BILBAO - El grupo industrial y de ingeniería vasco Sener considera que una empresa de servicios de tecnología como es su caso necesita tener mayor peso de su negocio en el mercado doméstico español, “al igual que nuestros comparables anglosajones que facturan entre el 40 y el 60% en sus países”, según señaló ayer el consejero delegado de la compañía de Getxo, Jorge Unda.

El máximo responsable de la gestión de Sener recordó que en la actualidad, el 78% de las ventas se ubican fuera del Estado español y, tras la crisis, se llegó a alcanzar un porcentaje del 95% por la paralización de la actividad en el mercado interno. En opinión de Unda tener un peso tan elevado de su facturación en el exterior para una empresa de servicios de ingeniería pese a lo que pudiera parecer, “no está tan bien” y recordó que, antes de la crisis, sus ventas en el mercado español suponían entre el 70 y el 80%.

La razón de abogar por una mayor peso en el mercado doméstico se debe a que “en nuestro sector en el que se venden muchos intangibles se necesita la confianza del cliente” y ello es más sencillo de conseguir en los mercados locales.

El consejero delegado de Sener señaló que en el último ejercicio, en 2018, tuvieron unas ventas de 589 millones de euros y generaron un resultado bruto o Ebitda de 26,2 millones con una plantilla de 2.308 personas, el 80% personal muy cualificado, de las que el 26% son mujeres. Las inversiones en I+D rondan los 21 millones de euros.

El consejero delegado de Sener, Jorge Unda, intervino en un almuerzo coloquio organizado en Bilbao por alumnos de la antigua Comercial de la Universidad de Deusto, DBA, con el patrocinio de Deloitte.

En el transcurso de su intervención, Unda destacó que la estrategia futura del grupo familiar vasco estará basada en el crecimiento orgánico aunque también se plantea “compras selectivas”, principalmente, en el área aeroespacial.

El consejero delegado del grupo de ingeniería señaló que la apuesta por el crecimiento orgánico tiene que ver con las dificultades que se encuentran al adquirir empresas de servicios por las fuertes diferencias entre las culturas de empresa. La empresa familiar fundada por unos ingenieros vascos en 1956, la familia Sendagorta, ha tenido siempre, según Jorge Unda, una orientación tecnológica, innovadora, de apuesta por I+D y con una cultura “fuerte y sólida”, asentada en unos “valores claros”.