BILBAO - “Estamos haciendo un plan de desendeudamiento lógico para tener una margen de maniobra mayor por si viniesen mal dadas” señaló ayer el consejero de Hacienda y Economía del Gobierno vasco Pedro Azpiazu con motivo de su intervención en el Forum Europa-Tribuna Euskadi para explicar el proyectos de Presupuestos de la CAV para 2020. Azpiazu recordó que en 2016 se alcanzó el mayor nivel de deuda en relación al Producto Interior Bruto de la CAV con un 14,6% y que desde el Gobierno vasco se trabaja para cerrar el año en una tasa de deuda del 12,3% del PIB, la mitad que la media de las comunidades autónomas españolas.

Aunque Azpiazu ratificó que “este año 2019 esperamos que la economía crezca un 2,2% mientras que el empleo crezca un 1,6% y para el próximo año prevemos un avance del PIB del 2% y del empleo en un 1,2%”, no dudó en reconocer que la desaceleración económica ya ha llegado. “Las cosas se complican por momentos”, indicó antes de que se conociera que el servicio de estudios del BBVA había rebajado el crecimiento económico vasco al 1,7%, tanto para este año como para el próximo.

Azpiazu fue presentado por la presidenta de la Ejecutiva del PNV de Bizkaia, Itxaso Atutxa, que tras destacar el carácter dialogante del consejero de Hacienda, afirmó que en esta coyuntura de desaceleración económica “espero que la estabilidad del País sea una prioridad para todos los agentes políticos, económicos y sociales” y recordó que el PNV ha posibilitado la aprobación de las cuentas “en instituciones importantes en las que no estamos gobernando”.

Pedro Azpiazu reiteró la importancia de reducir la deuda, algo que, por un lado, es “obligado” pero, por otro, es “absolutamente voluntario”. “Llegado al máximo de la deuda en 2016 y, dado cómo ha ido la recaudación, lo lógico es bajar la deuda para que tengamos un margen de maniobra para el futuro. Es una política absolutamente responsable”.

En este sentido, el consejero recordó que en 2017 y 2018 parte del superávit del Gobierno vasco se empleó en inversiones sostenibles y el resto a la reducción de la deuda pública y cree que es el que hay que seguir haciendo. Azpiazu reiteró que prevén poder cerrar el año con un pequeño superávit del 0,2% del PIB.

En todo caso, Azpiazu, defendió una política de desapalancamiento “efectiva pero también equilibrada para permitir el crecimiento”.

En el transcurso de su intervención, el consejero vasco de Hacienda indicó que se viven tiempos de “tender puentes, de acordar entre diferentes” y cree que algo que la sociedad vasca está “pidiendo a gritos.

Impuestos Los presupuestos vascos de 2020 son menos expansivos que los precedentes, “el gasto no financiero crece el 2,9% frente al 3,6% del año anterior”, y, por ejemplo, el gasto en Osakidetza se elevará a 3.000 millones de euros “124 millones más”, pero pese a ello, según Azpiazu, son necesarios unos ingresos para afrontar dichas partidas que solo pueden llegar vía impuestos.

Y aquí el consejero se mostró muy crítico con los que plantean reducciones de impuestos sin más. “Al Gobierno se le pide que baje los impuestos y que mantenga los servicios públicos. El Gobierno vasco no tiene varitas mágicas, necesita el dinero para hacer cosas”, recordó en torno irónico el titular de Hacienda.

En este contexto no dudó en señalar que le dan “escalofríos” algunas iniciativas como la propuesta por el PP vasco para sentarse a negociar un apoyo presupuestario.

El consejero de Economía y Hacienda aseguró que la demanda del PP de una rebaja de impuestos de 1.500 millones de euros como condición para apoyar las Cuentas de la CAV de 2020, le da “escalofríos” por lo que reclamó a los diferentes partidos políticos propuestas “realistas” en la negociación presupuestaria.

En todo caso, Azpiazu indicó que, como consejero de Hacienda y Economía, no prevé una prórroga presupuestaria. “Si yo planteara una prórroga, sería más sencillo para mí, pero como consejero sería un irresponsable”, afirmó.

Azpiazu indicó que va a intentar llegar a acuerdos “con todo el mundo”, si bien reconoció que, por ejemplo, con el PP parece “más complicado”.

Con lo que le está costando cuadrar los presupuestos para el próximo año, quitar 1.500 millones de ingresos del PP sería un problema pero es los populares, según el consejero, “planteaban que el coeficiente vertical variara en contra del Gobierno en diez puntos, con lo que me estaban quitando otros 1.000 millones de euros”, señaló.

El responsable de las cuentas en el Ejecutivo vasco desgranó en pocas palabras su filosofía en estas negociaciones y afirmó que los planteamientos deben ser “realistas”, porque sino “no son planteamientos políticos”. “Los planteamientos que se hagan en la política tienen que ser para tratar de llegar a acuerdos, para que sea posible implementarlos y para que esa actuación sea buena para el conjunto de los ciudadanos”. Desde el Gobierno, según Azpiazu, “se trabaja para toda la ciudadanía y esto, a veces, se olvida”.

Azpiazu citó por ejemplo los 175 millones que se contemplan en el proyecto de Presupuestos para el fondo Finkatuz, que “ha nacido para quedarse y para que nuestras empresas se queden en Euskadi”.

Subidas de salarios El consejero defendió la subida salarial en Euskadi, señaló que “finalmente” la recuperación de lo sueldos llegó en 2018 y espera que continúe este año porque el pasado ejercicio “los salarios siguieron todavía perdiendo algo de peso en la distribución de la renta”.

El consejero no evitó el opinar sobre el déficit de la Seguridad Social que “no es fácil de reducir” y defendió relanzar las EPSV. Para Azpiazu relanzar el sistema vasco de previsión social complementaria precisa de “un nuevo impulso” porque no se ha logrado el objetivo de la generalización de una cobertura complementaria suficiente para las rentas medias y bajas “a través de los sistemas de empleo preferentes” y, por ello, seguirán trabajando por un “cambio cultural” y por rediseñar los incentivos fiscales para poder conseguirlo.

El consejero señaló que es hora de pensar en el futuro y tras apuntar que el sistema público de pensiones está en “una encrucijada” ante la transición demográfica y el reto de su consolidación indicó que, en su opinión, todos tienen que “arrimar el hombro”. “Pero quienes tienen la obligación de liderarlo, debieran dejar de postergarlo y hacer su trabajo, porque el primer pilar es el fundamental”, ha añadido.

Azpiazu destacó que las EPSV no son importantes por la crisis de la Seguridad Social sino que “lo son hoy tanto como lo fueron hace 36 años cuando se aprobó la primera ley que las regulaba”.