados de su implantación en la sociedad vasca son muy elevados, Mijangos añade que el objetivo es dar cobertura a todas las personas que lo necesiten, así como a las nuevas realidades que existen en Euskadi, para que no quede nadie excluido por cuestiones de edad o por que vivan solas. “Estamos observando cómo la soledad alcanza ya a parejas de personas mayores, a quienes el servicio betiON puede serles de gran ayuda”, subraya Mijangos.

Por su parte, el Grupo SSI, Servicios Sociales Integrados S. Coop., que dirige Karmele Acedo, da respuesta también de forma integral a las necesidades sociales de personas con vulnerabilidad social y dependencia en Euskadi, además de ser un centro formativo.

Dejando a un lado la variedad de servicios que ofrece, Acedo resalta que ha llegado el momento de avanzar en otros ámbitos dentro del sector, fundamentalmente en cuestiones tecnológicas y de digitalización. Por este motivo, el Grupo SSI ha tomado parte en el programa europeo de competencias digitales DICOM llevando a los responsables del grupo a acometer toda la digitalización de las trabajadores que realizan funciones a domicilio. Para Acedo estas actuaciones buscan alcanzar dos grandes retos. El primero de ellos es que gracias a la digitalización puedan disponer de la información al día. En opinión de Karmele, “dotar de competencias digitales a colectivos que por tradición no están cercanos a la tecnología básica es uno de los caminos sobre los que hay que trabajar”.

El segundo de los retos a los que alude Acedo es al diálogo entre empresas e instituciones que trabajan en el entorno de los servicios asistenciales. “Si somos capaces, con los datos que recogemos, de dialogar entre sistemas y compartir información, entre todos vamos a poder intervenir de una manera mucho más eficaz”.

El resto de ponentes se muestran de acuerdo con la opinión de Karmele, al asegurar que el hecho de que cada empresa de servicios asistenciales monitorice y digitalice las actuaciones que realiza en cada vivienda puede resultar de gran ayuda, eso sí, añade Mijangos, “siempre guardando la confidencialidad de los datos”.

Para los cuatros expertos, no hay duda de que cuanta más información se tenga, mejor a la hora de tener que intervenir.

Si Acedo pone sobre la mesa la digitalización como reto al que deben hacer frente las empresas de servicios asistenciales, el responsable de Servicio de betiON lanza otra prioridad, el análisis de los datos. “No solo es cuestión de recoger los datos sino también de analizarlos, con la creación de algoritmos, y para ello el sector va a necesitar disponer de personas preparadas para llevar a cabo estos procesos”.

Los presentes al encuentro también han sacado a colación el valor de las nuevas tecnologías aplicadas tanto al sector asistencial como a la industria del diseño y la ingeniería. Concretamente se ha puesto sobre la mesa el término BigData. La representante de Mondragon Unibersitatea resalta que en el campo del diseño y la ingeniería disponer de la máxima información supone un gran adelanto para los profesionales y para todas las personas que trabajan en desarrollar nuevas tecnologías, productos y servicios destinados a los mayores.

Su experiencia en el diseño inclusivo y envejecimiento le permite afirmar cómo, en ocasiones, el problema lo encontramos en acceder a esa información, lo que limita conocer las necesidades de las personas mayores para poder trasformar esa información en nuevas oportunidades. “Muchas veces la mejor solución no es la tecnológica sino conocer las necesidades de las personas y traducirlas en nuevos productos”, resalta González de Heredia.

Continuando con el tema de la digitalización, Mijangos va más allá y puntualiza que hay que tener cuidado en su implantación, ya que puede resultar una barrera más para las personas mayores, al igual que las arquitectónicas. Los cuatros expertos están de acuerdo en que habrá que estar al tanto para evitar personas excluidas por la digitalización. Para el representante de betiON, “la brecha digital va a seguir existiendo, eso es toda una realidad, pero no hay que hacerla más grande. Tenemos que ser muy cuidadosos para no excluir a nadie”.

Defensora del diseño inclusivo, la especialista de Mondragon Unibersitatea cree que según cómo se diseñen las tecnologías o los sofware, estos pueden llegar a todos los públicos.

Posibilidades para la industria Los cambios poblacionales en relación a las personas mayores están conllevando a su vez la apertura de grandes posibilidades para la industria vasca, posibilidades que implican la actuación de profesionales de muy diversos ámbitos; ingenieros, diseñadores, informáticos... Es aquí donde el peso de Mondragon Unibersitatea se hace fuerte, desarrollando un papel fundamental en la mejora de esta industria.

Como representante de la institución, Arantxa González de Heredia, de Diseño Berrikuntza Zentroa, pone sobre la mesa aspectos muy interesantes relacionados con el diseño inclusivo y el envejecimiento, así como el papel de la facultad de ingeniería de Mondragon Unibersitatea en el campo del envejecimiento activo con la implantación de nuevos grados formativos como el de Ingeniería Biomédica, el cual pretende responder a las nuevas necesidades de la población y acercar a los ingenieros al mundo de la salud, o el Máster en Tecnologías Biomédicas, entre otros. A ellos se les une uno de los grados de mayor tradición de Mondragon, el de Diseño Industrial, que tras más de 20 años impartiéndose en la facultad, sigue desarrollando tecnología dirigida a las personas mayores.

En relación a este tema, Karmele Acedo siente la necesidad de que hay que avanzar en más perfiles profesionales con nuevas titulaciones pero puntualiza que, “también hay que dar al sector una visión atractiva, ya que una gran mayoría de las personas que acuden a estudiar esos nuevos grados no se ven desarrollando su trabajo en el sector de los servicios sociosanitarios. Además, “las personas que están formando hoy en ingenieras no están pensando en nuestro sector como una industria donde hay posibilidades para trabajar”, añade.

La directora de Grupo SSI puntualiza que todavía hay mucho trabajo por hacer, ya que la persona emprendedora no cree que el mayor es una oportunidad empresarial, cree en el mayor dependiente, en el mayor sin capacidad de gasto... “Hoy tenemos que romper con esa percepción del mayor. Ahora estamos ante una nueva persona mayor, una persona con poder adquisitivo, que estudia, viaja...”.

Reforzando el mensaje de Acedo sobre las oportunidades de negocio que puede generar este mercado, la especialista en diseño inclusivo de Mondragon Unibersitatea corrobora los nuevos horizontes que puede abrir esta industria.

Envejecer en el domicilio Bajo este enfoque, Mijangos argumenta que hoy en día lo que se persigue desde todos los ámbitos es envejecer con calidad en el domicilio, y para ello, “el entramado empresarial, institucional y universitario tiene mucho trabajo que hacer”.

Acedo también lo cree pero para conseguirlo, añade, se tiene que dar una verdadera revolución, un cambio que supondrá abrir nuevas oportunidades de negocio, “no solo para la industria sino también para el pequeño emprendedor”.

Si bien González de Heredia se muestra de acuerdo con que el fin último de envejecer en el domicilio, cree que la diversidad de domicilios requiere tener una perspectiva muy amplia de las distintas necesidades. “En ocasiones esa variedad de necesidades no se tiene en cuenta y los profesionales que se dedican a crear productos se basan en estereotipos, apoyándose en una imagen equivocada o distorsionada de la vejez”.

Continuando con la variante de diseño inclusivo, la especialista de Mondragon Unibersitatea saca a relucir que en ocasiones se pone en el mercado productos con los que las personas mayores no se sienten identificadas y como consecuencia, no funcionan. Insiste en la importancia de conocer las necesidades, prioridades y problemáticas de las personas mayores antes de crear algo nuevo.

Nuevo perfil de mayores Hoy en día las personas con más de 65 años tienen ante sí un periodo de muchos años de vida plena. Partiendo de este nuevo perfil, términos como emprendimiento o conceptos como sylver economy han acaparado protagonismo durante el encuentro. Convertir el envejecimiento en oportunidades de negocio es el objetivo último de la sylver economy.

Recuperando la frase de envejecer en el domicilio, Acedo apunta hacia un nuevo reto, construir el ecosistema del domicilio, “que a día de hoy no está construido”. Si bien alaba la red de servicios sociales con que contamos en Euskadi, destaca que aún hoy queda por construir un mercado privado que permita a las personas hacer el tránsito de su vida laboral a la nueva etapa que les espera.

El responsable de betiON se atreve también a hacer gala de la calidad de los servicios sociosanitarios de la administración vasca.

Pero si bien los expertos al encuentro se ponen de acuerdo en la importancia de la iniciativa privada en torno al envejecimiento, otra conclusión positiva a la que llegan es que la industria de servicios y productos dirigidos a las personas mayores abre infinidad de oportunidades de negocio.

Poniendo la mirada en lo que queda por hacer, Iñigo Mijangos confía en la colaboración público-privada para alcanzar los retos planteados, un hecho en el que también confía la directora de Grupo SSI y que se deja notar con iniciativas como la creación de Nagusi Intelligence Center por parte de la Diputación Foral de Bizkaia o en Gipuzkoa, con la estrategia AdinBerri. Para Acedo, Nagusi Intelligence Center va a permitir traccionar todo un tejido empresarial entorno al envejecimiento.

Respecto a las limitaciones que la industria de las personas mayores tiene que superar, Jon Ensunza no se lo piensa y apunta hacia la eliminación de las barreras arquitectónicas como medida urgente. Dentro de la vivienda, prioriza el director de Atiempo Servicios Asistenciales, hay que cambiar la bañera por el plato de ducha y hay que apostar por la instalación de ascensores, mientras que en el entorno social la principal medida de actuación es la puesta en marcha desde la administración de iniciativas que favorezcan el establecimiento de nuevas relaciones con el fin de animar a las personas a participar en las mismas.

Para Iñigo Mijangos, la prioridad es actuar de manera inmediata sobre la soledad. Añade como determinados ayuntamientos vascos han puesto en marcha proyectos para detectar casos de soledad, pero, a su juicio, todavía hay que trabajar más en ello. Otro problema que detecta el gerente de betiON es la falta de difusión de algunas de las campañas que se llevan a cabo, “es muy importante que lleguen al público interesado”. Al igual que Iñigo, Jon Ensunza también cree que hay que comunicar más y mejor con el fin de sacar a los mayores de casa.

Estrategia de país Analizando aún más los contenidos, los ponentes están de acuerdo en que al hablar de envejecimiento hay que hacerlo desde un enfoque de estrategia de país. Para Acedo, el envejecimiento debe trasvasar todos los departamentos del Gobierno. “Envejecimiento no puede estar en acción social, ya que envejecimiento interpela vivienda, industria, urbanismo, educación? Euskadi en el futuro va a estar envejecida y tenemos que empezar a trabajar desde ahora”.

González de Heredia puntualiza que el envejecimiento es un fenómeno a nivel mundial, y el sector va a tener que responder a todas las necesidades que se le presenten. “Con ello quiero decir que las industrias que trabajen en este campo van a poder exportar aquello que inventen o creen”.

Mijangos se muestra convencido de que en Euskadi la industria relacionada con las personas mayores tiene futuro, al disponer de los medios para invertir, desarrollar y conseguir retornos, sin olvidar la infraestructura con la que contamos, “que ayuda mucho”.

En cuanto a los cambios que requiere el entorno social, los expertos presentes a la cita hablan también de una transformación. En este apartado, hay que generar ilusión y queda mucho por tejer.

“Hoy en día muchas de las personas que se jubilan tienen ante sí 15 pletóricos años por delante y a todos ellos hay que proporcionarles opciones, una oferta de mercado que a día de hoy no existe”, valora Acedo. Rápidamente el director de Atiempo aclara que en ocasiones son los propios usuarios los que no se ven en la necesidad de utilizar los productos o servicios que se les oferta, al no verse todavía en la necesidad.

Para conseguir llegar al público de personas mayores, los cuatro ponentes creen que sería de gran utilidad cambiar el mensaje a la hora de ofrecer los nuevos productos que salen al mercado, y no estigmatizar a las personas mayores. El responsable de Servicio de betiON cree que es también importante la utilización de un lenguaje accesible. “ La tecnología está cayendo en el error de utilizar términos ingleses que lo único que consiguen es complicar el uso de los nuevos aparatos”, puntualiza Mijangos.

Iniciativas Una de las conclusiones a las que se ha llegado tras el debate es que son muchos los aspectos en los que hay que evolucionar para conseguir el objetivo que defiende el envejecimiento activo. Iniciativas como el programa La Mirada Activa en Mayores, puesto en marcha en Bilbao, es uno de ellos. Al cargo del mismo está Grupo SSI, cuya función es la de activar a asociaciones de personas mayores y otros colectivos para que gracias al voluntariado se identifiquen a quienes estén en situación de riesgo social. “Para conseguirlo nos apoyamos en la información. Los mayores tienen que conocer que existen programas o acciones en las que poder apoyarse”, destaca Acedo.

El trabajo comunitario y del voluntariado es fundamental para alertar sobre estas situaciones de soledad, todo un ejemplo de solidaridad entre las personas de edad que está despertando en la sociedad actual.

Iñigo Mijango valora positivamente el papel del voluntariado pero siempre que no se traspase el que desarrolla el personal profesional que haya estudiado para atender a los mayores. En opinión de Acedo, “va a haber sitio para todos; profesionales, familiares, cuidadores, voluntarios?”

Ensunza añade a su vez la importancia de que las nuevas generaciones intervengan en el proceso de activación de las personas mayores.

Hay que tener en cuenta, subraya Arantxa, que el envejecimiento no comienza a partir de los 65 años, sino mucho antes y que hay determinadas capacidades que comienzan a verse afectadas antes de llegar a los 60. En su opinión, el diseño incluso tiene un gran peso a la hora de buscar soluciones a dichas limitaciones. Arantxa pone en conocimiento del resto de los expertos el ejemplo de los grifos monomandos, un artículo que surgió para personas con artrosis y que hoy en día lo usa toda la población. Defiende cómo el diseño inclusivo se fija en esas pequeñas pérdidas de capacidades visuales, auditivas, cognitivas y motrices de las personas mayores y crear soluciones que sirvan también para el resto de la población.

Por último, Acedo resalta que deberíamos ponernos en la mirada de los mayores y observar cómo en muchas ocasiones se encuentran con situaciones a las que no pueden hacer frente. Viajar en aviones con equipaje de mano es todo un ejemplo, para quienes colocar las maletas en los compartimentos superiores al asiento es a veces imposible.