BILBAO - La dirección de la compañía Cables y Alambres Especiales (antigua SFE Franco Española de Cables), perteneciente al Grupo Vicinay, ha planteado el despido de 35 de los 122 trabajadores que componen la plantilla de la empresa, según fuentes de los sindicatos ELA y LAB.

La empresa, situada en la localidad vizcaina de Erandio, inició el pasado día 1 un proceso de negociación de un ERE de extinción de contratos laborales para un total de 43 trabajadores y, después de tres reuniones, ha reducido el número de despidos a 35 personas, siempre según los sindicatos citados, organizaciones que, en cualquier caso, rechazan el planteamiento empresarial.

Como se recordará, Cables y Alambres pasa por una situación compleja, según los representantes sindicales, al no haberse realizado las inversiones previstas por la situación coyuntural que atraviesa su primer accionista Vicinay por el parón inversor de la industria energética offshore, uno de los principales demandantes de sus cadenas y líneas de fondeo.

Hace cuatro años, el Grupo Vicinay, a través de su filial Cemvisa, adquirió el 98% de Cables y Alambres Especiales, una empresa fundada en 1898 y, en su momento, un referente en Europa en cables para elevación. Utilizando un producto siderúrgico como el alambrón de materia prima, la empresa vasca realiza procesos de galvanizado, trefilado, cordoneado y cableado para producir cables de acero para ascensores, grúas etc.

Con motivo de la compra, el accionista de referencia esgrimió un plan de negocio a cinco años vista que supondría, según Vicinay, la consolidación de la actividad industrial de la planta de Erandio al aumentar la producción hasta un 70% y la posible creación de unos 40 nuevos puestos de trabajo para lo que se realizaría unas inversiones de unos 10 millones de euros.

Desafortunadamente, la situación no ha evolucionado, según lo previsto, y ya en 2017, representantes de LAB criticaron que las instalaciones se estaban quedando obsoletas por la falta de las inversiones precisas en los últimos años.

Ayer, los sindicatos ELA y LAB expresaron sus críticas a la postura de Cables y Alambres porque, según los representantes de los trabajadores, además de destruir decenas de puestos de trabajo, la dirección pretende recortar las condiciones laborales del colectivo laboral no afectado por el citado ERE. Las mismas organizaciones sindicales acusan a la compañía de no haber presentado un verdadero plan industrial.

La alternativa sindical apuesta por plantear salidas voluntarias de trabajadores de la empresa mediante un programa de incentivos, así como aprovechar el Grupo Vicinay para efectuar recolocaciones en las empresas de grupo. También se insta a la compañía a plantear un plan de prejubilaciones, así como la realización de un plan de viabilidad que incluya las inversiones necesarias en la fábrica.

Los representantes sindicales reiteraron su preocupación por el hecho de que las actuales instalaciones de Cables y Alambres, en Erandio, frente a la ría del Nervión, se asienta sobre unos terrenos que el PGOU del municipio vizcaino contempla como zona residencial a futuro.